El inicio del ciclo escolar que debería considerarse un acontecimiento más de la vida en sociedad, terminó convirtiéndose en un logro político del Gobierno. Tuvo efecto búmeran el boicot pergeñado por gremialistas asociados y ex candidatos de los partidos de JxC que fracasó. La actitud obstruccionista tiene que ver con la interpretación de la democracia. Como sostuvo Hugo Passalacqua desde que fue ministro de Educación, en un Estado popular, el Gobierno no es patronal. La oposición volvió a levantar el modelo correntino como ejemplo para los reclamos pero los propios sindicalistas advirtieron que los números son contundentes en favor de las políticas misioneras. En 2003 Corrientes tenía más establecimientos educativos que Misiones. En 20 años Misiones construyó 91 escuelas por año y Corrientes 43.

Domingo 26 de febrero de 2023. El comienzo de clases que debería ser un acontecimiento de la normalidad de la vida en sociedad, se ha convertido en un logro político del Gobierno. No fue el resultado de una actitud demagógica del oficialismo sino el efecto búmeran del fracasado boicot pergeñado por la dirigencia gremial asociada a la oposición de derecha y que alguna vez integró las listas de candidatos de los partidos de Juntos por el Cambio. La racionalidad se impuso en la mesa paritaria y hasta el sector más intransigente de los sindicatos se sintió obligada por sus afiliados a firmar el acuerdo que lleva la garantía salarial de 110 mil pesos en febrero a 130 mil pesos con el sueldo de marzo y que agendó el 17 de abril un nuevo encuentro en la mesa paritaria.

La movida política se basaba en contrastar la situación docente de nuestra provincia con la de Corrientes que tiene un salario promedio de 124 mil pesos para febrero, pero que todavía no ha podido llegar a un acuerdo paritario. De todos modos, los propios sindicalistas abortaron la operación que pretendía enfrentar el modelo correntino con el modelo misionero. “Comprar las políticas educativas entre las dos provincias no es ni conveniente ni apropiado para hacer política”, respondieron a las delegadas radicales y de ATE. “Los números son contundentes”, afirmaron.

Lo que fracasó también es el intento de instalar acríticamente, en todos los ámbitos, el debate de modelos entre Corrientes y Misiones que enarbola el candidato a gobernador de JxC. Sostenido por el radicalismo de Gustavo Valdés, que todavía pretende integrar la fórmula nacional de la alianza antiperonista, Martín Arjol, espeja sus propuestas en las políticas de los últimos años de los gobiernos correntinos. Para defender la política tributaria y vender al Taragüí como la “tierra sin mal”, no duda de llegar al extremo de apoyar las pretensiones de los latifundistas correntinos de plantar yerba mate sin límites y terminar con los controles del INYM y promover la libre competencia.
En ese sentido vale destacar un dato del Ministerio de Educación. Misiones con 29.801 km cuadrados a fin de año tenía 2.957 establecimientos educativos. Con más del doble de extensión territorial, un total de 88.199 km cuadrados, tenía 2.050 establecimientos, casi el 50% menos. Es el resultado de las políticas de inversión. Desde 2003, los gobiernos de la Renovación construyeron de promedio 91 escuelas por año, mientras en Corrientes los gobiernos del espacio de los Colombi y su heredero Valdez construyeron 43 de promedio. (ver cuadro)

Pero el fracaso de la conspiración, que pretendía una huelga docente al inicio de clases con el propósito de generar caos social ante las elecciones del 7 de mayo, no es producto de una mala táctica, sino profundamente conceptual. Como lo viene destacando desde que asumió como ministro de Educación en 2003, Hugo Passalacqua, el Estado en un Gobierno popular no es la patronal en las paritarias, sino parte de la misma sociedad. Lo que diferencia a un funcionario del delegado gremial es la rol institucional. El Estado no discute plusvalía con los docentes que son trabajadores del Estado. No casualmente en países con tradición democrática como Francia, considera también funcionarios a los docentes. Y no es sólo una cuestión semántica. Es una forma de explicitar que en un gobierno democrático el Estado, que nunca es neutral, no es más que la expresión de la alianza de clases y sectores de una sociedad.

No sorprende entonces que el miércoles de la semana que terminó volvieron a abrirse los establecimientos educativos en la provincia y se presentaron los supervisores, directivos y cerca de 35 mil docentes (entre la gestión pública y privada). En tanto que el 1 de marzo alrededor de 400 mil estudiantes volverán a las aulas, con excepción de los casi 30 mil alumnos del nivel superior. Y por eso la Renovación considera que la que se inicia es una semana clave para la vida de las familias misioneras. Destacan que “con el comienzo de clases como hecho central, con todas las emociones y sensaciones que ello conlleva. El gobierno provincial, muy ocupado desde siempre en el tema, desarrolló durante el verano un intenso programa de reparación, pintura y mantenimiento de los edificios en los 78 municipios”.

En el cuadro se suma asimismo el boleto educativo que “vuelve a tener alta preponderancia en la vida económica de las familias, generando un ahorro en todo el año, equivalente a uno o dos salarios básicos mensuales y demostrando la fuerte presencia del Estado provincial en los temas más trascendentales de la vida de los ciudadanos: su educación, el cuidado de su economía. Si a estos tópicos se suma la salud pública de altísimo nivel, financiada también con los fondos que recauda el gobierno, se puede apreciar una presencia estatal en todos los aspectos centrales y prioritarios de las familias, asistiendo, financiando y siendo una parte central para generar una mejor calidad de vida.

“El ahorro que se le genera al ciudadano misionero con el boleto y la salud pública, sumado a los programas Ahora no tiene comparación en ningún punto del país. Son, por lo menos, tres o cuatro sueldos adicionales en el transcurso de un año, en el bolsillo de las familias. O se podría medir a la inversa: es un ahorro de tres sueldos que se pueden gastar o invertir en otras cosas porque la Provincia se hace cargo de la salud, la educación y de generar productos más económicos en los comercios y tiendas.

Y asumiendo el desafío por el debate, en la Renovación se destaca que “el modelo misionero se impone en la región. Así quedó demostrado en los últimos días luego de conocerse indicadores de empleo y pobreza que son mucho mejores que las provincias vecinas. A pesar de recibir una coparticipación menor. Hay una gran ventaja que hace la diferencia: los que gestionan tienen el respaldo político que marca el rumbo desde la legislatura y les permite dedicarse 100 por ciento a la gente. Previsión y tranquilidad”.