“Si Hamlet duda le daremos muerte” es el título de una antología de poesía salvaje, disruptiva. Aníbal Velázquez hace referencia a la obra y su cosmovisión para afirmar que “el resultado de las Paso no debería abrir dudas por la decisión de la Renovación de postular en las elecciones nacionales candidatos con boleta corta, es decir sin colgarse de ninguna fórmula presidencial. La boleta corta es una necesidad existencial. En octubre no sólo están en juego cuatro bancas en el Congreso sino la identidad de la Renovación misma”.


Por Aníball Velázquez*
Jueves, 29 de agosto de 2019. El resultado de las Paso no debería abrir dudas por la decisión de la Renovación de postular en las elecciones nacionales candidatos con boleta corta, es decir sin colgarse de ninguna fórmula presidencial. La boleta corta es una necesidad existencial. En octubre no sólo están en juego cuatro bancas en el Congreso sino la identidad de la Renovación misma.
El desafío debe ser entendido como una fase superior y constituyente de la identidad del movimiento político que irrumpió en la provincia en 2003. Las rupturas con los mandatos partidarios de Buenos Aires y los “capangas” de la política, como se decía entonces, inició ese año un camino que dio batalla en todos los frentes en función de la construcción de un espacio que representara el espíritu emancipatorio subyacente en la sociedad misionera presente en las tradiciones de nuestros ancestros originarios como en los colonos que llegaron a la provincia en busca de la libertad negada en una Europa decadente y opresiva. El camino se fue haciendo al andar, en lo político, lo económico y lo cultural. Desde el PJ nos fuimos sumando, primero como peronistas en la diáspora y después orgánicamente.
Pasaron casi 20 días de las Paso y parece una eternidad por la crisis institucional que generó la actitud negacionista de Mauricio Macri que transfirió la inestabilidad a los negocios financieros que en definitiva terminamos pagando los trabajadores con la inflación y el deterioro de nuestros ingresos. La consagración de los Fernández, Alberto y Cristina, si bien debe ser rubricada en octubre, despejó aquí el frente político y ya tiene el respaldo explícito de Hugo Passalacqua y Oscar Herrera Ahuad. Ahora va ser más fácil promover la boleta corta, porque reconozcamos que la elección nacional está definida.
Es cierto que las elecciones de octubre enfrentan a dos modelos de país y la Renovación nunca fue neutra. Lo demostró en las gestiones desde 2003 con un Estado presente, privilegiando los presupuestos en educación y salud y en lograr ingresos cobrando impuestos a los que más tienen. Pero es interesante indagar qué pregunta fundamental encierra la elección. En todo proceso electoral subyace un interrogante alfa. El Frente Renovador de la Concordia sostiene que de las crisis argentinas recurrentes y pendulares entre gobiernos neoliberales y populares se sale invirtiendo la lógica del movimiento político con el protagonismo de las provincias en la toma de decisiones. Por eso plantea que la verdadera opción es entre federalismo o centralismo porteño. Y Alberto lo está poniendo en el centro de sus planteos cuando admite que la nación es una abstracción y la gente de carne y hueso vivimos en las provincias.
La realidad es la unidad del fenómeno y la esencia
Por eso no se entiende la desesperación de muchos amigos por el resultado de las Paso. Muchas veces, para entender la dinámica de los sucesos políticos y sociales que nos envuelven en las luchas diarias hay que hacer el ejercicio del distanciamiento. O hacer un rodeo. Lo explica bien Karel Kosic, el filósofo de la Primavera de Praga, en “Dialéctica de la Concreto”.
Sostiene en esa obra monumental, disruptiva con el pensamiento de la ortodoxia del marxismo, que la cosa misma no se manifiesta directamente a las personas y sugiere que para captarla se requiere dar un rodeo. Ese rodeo es el nacimiento de las ciencias que indagan en los por qué.
Porque la esencia de los sucesos y los objetos, en el pensamiento dialéctico distingue entre representación y concepto de las cosas. En las cavernas de Platón ya está presente este desafió de no confundir las sombras con la realidad. Kosic habla del mundo de la pseudconcreción. “Es un claro oscuro de verdad y engaño. Su elemento propio es el doble sentido. El fenómeno muestra la esencia y al mismo tiempo la oculta. La esencia se manifiesta en el fenómeno pero sólo de manera inadecuada, parcialmente en algunas de sus facetas. El mundo fenoménico tiene su estructura, su propio orden y su propia legalidad que puede ser revelada y descrita Pero la estructura de este mundo fenoménico no capta aun la relación entre él mismo y la esencia. La realidad es la unidad del fenómeno y la esencia”.
Si Hamlet duda le daremos muerte
En ese distanciamiento necesario para no dejarse llevar por las impresiones del mundo de los fenómenos es útil hacer abordajes desde disciplinas diferentes.
Después de las Paso cayó en mis manos “Si Hamlet duda le daremos muerte”, el título que recopila 52 poetas argentinos nacidos a partir de 1970. En la introducción, Julián Axat y Juan Aiub, que además de poetas son reconocidos militante por los derechos humanos, por supuesto hablan de poesía, pero pareciera hablarle a la política. Inspirados en su línea argumental podemos sostener que “parece que los amigos de la política tradicional no se dan cuenta que el país necesita que los políticos se desprendan de ¨la duda de Hamlet¨. Ellos insisten en que la cuestión es ser o no ser.
Recordemos que “Ser o no ser, ésa es la cuestión” es la frase más famosa de las obras de Shakespeare, y diríamos de la literatura universal. Después de largas disquisiciones concluye que quedarse en la duda nos deja en la inacción. Por lo tanto Hamlet resume que debe dejar de pensar para actuar.
Volemos al libro y hacemos nuestra la pregunta ¿qué ocurre si no hay encuentro entre la política y generación? “Seguramente el lastre de viejas prácticas conduce a la política a un cierre sobre sí. La falta de una impronta hace a una repetición o mera copia del pasado, los hijos de la vieja generación no alcanzan a consolidar una voz que los separe, identifique, represente. Entonces las nuevas generaciones se pierden en decadencia. Funcionan como médiums de las voces de quienes le precedieron”.
Y se queja el poeta que “el campo literario actual es funcional a la derrota, gestionando la consagración de algunas voces, mientras obtura, invisibiliza la recepción y difusión de otras”. Cambiemos campo literario por campo político y concluyamos de igual modo que “si Hamlet duda le daremos muerte, consigna que no sabemos de dónde salió o quién la pronunció, pero la invocamos como asedio jacobino necesario para hablar o dejarnos hablar por la poesía”. Nosotros por la política. “Si Hamlet duda la daremos muerte…Deseo hallar nuestra impronta para decir al mundo”.
Este rodeo y abordaje desde los dilemas de los poetas, resume o nos aproxima a los dilemas de la política en Misiones ¿Cómo hacer política de los márgenes de la Patria?

*Secretario general de Adunam