El director de Semillas de Agricultura Familiar recordó que el Estado misionero fomenta y valoriza también su diversidad vegetal alimentaria. “Estamos camino a la soberanía alimentaria, capitalizando este objetivo”, destacó Adrián Emmanuel González en Plural TV.
Jueves 25 de agosto de 2022. Emmanuel González, director de Producción de Semillas del Ministerio de Agricultura Familiar, puso en relieve la importancia que tiene el área, donde el Estado fomenta y valoriza también a su diversidad vegetal alimentaria.
En ese sentido, el trabajo de conservación productivo propicia una mayor oferta, a partir de volver a incorporar variedades que se van perdiendo.
El objetivo, de autosustento también en la producción de alimentos, busca que a través de las ferias de intercambio de semillas, se pueda preservar e intercambiar por zonas geográficas.
“Este año se empezó a hacer dentro de Agricultura nuestra propia feria de intercambio. Entonces podíamos ver que de la zona norte traían más porotos, diferentes variedades de porotos. Y de la zona sur traían más cantidades de maíces. Veíamos cómo dependiendo de la zona había más producción y diversidad”, dijo Emmanuel González en Plural TV.
La entrevista con Emmanuel González en Plural TV
-¿Qué importancia tienen las semillas; qué están haciendo desde el Ministerio de Agricultura Familiar?
-Dentro de la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar hay tres subsecretarías: una de ellas, la Subsecretaría de Desarrollo Productivo donde soy director y trabajamos con el tema semillas. Pero es transversal a todas las actividades que se hace y es sumamente importante porque cuando hablamos de soberanía alimentaria, se trata de la elección de cada provincia o cada territorio de producción de alimentos a través de la producción propiamente dicha. Sea cual sea el eje, ya sea producción convencional o agroecológica que también trabajamos mucho. Es importante este insumo, que es el inicio de esa actividad o el fin dependiendo de qué perfil productivo se busca.
-Todos sabemos lo que son las semillas, pero ¿de qué hablamos cuando nos referimos a semillas en Misiones?
-Justamente parece rara o simple la pregunta, pero a la vez no. Porque uno conoce la semilla chiquitita que es la que se encuentra en el fruto. Pero muchas especies, por diferentes procesos evolutivos no pueden multiplicarse o reproducirse. Entonces se multiplican por lo que se llaman propágulos vegetativos. Por ejemplo, la rama en la mandioca o algunos plantines como la banana propiamente dicha. La idea es poder ver las diferentes existencias de estas semillas. Si uno va más al detalle, una se llama semilla botánica, y la otra agrícola. Porque uno es la que se usa para poder producir alimentos.
-¿Cuál es el papel del Estado ahí?
-Básicamente es fomentar y valorizar lo que la provincia tiene. Justamente se estuvo hablando de biodiversidad en el programa. Misiones es la Capital Nacional de la misma, y no hablamos solamente de diversidad animal, sino también vegetal. Lo que es autóctono o criollo. Porque muchas especies cultivadas no son de acá, pero pasan por un proceso de domesticación. De ahí viene la palabra criollo.
-¿Por ejemplo?
-El maíz, el poroto no son de acá, pero pasan por un montón de años en el cual los colonos, los productores, los mismos científicos lo van produciendo y van teniendo diferentes selecciones. La idea es tener una selección antropocéntrica, o sea que el hombre le busca una función. Obviamente puede ser visto desde otro punto de vista ya que las comunidades Mbya no las usan para producción sino para ceremonias. En ese caso es otro su fin. Pero seguimos trabajando, por ejemplo, el maíz.
-¿Cuál es el trabajo de preservación en este sentido? ¿Es social, botánico, científico?
-Científico no dentro de nuestro Ministerio. Para eso hay otras instituciones. Por el momento le estamos dando un enfoque productivo. Ya que le estamos dando al misionero una oferta más productiva, que en este caso sería semillas criollas. Ya que por el sistema productivo actual se van perdiendo diferentes variedades como el maíz. Entonces estamos volviendo a incorporar esas variedades en la provincia. Además de los híbridos que se están trabajando hasta el momento.
-¿Y para incorporar se compra o se produce?
-Hay diferentes estrategias y puntos. Venimos trabajando desde 2016. Yo estoy como director desde 2018 pero desde que se creó el Ministerio se empezó a trabajar. La primera instancia fue identificar en dónde se distribuían y dónde se intercambiaban estas semillas. Cuando ingreso yo se hace una propuesta en la cual se vuelven a introducir estas especies con una escala productiva. Es decir que nosotros identificábamos los semilleros grandes, las cooperativas, por ejemplo, en las que ya se venía trabajando en programas anteriores. Entonces ellos eran nuestros proveedores y de esa manera el Ministerio adquiría esas bolsas de semillas, y las repartíamos a los productores que están en todos los municipios, a través de los técnicos de campo que tenemos en toda la provincia.
-¿Se reparten en función geográfica? ¿De los intereses del productor? ¿En función de zonas más o menos aptas para cada tipo de semilla?
-El perfil que buscamos o que trabajamos es el productor que ya viene trabajando con nosotros. De esa manera nos garantizamos que ese recurso genético sea viable en sentido de que lo pueda sembrar, producir y volver a tener esa producción. Las primeras experiencias en nuestro programa son esas. Después se abrió un poco más la oferta y cada municipio se contactaba con nosotros, elevábamos el pedido, y podían tener sus bolsas de semillas. Dependiendo de qué cantidad de productores había.
-Dame un ejemplo de qué semilla no se puede producir en determinada zona.
-Lo que es híbrido comercial no se recomienda alrededor de los pueblos originarios porque ocurre contaminación genética. Sucede que las comunidades cosechan su maíz, pero cuando uno lo pela se ve la contaminación que puede o no ser visible. El riesgo es la contaminación invisible. Porque pueden decir “yo tengo la variedad que estuvo haciendo mi abuelo, y el abuelo de mi abuelo”, y después cuando uno lo analiza genéticamente no es esa variedad. Es decir que se perdió la variedad sin darse cuenta. A veces cuando uno habla de contaminación hace referencia a la basura, a algo malo, pero también tiene que ver con el resguardo genético. Por eso trabajamos mucho con los técnicos ya que el mismo los puede guiar en estas estrategias, ya sea con barreras, porque hay especies como el maíz que se poliniza sola, y se cruza muy fácil. Entonces hay que ver que haya una barrera física.
-¿Y si se cruza, qué pasa?
-Siempre se trabaja con los genes dominantes y los recesivos. A veces domina un gen que no corresponde y va eliminando al otro. Sumado a que el productor está comprando híbridos comerciales. Entonces no está volviendo a multiplicar lo criollo.
-¿Qué implica una feria de semillas, cuál es su importancia social?
-Tiene mucho que ver con la relación social.
-Porque hay un culto hacia esas ferias…
-Sí. Dependiendo de quién las organice tiene distintos enfoques. Pero la idea es valorar esto que tiene Misiones. Yo por ejemplo vengo de Chaco, estudié en Corrientes y ahí no hay este tipo de ferias de semillas. Es muy local. Es interesante porque desde el punto de vista de la biodiversidad existen estas variedades propiamente dichas con todo lo que tenga que ver con la mandioca, el poroto. Y se ve que cada feria de semillas tiene una impronta diferente. Tanto en la organización como los productores, el sistema productivo, y las variedades. Por ejemplo, este año incorporamos otra instancia más, en la que ya los productores pueden realizar sus intercambios con lo que estuvimos trabajando desde 2018.
-Antes era a través del Estado.
-Y Agricultura participaba como invitado. Este año se empezó a hacer dentro de Agricultura nuestra propia feria de intercambio. Entonces podíamos ver que de la zona norte traían más porotos, diferentes variedades de porotos. Y de la zona sur traían más cantidades de maíces. Veíamos cómo dependiendo de la zona había más producción y diversidad.
-Hay varias ferias en Misiones…
-Las que más se conocen son las de zona norte. Una de las proyecciones que se hizo en 2020 cuando asumió nuestro nuevo subsecretario, fue conformar una zona semillera en zona sur. Por eso este año se hizo en Apóstoles una de estas ferias. Otra fue en San Vicente.
-En Posadas a veces…
-En Posadas se hizo una plaza con una temática de semillas. Se hizo el 26 de julio ya que por ley se estableció que el 26 de julio es el Día Provincial de la Semilla Nativa y Criolla. Entonces estuvimos participando, llevando un stand institucional donde los ciudadanos podían ver las diferentes variedades de maíces, de porotos. Ver otras variedades que llevamos, como los zapallos, sandías. Porque generalmente se ven más los vegetales cuyos frutos se cosechan. Pero es más difícil ver de vegetales que consumimos siempre como la lechuga, la rúcula, la acelga, porque siempre la cosecha es destructiva, porque eliminas la planta, no dejás que siga su siclo, no vuelve a reproducirse. Entonces la gente podía ver la semilla de la lechuga, de la rúcula. Y obviamente venía acompañado de entrega de plantines hortícolas.
-¿Marchamos hacia la soberanía alimentara o todavía estamos muy lejos?
-No estamos lejos. Justamente gracias a esto estamos demostrando y capitalizando este objetivo. Inclusive, en su momento nuestro vicegobernador (entonces, Oscar Herrera Ahuad) tenía la visión de empezar a trabajar o potenciar el capital genético de acá. Ahora, cuando el vicegobernador pasa a ser gobernador, lo demostramos. Es una estrategia más que nuestro Ministerio está llevando a cabo.
-¿Entonces marchamos hacia la soberanía alimentaria?
-Así es. Sin dudas.
