Jorge Víctor Ríos, director del Inadi en Misiones, destaca la urgencia de reconocer las desigualdades simbólicas que sustentan la discriminación. También revela la persistencia de techos de cristal invisibles y subraya el rol esencial del organismo como mediador en la lucha contra la discriminación, mientras expresa preocupación por posibles recortes en un contexto de creciente desigualdad global.
Viernes 8 de diciembre de 2023. El titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) en Misiones, Jorge Víctor Ríos, dijo que la discriminación es un fenómeno que afecta a todas las provincias y países y resaltó, en ese sentido, la labor del Inadi como un organismo estatal encargado de combatir la discriminación en todos los ámbitos, reconociendo la necesidad de abordar las desigualdades simbólicas que sustentan la desigualdad material.
Ríos, activista y militante por la igualdad de derechos, compartió en Plural TV sus experiencias durante los siete intensos meses de su gestión en el Inadi, donde rescató la importancia del organismo en la lucha contra la discriminación. Más allá de las leyes formales, el organismo del Estado nacional trabaja para reconocer las desigualdades naturalizadas en el día a día, “y va más allá de la igualdad formal ante la ley. Mencionó la existencia de techos de cristal invisibles que afectan a grupos específicos, como mujeres trans, migrantes y personas racializadas, ejemplificó.
En cuanto a la discriminación, Ríos señaló que van más allá, también, de los actos jurídicos y abarca aspectos cotidianos, incluso en el lenguaje. Ejemplificó cómo expresiones aparentemente inocentes pueden tener raíces discriminatorias, resaltando la labor del Instituto en visibilizar estas cuestiones.
También compartió datos sobre consultas y denuncias recibidas durante su gestión. Destacó la importancia de trabajar en conjunto con otros organismos estatales y de la sociedad civil para abordar eficazmente los casos de discriminación. Ríos reconoció que la educación es un ámbito especialmente conflictivo, afectando a estudiantes entre pares y también entre docentes y directivos. Subrayó la importancia de la tarea del Inadi de abordar estos temas en prevención y capacitación.
En esa línea, también realizaron numerosas capacitaciones en empresas, escuelas y otros contextos.
Sobre el futuro del INADI, Ríos expresó su preocupación ante posibles recortes en organismos destinados a proteger a poblaciones históricamente vulneradas. Reflexionó sobre la creciente desigualdad a nivel mundial y la necesidad de preservar los derechos en un contexto donde la justicia social es cuestionada.
En esta entrevista, Jorge Ríos mostró una perspectiva profunda sobre el trabajo del organismo en Misiones, como en otras provincias, y señaló la relevancia de continuar abordando la discriminación en sus diversas formas desde el Estado, para mitigarlas.
Jorge Víctor Ríos en Plural TV

-Estamos con Jorge Ríos, director del Inadi en Misiones que, suponemos, finaliza su gestión…
-Así es. No sabemos exactamente qué va a pasar, pero lo que sí podríamos decir con certeza es que estamos cerrando un ciclo, una gestión. En mi caso fueron siete meses ya que estoy al frente del Inadi en Misiones desde finales de abril. Podemos redondearlo en siete meses muy intensos, de mucho trabajo, donde de primera mano pude ver la importancia que tiene el organismo.
-¿Es importante el Inadi en Misiones?
-En todas las provincias y en todos los países diría yo. De hecho, no existe en todos los países un organismo dependiente del Estado que tenga como misión combatir todo tipo de discriminación en todos los ámbitos. Yo suelo decir en algunas de mis columnas en este programa que la desigualdad material la mayoría de las veces se sostiene en desigualdades simbólicas, y las desigualdades simbólicas son las que llevan, entre otro tipo de violencias, a la discriminación; entonces, que un Estado pueda reconocer que más allá de la formalidad de las leyes, del ordenamiento jurídico, que en el día a día operan prejuicios, estereotipos, en cómo nos tratamos unas personas a las otras me parece de suma importancia porque no se puede simplemente basarse en la formalidad de una supuesta igualdad ante la ley que no se refleja en una real igualdad de oportunidades; ahí es donde tenemos que reconocer que existen aquellos techos de cristal que no se pueden ver pero que hacen que no esté realmente en las mismas condiciones una mujer trans, migrante, racializada por ejemplo, que un varón de ascendencia europea, heterosexual y cisgénero; en ninguna ley aparece que haya diferencias supuestas entre estas personas.
-Inclusive muchas veces la discriminación se da entre las mismas mujeres, y los mismos varones…
-Exactamente, de hecho la opresión como concepto social o político existe porque se da cuando el opresor logra hacer que el oprimido incorpore, internalice y tome como propio su discurso, en el cual acepta su condición de subalternidad; claramente así funciona la hegemonía, el dominio que no es coercitivo, sino que opera desde el convencimiento, desde la cultura, y la cultura es algo que no se ve porque la naturalizamos, por eso decimos “el pez no ve el agua porque está dentro del agua”, y es la metáfora que nos permite entender cómo es que tomamos como naturales cuestiones que no son naturales y por eso hablamos de naturalizar. El Inadi se encarga justamente de trabajar en ese plano que es menos visible, reconocer que existen esas desigualdades que están naturalizadas. A diferencia de discursos que vienen a decir que por ejemplo no existe la desigualdad de género, un negacionismo que viene de la mano de otros negacionismos como el cambio climático por ejemplo, o incluso los crímenes de lesa humanidad, el terrorismo de Estado, que lamentablemente ese fue el discurso en campaña, al menos, del gobierno que va a asumir en unos días. Me parece que hay que reconocer el trabajo que viene haciendo el Inadi y que además, hasta ahora, desde su creación hace casi 30 años -en un contexto muy complejo en el que veníamos de tener atentados terroristas en nuestro país, es que se crea el Inadi- viene siendo hasta este momento una política de Estado; pasaron varias gestiones y más allá de recibir más o menos financiación o de tener más o menos protagonismo político, se ha mantenido y ha mantenido su tarea en ese sentido en nuestro país. Básicamente el Inadi es un mediador entre la ciudadanía y el Estado, pero sobre todo, un paso previo a tener que llegar al Poder Judicial cuando mis derechos son vulnerados como ciudadano por una cuestión discriminatoria. No todo es discriminación, no todas las violencias tienen que ver con la discriminación, ocurre cuando se utilizan alguno de estos pretextos como el género, la etnia, la discapacidad, la orientación sexual para vulnerar derechos, para limitarlos. Eso es la discriminación jurídicamente. Por supuesto que como fenómeno social abarca mucho más y está la discriminación está metida hasta en el lenguaje. Muchas referencias relacionadas a lo negro vienen de una matriz racista, entonces lo negro suele estar vinculado en los dichos populares a una cuestión negativa, como una “una mano negra”, “trabajar en negro”, “un día negro”. Eso para explicar cómo hasta esas expresiones que parecen una naturalidad y que parecen inocentes responden a una matriz racista. O cuando decimos “no hay peor sordo que el que no quiere oír” o “peor ciego que el que no quiere ver”: ahí también hay un sesgo capacitista de origen, que ya no lo vemos porque así se originó y se naturalizó. Pero jurídicamente está muy bien delimitado, la ley sabe exactamente qué es un acto discriminatorio, eso no quiere decir que otras prácticas, otras ideas y otros discursos no dejen de ser también discriminatorios.
-O irrumpan como nuevas discriminaciones ¿puede ser?
-Claro que sí, las prácticas sociales son sensibles a los discursos que circulan y que se van legitimando. Hay climas sociales que se crean y sobre todo si son los propios líderes políticos quienes llegan a los gobiernos quienes los impulsan. También desde mi experiencia en la delegación pude ver cómo el Inadi tiene una referencialidad que excede su tarea, porque casi el 40 por ciento de las consultas que recibimos en estos siete meses las terminamos derivando a otros organismos del Estado. Que también me gustaría destacar que pudimos en este tiempo articular trabajo con otros organismos del Estado nacional, provincial e incluso municipal; con dos municipios firmamos convenios –Posadas y Puerto Rico–; trabajamos con mucha cercanía con varios de los ministerios, el gobierno provincial, sobre todo con Educación, Derechos Humanos, Trabajo y también con algunas secretarías o agencias del ámbito local que tienen que ver con temáticas que trabajamos. También esta referencialidad que tiene el Inadi y los datos que pudimos recopilar en estos siete meses nos hablan de que hay un acudir al Inadi por problemas que a veces no tienen que ver con discriminación, a veces sí.
-Pero está latente que el Inadi está activo.
-Exacto. En estos siete meses tuvimos en promedio –como se trata de un promedio no es un número entero- casi una consulta diaria.
-¿Sobre qué cuestiones recibieron consultas?
-Recién te mencioné consultas, que no son lo mismo que las denuncias que finalmente se terminan efectivizando. En términos de denuncias tuvimos casi una denuncia por semana, y en términos de consultas, casi una consulta por día. Los temas en general se relacionan a discriminación que tiene que ver con discapacidades, con orientación sexual y con género. Este año también hubo muchas consultas sobre discriminación gremial, política-ideológica. En definitiva, las motivaciones de la discriminación son bien variadas y los ámbitos en que más se discrimina son consistentes con el Mapa Nacional de la Discriminación, que es un relevamiento nacional que hace el Inadi periódicamente a través de las universidades públicas, donde aparece el ámbito educativo como en el que más se discrimina, luego el ámbito laboral, seguido por ámbitos relacionados a las gestiones locales.
-¿Quiénes discriminan en la educación?
-Entre pares, entre docentes, directivos; es el ámbito más conflictivo en este sentido, y no solamente entre pares, estaría cruzada la discriminación. Pero una reflexión que está bueno decir, es que en definitiva los chicos terminan llevando en sus prácticas de bullying, de acoso entre pares las mismas prácticas que aprenden en sus casas. Así que en ese sentido me parece que se pone en valor la tarea, la misión del Inadi. Hemos hecho 35 capacitaciones, calculamos que llegamos a alrededor de 2 mil personas capacitadas en distintos ámbitos, trabajamos muy cercanamente en sitios de capacitación en empresas que están instaladas en el Parque Industrial de Posadas, estuvimos también en el Silicon Misiones a pedido de quienes lo dirigen haciendo capacitaciones, talleres de sensibilización, es decir, te decía que el ámbito laboral es donde más aparece la discriminación, y aparece el género, las desigualdades de género, el prejuicio en torno al género como las principales causas de discriminación. También estuvimos en las escuelas capacitando directivos, equipos docentes y supervisores. Así que estamos satisfechos con el trabajo y agradecidos con quienes colaboraron, no solamente personas que están en la función pública sino también las organizaciones sociales, que en muchos casos ellas mismas se acercaron, más allá de que también propusimos encuentros llamados Encuentros por la igualdad, para trabajar con lo que denominamos con las poblaciones históricamente vulneradas, y se ve mucha preocupación por el panorama que viene en este sentido por parte de estas poblaciones más vulnerables.
-¿Si bien va cerrando un ciclo, quedan pendiente, cosas enlazadas para el próximo año?
-Es que ya de por sí, con todos los recursos que están a la disposición y con toda la mejor voluntad, en mi opinión, todo el trabajo que se viene haciendo en materia de defensa de derechos de las poblaciones históricamente vulneradas sigue siendo insuficiente, por eso no me quiero ni imaginar lo que va a ser si de hecho se cumple, como decía Martín Cesino (en Plural TV), lo que vienen anunciando, que no sabemos si se va a cumplir, relacionado a los recortes en los organismos que se encargan de proteger a quienes de por sí históricamente vienen siendo más vulnerados. También me sumo a la preocupación de un amplio sector de la ciudadanía por estas cuestiones, más allá también de un montón de otros anuncios que se escuchan y que como decía el diputado Cesino, el domingo recién vamos a saber cuáles se van a efectivizar.
-Supongamos el peor de los escenarios: desaparece el Inadi y se avanza con todas estas cuestiones de discriminación. Pero quedan las leyes que están vigentes en defensa de los ciudadanos…
-Sí, pero de todas maneras se viene viendo una voluntad de avanzar sobre esos propios derechos, que ya serían como el último bastión de defensa porque al menos en campaña vienen cuestionando la justicia social, los propios derechos que “son costosos”, un poco en esta línea de poner el foco en quienes estamos abajo y lograr que nos peleemos entre nosotros, y lamentablemente pareciera que lo vienen logrando. En el mundo, no solo en nuestro país, la desigualdad es cada vez mayor, es decir, quienes ya tienen muchísimo, y que no lo van a poder aprovechar en sus vidas por cuestiones biológicas, cada vez tienen más, o sea hay ocho personas en el mundo que concentran la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre de la población. El 50 por ciento de las riquezas están en manos del 1 por ciento de la población. ¿Libertad para quiénes y para hacer qué? ¿Libertad como sinónimo de anarquía, por ejemplo en los mercados financieros, para que quienes ya tienen puedan tener aún más y quienes no tienen se queden directamente sin nada? Esa sería la pregunta si es que eso viene a significar en este contexto la palabra libertad.
