En las elecciones de este domingo, perdió el presidente Jair Bolsonaro (43 por ciento). A Lula, principal contrincante que logró la mayoría de los votos, no le alcanzó (48 por ciento): necesitaba el 50 por ciento más un voto. Se abre un período de incertidumbre en la principal economía de América Latina.
Domingo 2 de octubre de 2022. El expresidente Lula da Silva se impuso en las elecciones en Brasil este domingo con el 48,35% de los votos, frente al 43,27% del mandatario ultraconservador, Jair Bolsonaro, quien ve revivir su plan de reelección tras lograr una mejor performance de la anunciada por los sondeos. La jornada, que transcurrió sin hechos de violencia, estuvo marcada por las largas filas en los centros de votación. El Tribunal Superior Electoral ratificó el resultado final y confirmó que habrá segunda vuelta.
El resultado, con tan mínima diferencia entre los dos candidatos, plasma de una forma categórica la polarización que vive Brasil y abre un período de incertidumbre en el principal socio de Argentina y la principal economía de América Latina. El balotaje se celebrará el 30 de octubre.
El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, sostuvo que el porcentaje alcanzado por Lula era previsible, pero que lo sorprendió la extrema polarización que lleva a Bolsonaro a quedar a 5 puntos del líder de PT. Dijo que los nuevos desafíos están orientados a buscar electores que eligieron otra fuerza política o a los que no fueron a votar.
“La segunda vuelta será la primera oportunidad para tener un debate cara a cara con Bolsonaro”, dijo Lula.
El candidato señaló que a partir de este mismo lunes comenzará la campaña para el ballotage del próximo 30 de octubre. “La lucha continúa hasta la victoria final”, prometió.
Jair Bolsonaro, en tanto, en su primera declaración tras los resultados electorales del domingo, dijo que ve una sensación de cambio en el país pero advirtió que “los cambios pueden ser para peor”.
“Tenemos una segunda vuelta por delante” y “podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando” y que el Gobierno “no ha dejado de atender a los más pobres” mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó. ”Entiendo que hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor”, dijo el mandatario, en declaraciones a la prensa frente a su residencia oficial en Brasilia.
Citó como ejemplos los casos de Argentina, Venezuela y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños “no pueden correr el riesgo de perder su libertad”. “Mi preocupación es que Brasil siga el camino de Argentina, Colombia, Venezuela y Nicaragua”, insistió.