El diputado Gustavo González pateó el acuerdo de las cúpulas de la UCR avaladas por la Convención Provincial. Descartado por el poder permanente del Partido, el diputado no se achica y apela a la ley y la institucionalidad. Antes de que lo pasen por la guillotina fue uno de los que condenaron a propios y extraños. En ocho años de mandato no supo o no pudo construir un espacio alternativo al poder tradicional de la UCR, que está cada vez más concentrado en Posadas.
Lunes 19 de abril de 2020. El diputado Gustavo González confirmó que competirá en las PASO como candidato de la Unión Cívica Radical en la Alianza Juntos por el Cambio. De esta manera dinamita los acuerdos de cúpula que lo dejaban afuera de las candidaturas, tanto para las elecciones provinciales como nacionales. Con mucho poder de presión de Posadas y los referentes conocidos pero ya octogenarios, se logró que la Convención Provincial reunida el domingo antepasado impusiera los nombres en las listas, producto de las trenzas entre las agrupaciones que ya no toman decisiones por cuestiones de principio sino que se van acomodando en función de las relaciones de fuerza al interior del partido.
Lejos de toda delicadeza o de simulación democrática, las autoridades del partido emitieron un comunicado oficial rememorando el “opama la discusión” ya que decide eliminar las compulsas internas para la toma de decisiones. Ya en el primer párrafo el texto del comunicado no deja lugar a dudas. Dice textualmente: “La Convención Partidaria de la Unión Cívica Radical Misiones, ratificó la lista a diputados provinciales encabezada por Ariel “Pepe” Pianesi que había propuesto el Comité Provincia, y al mismo tiempo confirmó a Martín Arjol como el precandidato a diputado nacional que competirá por el radicalismo, en las PASO de agosto, dentro del Frente Juntos por el Cambio”.
En la Convención compitieron las listas para diputados provinciales encabezadas por Pianesi y por González. Ganó inapelablemente la que dispone que Pianesi ocupe el primer lugar y Lilia Torres el cuarto. Los dos de Posadas. La inclusión de una docente de Campo Ramón es meramente testimonial ya que ocupará el sexto lugar en la lista en unas elecciones para las que JxC Misiones no está despertando expectativas.
Lo que cuestiona el diputado González es la nominación de Arjol como candidato firme para las primarias. El concejal posadeño que ya no tiene reelección no integraba lista alguna como desliza el comunicado oficial de la UCR sino que fue sugerido por los convencionales. Ni la Convención, que es la máxima autoridad partidaria ni mucho menos el Comité central provincial tiene las facultades de negar a cualquier afiliado que haga una lista y cumpla con los avales y requisitos de la Junta Electoral de presentarse como candidato y exigir elecciones internas.
Tampoco el cerrojo que opera sistemáticamente, desde al menos dos décadas en el partido, puede impedir que una agrupación se presente en las PASO. Precisamente es el espíritu de la ley que ahora JxC defiende a muerte. Por eso son primarias, abiertas simultáneas y obligatorias.
González candidato
El comunicado del equipo de prensa, ya en el título patea el tablero. Dice: Gustavo González confirma su candidatura a diputado nacional. En la bajada agrega: el actual diputado provincial confirmó que competirá en las PASO como candidato de la Unión Cívica Radical dentro del Frente Juntos por el Cambio.
Después de afirmar que será candidato para “ponerle freno al kirchnerismo” y de apelar a la unidad de JxC, con respecto a la Convención Radical, sostiene que González manifestó “hizo una sugerencia” respecto del partido en las PASO. Y enfatiza “nadie nos puede impedir participar porque ello sería ilegal y violaría los principios democráticos que representa el radicalismo”.
González y el 10 de Termidor
No es causal que el equipo de prensa del Diputado concluya el comunicado haciendo referencia a “estos años de militancia”. La UCR, como partido de tradiciones y de “gente conocida”, hace valer la antingüedad y los apellidos en la construcción de un capital simbólico en la toma de decisiones que se entiende mejor desde un abordaje sociológico que político. Las relaciones sociales que establecieron y se consolidaron condiciona la toma de decisiones al interior del partido.
El método emparentado con el caudillo y el entorno tiene vasos comunicantes con las organizaciones de logias y hasta mafiosas.
Se explicaría así la razón por la cual Tulo Llamosas fue siempre considerado un outsider y un peligro para la continuidad de la sangre en los cargos directivos.
Claro, cuando la crisis de representación del partido y su corrimiento a la derecha del arco ideológico fue disminuyendo su peso en la opinión pública, empresaria y de trabajadores, se achicó la torta y ya no había espacio para dos cabezas o dos apellidos influentes. Algo de esto hay en expulsión de María Losada en 2015.
Estos controles internos que eligen eliminando a la competencia en el armado de listas de convencionales, de cargos y de candidatos, está en la base también la las frustraciones que siguieron a la excelente elección de 2013.
Los jóvenes y generación intermedia que surgió entonces, en un repaso breve, no se animó a la ruptura con las influencias del poder permanente en el partido. La recuperación del ideario yrigoyenista era posible. A los que se jugaron: María Losada y Hugo Escalada, les cortaron la cabeza. Walter Molina se aseguraba la protección del capo de Posadas, Hernán Damiani y en ese sentido no se equivocó porque tuvo una reelección. ¿Pero hoy dónde está?
González, que había ganado una interna con bastante participación, más allá de los reclamos judiciales que hoy se espejan en la provincia de Buenos Aires y en Córdoba, el diputado por Eldorado decíamos, como cabeza de lista pudo haberse sumado a la movida de renovación de la UCR. Sin temerle a la palabra, después de todo Renovación y Cambio fue la agrupación con la que Raúl Alfonsín ganó adhesiones para desplazar del partido a los conservadores del balbinismo tardío. Renovación fue también la del PJ después de la derrota del partido en 1983.
Sin embargo González optó por la fácil y se alineó con Barrios Arrechea que ajeno a los nuevos tiempos le dio una mano de bleke con su apoyo y sus ocurrencias de patriarca. Todos recuerdan aquello de que es buen candidato a gobernador porque tiene ganado “el voto bombacha”.
Definida su acción en función de las diferencias entre posadeños, cuestiones que le son ajenas, pero que definieron su rol jacobino en la Cámara de Representantes, en lugar de construir y consolidar un espacio propio. Primero fue degrado en las listas de 2017 y ahora, ahora le llegó el 10 de Termidor. Su oposición denunciativista y nada constructiva, de desprestigio de la política replicando el juego de las Carrió y Bullrich, González, como Robespierre en 1794, termina sucumbiendo por su apuesta a la inestabilidad que sólo termina beneficiando a los poderes permanentes del partido.