Los diferentes actos que mostró el peronismo en Buenos Aires muestra al movimiento en “estado asambleario”, definió el dirigente y militante justicialista, Carlos Valenzuela. El país está viviendo una transición que probablemente se defina el año que viene, donde el pueblo definirá si va a tener un Estado que los proteja o si va a destruir el Estado que los protege”, enfatizó en su paso por Plural TV. El 17 de octubre de 1945 se consolidó el peronismo, fecha devenida en el Día de la Lealtad a partir de la gran movilización obrera y sindical hacia la Plaza de Mayo de Buenos Aires, donde el pueblo exigió y logró la liberación del entonces coronel Juan Domingo Perón. Fue la movilización más importante del movimiento obrero, que los transformó en un sujeto protagónico de la historia argentina.
Miércoles 19 de octubre de 2022. Hace 77 años, el movimiento obrero se convirtió en sujeto histórico, al marchar hacia Plaza de Mayo, en Buenos Aires, para liberar a Juan Domingo Perón, encarcelado unos días antes. “Hoy el país no es el mismo que entonces, pero las convicciones son las mismas. La lucha es por la distribución de los recursos”, reflexiona el dirigente justicialista Carlos Valenzuela, en Plural TV.
“El peronismo en su proceso, como generador de sujeto histórico en la Argentina, generó la clase media, la que más se benefició, siempre, con el movimiento justicialista. Sin embargo es la que compra esos espejitos de que achicar el Estado es agrandar la Nación. Esos sectores quieren romper la herramienta, el Estado, que es el que puede generar los equilibrios”, analizó.
Respecto al papel del presidente Alberto Fernández en este contexto mundial, después de una pandemia que no nos dejó mejor, sino con un mundo más violento, con guerreas y fascismos, el Presidente se quedó con “ese discurso de amigos, coloquial; el del profesor amigote, cuando en la sociedad se abrieron los sarcófagos y salieron los zombis. Cuando el pueblo salió de las calles y quedó en sus casas en la pandemia, salieron todos los zombis representados por Bullrich, Milei y otros más, que hoy exponen pornográficamente lo que van a hacer, y muchos están confundidos. Mientras tanto, Alberto Fernández sigue con ese discurso de los amigos y entonces no hay decisiones”, expresó.
Respecto al peronismo argentino, Carlos Valenzuela define que el movimiento está en “estado asambleario” y por eso, la variedad de representaciones del movimiento, con diferentes actos en buenos Aires, salvo en las provincias marcadamente peronistas como Chaco o Formosa, que centralizaron la celebración en un solo lugar. “El resto del peronismo está en un estado asambleario porque se están discutiendo estas cosas; estamos viviendo una transición que probablemente se defina el año que viene, donde el pueblo definirá si va a tener un Estado que los proteja o si va a destruir el Estado que los protege”, enfatizó Valenzuela en Plural TV.
El 17 de octubre de 1945 se consolidó el peronismo. Esa fecha se convirtió en el Día de la Lealtad, a partir de la gran movilización obrera y sindical hacia la Plaza de Mayo de Buenos Aires, donde el pueblo exigió y logró la liberación del entonces coronel Juan Domingo Perón, detenido pocos días antes. Esta movilización, la más importante del movimiento obrero, los transformó en un sujeto protagónico de la historia argentina.
Entrevista con Carlos Valenzuela, en Plural TV
-Carlos Valenzuela, un viejo militante del peronismo, un militante viejo….
-Siempre estamos renovándonos así que estamos siempre vigentes, siempre jóvenes (risas). El peronismo es una fuerza joven en la Argentina, sin embargo es la fuerza política que mayor vigencia tiene a lo largo de la historia, que hace 77 años comenzó a denominarse peronismo pero que tiene una inserción en las raíces profundas de nuestra historia, desde que arrancamos como proyecto de Nación.
-¿Qué pasó simbólicamente aquel 17 de octubre?
-Ese 17 de octubre creo que fue la página política más importante de la vida política de Argentina. Hace su irrupción un nuevo sujeto histórico que modifica todo lo que venía manejándose hasta ese tiempo. Esa irrupción es irreversible, pero siempre habrá un ida y vuelta porque la pelea que se da es por la distribución de los ingresos. Hasta ese momento, a pesar de que se hablaba de que Argentina era el granero del mundo, los ingresos eran para poquitos, estaban muy concentrados. Llegó Perón y desde la Secretaría de Trabajo comenzó a generar derechos y empezó a producirse el corrimiento de la distribución de ingresos, lo que termina generando el Día de la Lealtad, el 17 de octubre, cuando la gente se transforma en pueblo y en sujeto histórico y va al rescate de un líder. Porque los liderazgos son construcciones; no es que a uno se le ocurre que “a partir de mañana soy líder”. No es así. Es una construcción de un liderazgo que tiene que confluir en las cualidades de una determinada persona, a quien el pueblo acepta y unge como líder. Ese liderazgo, ese sujeto histórico, no tiene retroceso, podrá tener vaivenes, idas y vueltas, pero hay una barrera que no se puede pasar, la de las conquistas logradas por el pueblo como sujeto histórico.
-¿Era previsible, era esperado, aquel 17 de octubre?
-Para los poderes dominantes de ese momento era algo insólito. Incluso narran las crónicas que el propio Perón sentía que estaba atrapado en el tiempo y que tenía que reiniciar su vida casándose con Evita. Que todavía no era Evita, era Eva.
-Esa diferencia también es un sujeto histórico…
-Así es. Entonces, cuando el pueblo sale al rescate, se genera esa simbiosis que transforma radicalmente la Argentina.
-¿Cuál fue el devenir de ese 17 de octubre hasta hoy?
-El devenir: un permanente avanzar y retroceder con el transcurso de los tiempos. Porque el pueblo aprendió que podía salir a defender sus derechos, sus conquistas. La lucha política es una lucha por la distribución de los recursos. Los poderes concentrados quieren seguir concentrados y quieren seguir ganando, quieren que vos ganes menos para que ellos puedan ganar más. Entonces la otorgación de nuevos derechos, como el aguinaldo, las vacaciones, significa que hay menos recursos para el patrón. Y hoy cuando se sancionan leyes que generan derechos, significan menos recursos para algunos. Hoy miramos en el devenir histórico de Argentina con estos avances y retrocesos. El peronismo siempre estuvo a punto de desaparecer para esos sectores, que bombardearon, fusilaron, desaparecieron, mataron, torturaron. Y acá estamos, en distintos momentos y en distintas expresiones. También hay confusión de pensar que la lealtad es con una persona. La lealtad es precisamente con ese sujeto histórico, con los derechos conquistados. En más o en menos, con equivocaciones, con avances y con retrocesos. Pero es en defensa de eso, la lealtad con el pueblo, con las convicciones, con el esfuerzo y con la lucha de los que vinieron atrás proyectando hacia adelante. Hoy el país no es el mismo que era hace 77 años, pero las convicciones son las mismas. La lucha es por la distribución de los recursos. En este periodo del 2019 hasta hoy, las 500 empresas más importantes del país han cuadruplicado lo que hicieron de diferencia con respecto al gobierno anterior. Sin embargo, evidentemente por una cuestión de clase y cultural, sostienen un proyecto que les hace perder plata. Y hoy tenemos sentado a la mesa de la distribución de los recursos un actor más, que es el actor que impone condiciones, que es el Fondo Monetario Internacional, que pretende cobrar la deuda. Es como que estemos en la mesa con el vecino de al lado, que es gordo, poderoso y fuerte, y que viene, se te sienta, y vos tenés un plato de guiso y el tipo quiere comer todo tu plato de guiso. Así, bien clarito, donde mamá o papá tienen que decir: “pará un poquito, a vos te toca esto”. Entonces todo lo que retrocedamos como Estado significa que ese gran acreedor se garantiza que le podamos pagar. Pero la discusión es ¿quién es el que va a pagar? Aparentemente, por lo que estamos viendo, los que vamos a tener que pagar somos los sectores más desprotegidos: el pueblo, el trabajador. Y uno escucha estos sectores de la tilinguería argentina, con nombre y apellido como Bullrich o como Milei, que uno dice que va a entrar al Estado con una motosierra y la otra dice que en diez minutos va a hacer todo lo que no hicieron antes. Eso significa que van a garantizar concentrar los recursos nuevamente en una pequeña minoría al servicio del pago de la deuda, y nosotros vamos a tener que quedar mirando la fiambrera, como decían antes.
-¿Por qué crecen esos sectores si vienen diciendo lo que van a hacer?
-Ahora es pornográfico, porque antes te ocultaban lo que iban a hacer; ahora te lo dicen. Sacó un libro el ex presidente (Mauricio Macri) donde dice clarito lo que van a hacer. Y hay gente que piensa que ese es el mejor camino, que esa es la salida. Sin embargo, el peronismo en su proceso, como generador de sujeto histórico en la Argentina, ha generado la clase media, y justamente la clase media es la que más se benefició siempre con el movimiento justicialista. Pero, sin embargo, es la que compra esos espejitos de que achicar el Estado es agrandar la Nación. Achicar el Estado es como que tengas que operarte de algo y digas que tenés que romper el bisturí. ¿Con qué te vas a operar si rompés el bisturí? Esos sectores quieren romper la herramienta que hay que es el Estado, que es el eje que puede generar los equilibrios en la balanza.
-¿Hoy, el peronismo, está en el Gobierno?
-Yo creo que ocurrió algo que vengo masticando despacito, y tiene que ver con la impronta personal de cada uno. Alberto Fernández es un hombre que se sumó para que agregue eso que faltaba. Habló y convocó a un sector y después vinieron un montón de cosas que ocurrieron en el mundo, que se transformó después de la pandemia. No estamos mejor. El mundo está más violento. Hay guerra, aparecen los fascismos. Y él quedó con ese discurso de amigos, coloquial, el profesor amigote, y en la sociedad se abrieron los sarcófagos y salieron los zombis. Cuando el pueblo salió de las calles y quedó en sus casas en la pandemia, salieron todos los zombis representados por Bullrich y otros más. Todos los zombis salieron en Argentina y se expresaron públicamente. Esos zombis hoy exponen pornográficamente lo que van a hacer, y muchos están confundidos con eso. Mientras que Fernández quedó en el discurso de los amigos y entonces no hay decisiones. Fíjense que ahora anuncia que va a haber un bono. ¡No tenés que anunciar; tenés que hacer! Porque si anunciás, das tiempo a que te descalifiquen. Mi amigo Larreta´, dijo Fernández. No es su amigo por más que sean buenos vecinos. Esto no es una cuestión de amigos.
`Mi amigo´ dijo por el dueño de Clarín. Héctor Magnetto no es su amigo. El mundo se volvió violento y no son solo las bombas en Ucrania. Por eso el resultado en Italia (el triunfo de Giorgia Meloni podría confirmar el auge de la extrema derecha en Europa), donde vamos viendo cosas como estas. En ese marco, la sociedad busca personalidades fuertes, y nuestro Presidente no tiene esa personalidad.
-¿Te llamó la atención la cantidad de votos de Bolsonaro?
-Sí. Y tiene que ver con esto. Con esas expresiones que se van consolidando. Vamos a vivir un tiempo en este mundo en el que van a haber esas expresiones. Las sociedades, los pueblos buscan certezas, y cuando aparecen esas personalidades, por más que, algunos, muchos o pocos, entendamos que esas no son las soluciones y venimos a ser como un faro en medio de la niebla, en cambio él les ofrece certezas. `Tenés que meter plomo y regalar armas´ dice él. No es ninguna solución regalar armas y meter plomo. Es una cuestión compleja.
-¿Cómo encuentra este 17 de octubre a los peronistas?
-En estado asambleario. Por eso muchos movimientos, muchas representaciones. Hablando de Buenos Aires, un acto en la plaza, otro en el estadio Obras, otro por acá, otro por allá. En las provincias también. Salvo en provincias donde hay conducciones fuertes como Formosa o Chaco, que se centralizaron actos en un solo lugar. Pero el resto está en un estado asambleario porque se están discutiendo estas cosas, y estamos viviendo una transición que probablemente se defina el año que viene. El pueblo va a definir si va a tener un Estado que los proteja o si va a destruir el Estado que los protege.
