Los aportes no reintegrables de la Nación a la Provincia están previstos en 8,2 mil millones de pesos para 2016 que ingresarían para obras públicas y programas como el incentivo docente o el FET. Economistas y diputados del macrismo lo consideran subsidios. Si se suman los 2,4 mil millones que la nación distribuye en forma directa a los ciudadanos por la AUH y el Procrear, son más de 10 mil millones de pesos que un gobierno neoliberal podría eliminar por considerarlo subsidios que generan déficit.
El proyecto de Presupuesto de Gastos y Recursos para el Estado misionero está previsto en 30,6 mil millones de pesos para 2016. El destino de las erogaciones privilegia como en todos los gobiernos de la renovación la inversión en áreas sociales, como la Salud, Educación y asistencia que supera los 16 mil millones de pesos, aunque las inversiones en los programas habitacionales y de fomento de las chacras deberían también computarse como sociales. La tierra y el techo, junto al trabajo tiene una atención en los programas de la renovación mucho antes de las famosas tres T del Papa. El Presupuesto en realidad pone en números el plan de gobierno. El mérito del menaje del Ejecutivo es que no fue refutado por las oposiciones que no pueden colocarse a la izquierda para presentar alternativas. Las pocas discusiones se registran se dan por el lado de los recursos. Estos, como se sabe, tienen tres flujos: los de origen provincial, recaudados por la DGR; los provinciales de origen nacional, recaudados por la Afip, pero que son de Misiones; y los aportes no reintegrables de la Nación. Después del resultado electoral nadie se atrevió a poner en dudas la política fiscal, que la renovación plebiscita en cada comicios. Sin embargo, como se adelantó en una nota anterior, la UCR puso el acento en la distorsión que existe en la distribución primaria de los recursos impositivos. Es cierto que esta proporción ha ido decreciendo desde la reforma de 1988, cuando 42.34 % iba a la Nación y el 54.66 % a las Provincias. Hoy el reparto corresponde en un 73% a la Nación y sólo un 27% a las provincias. ¿Pero qué hace la Nación con esos dineros? Siempre los gasta en las provincias de un modo u otro ya que la nación sin el territorio de las provincias es una mera abstracción. Entonces, lo que se reclama es el manejo de esos fondos. No es lo mismo que le cesión de 1988. Ahí sí hay pérdida ya que el flujo de recursos se distribuye en otros distritos. Es cierto también entonces lo que marca Thomas en los debates. La pérdida de ingresos que aqueja a Misiones tiene origen en la disminución estructural del índice de coparticipación secundaria que, por imperativos de época, se produjo en 1988 cuando Alfonsín era presidente, Barrios Arrechea su ministro de Acción Social, Humada gobernador de Misiones y Mabel Marelli presidía el Legislativo misionero (ver nota anterior). El director General de Rentas de la provincia dijo que se pueden estimar en más de 35 mil millones de pesos la caída de esos ingresos. Pero así y todo, las oposiciones políticas en la provincia insisten, fundamentalmente la UCR, en que todo el mal radica en la mala distribución que hace la Nación, en la actual distribución primaria de los recursos, es decir, qué parte del total recaudado queda para la Nación y qué parte va a las provincias. Lo que no se tienen en cuenta es la razón de esa disminución en la distribución primaria. Está causada principalmente por los llamados “fondos especiales” que fueron conformándose con los ingresos que le correspondían a las provincias. Pero contrariamente a lo que se denuncia como chicana política no es por autoritarismo del kirchnerismo, estos fondos, son establecidos en el Estatuto Orgánico del Presupuesto ya desde 1996. Indica que los fondos especiales son “los ingresos definidos en la ley para la prestación de un servicio público específico así como los pertenecientes a fondos sin personería jurídica creados por el legislador” Es decir que son los representantes del Congreso los que van decidiendo el engrosamiento de esos fondos.
¿RESPETARÁ EL MACRISMO LOS FONDOS ESPECIALES?: En cálculos gruesos, si la provincia pierde la mitad de sus ingresos de la coparticipación por la distorsión en la distribución primaria, se puede estimar esa pérdida en 6,5 mil millones de pesos en 2016. Pero esos “no ingresos” van a conformar fondos especiales. ¿Cuánto recibirá Misiones de esos fondos?. De acuerdo con el Presupuesto el total de los aportes “no reintegrables” de la Nación se prevén en 8 mil millones de pesos, los que en el Presupuesto figuran con la denominación técnica de “necesidades de financiamiento”. Vaya a saber por qué los contadores tienen esa jerga. La gente común se confunde y hasta compañeros periodistas creen que se referencia a deudas a tomar. Nada que ver. Son aportes no reintegrables que tienen fines específicos y en los que también participa el Congreso en su determinación. En el Presupuesto 2016, los destinados a obras públicas ascienden a 5,2 mil millones de pesos. Para distintos programas habitacionales el aporte redondea los 2 mil millones, para obras en Educación 700 millones, Vialidad 600 millones, otro tanto para obras de saneamiento, y casi 500 millones del Fondo Federal Solidario para obras municipales, entre los tantos aportes específicos como los 250 millones de programa Más Cerca Mejor País Más Patria. Los aportes de Nación no afectados a obras públicas superan los 2,6 mil millones de pesos. El más grueso es el FET con casi 900 millones y le sigue el Incentivo Docente con 631 millones de pesos. Programas de Salud por 190 millones y el Fondo Federal Solidario por más de 200 millones. A todo esto hay que sumar los 2 mil millones de pesos que ingresan a Misiones, directamente a los ciudadanos sin pasar por el Estado en concepto de asignación universal y los 400 millones por el Procrear. Es decir que haciendo un balance, Misiones no pierde sino que gana con el actual estado de reparto. Aunque es cierto que hay en el mecanismo una cesión de autonomía. Muchos de estos fondos son conformados por impuestos como a las retenciones a la soja. ¿Qué pasará con retenciones cero? Otros por los impuestos al cigarrillo. El FET, para macristas como los economistas Sturzenegger y Melconian, y el diputado Pinedo son subsidios y no derechos de los tabacaleros. El ex CEO de Shell, que será ministro de Energía de Macri, ya se pronunció por liberar de impuestos a los combustibles. ¿Caerán los aportes para Vialidad? De esta manera, en el debate por el Presupuesto en la el parlamento misionero, volvió a estar subyacente lo que está en juego en el balotaje del 22.
CFK SE OPUSO EN LA CONSTITUYENTE: Analizando estas distorsiones, Iván Budassi, un funcionario de Scioli, recuerda que estos problemas fueron premonitoriamente advertidos por nuestra Presidenta hace algunos años. En una nota que titula “Coparticipación: La profecía cumplida de Cristina”, señala que “la doctora Fernandez de Kirchner tuvo una valiente intervención en la Convención Constituyente de 1994. Allí no siguió el dictamen de la mayoría en torno al tema, sino que hizo valer su opinión propia en un dictamen minoritario, en el que dijo que si se permitía la creación de fondos especiales que sacaran recursos a las provincias, el sistema se desnaturalizaría hasta hacer inviable la subsistencia de muchos estados provinciales. Cristina Fernández dijo entonces: «Se ha invertido la participación en el ingreso tributario y las provincias han quedado con apenas el 46 por ciento; tienen más funciones vinculadas con la calidad de vida de la gente y menos dinero para solventarlas. ¿Cómo no va a haber provincias inviables si nos están federalizando los gastos y centralizando los recursos?… Debemos invertir la discusión y plantearnos qué misiones y qué funciones tiene hoy la Nación y cuántos recursos maneja para esas misiones y funciones, que constituye la discusión principal.(…) Puede haber asignaciones específicas, si las necesidades excepcionales así lo justifican, pero no deben serlo de la parte que les corresponde a las provincias, porque si no, estamos frente a una federalización al revés”. En soledad previó lo que sucedería. Hoy, Buenos Aires junto a Misiones son las más perjudicadas con la reforma de 1988. Por eso la provincia es una aliada estratégica en plantear la reforma que se debe desde 1996. La Capital Federal, está en las antípodas. Recibe más de lo que aporta.
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