El intendente de San Antonio admite que parte de la población de su comuna trabaja del otro lado de la frontera, en Brasil. Es una de las zonas binacionales integradas, con sus propias particularidades. Bernardo de Irigoyen es un colador, con unos seis kilómetros de frontera seca donde es casi imposible evitar el pase informal, aseguran.

Miércoles 25 de marzo de 2020. Las particularidades de las fronteras rompen la lógica y la organización cuando quedan dentro de las medidas generales, adoptadas por lo general desde miles de kilómetros. La frontera es permeable, aún ante los ojos de las autoridades.
El jefe comunal de San Antonio, en el norte misionero, Fausto Rojas, sabe que a pesar del esfuerzo del Gobierno provincial que, por ejemplo, envió más policías a su localidad, ubicada «donde comienza la Patria», los ciudadanos igualmente intentan cruzar a Santo Antonio a cumplir con sus tareas laborales, una situación similar a la que se detecta en la cercana Bernardo de Irigoyen. Son poblaciones que crecieron unidas a las ciudades vecinas, pegadas, aunque pertenezcan a naciones diferentes.
“Por más esfuerzo que hacemos desde el municipio y las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales no podemos parar que la gente cruce de San Antonio a Santo Antonio –hasta comparte en nombre- por lugares no habilitados”, admitió el intendente argentino, Fausto Rojas.
Muchos ciudadanos que residen en San Antonio trabajan en la localidad brasileña y pese a las disposiciones que establecen el aislamiento obligatorio, tratan de llegar a sus lugares de trabajo como pueden. Este tránsito todavía es frecuente porque Brasil no lleva adelante una cuarentena tan estricta como la de Argentina.
Brasil ofrece a los trabajadores argentinos de hacer tareas en su mayoría en una gran fábrica de tejidos; otros en supermercados y negocios y otros, en trabajos informales. “Allí ganan en reales que cambian a entre 20 y 22 pesos” –dice el jefe comunal que admite que “en San Antonio, lamentablemente, no hay trabajo”.
A través de una comunicación telefónica con Misiones Plural, el intendente Rojas aseguró que blindaron la ciudad y que dejaron abierto un solo punto de ingreso y egreso. “Pusimos barricadas en la frontera, pero no podemos parar la gente. Cuando lo hacemos nos responden que deben ir a trabajar sino no comen porque les descuentan el día”.
Además, San Antonio, en Argentina, cuenta con pocos hombres de las fuerzas de seguridad Nacional. “El Gobierno provincial envió más efectivos provinciales, no así la Nación. La Gendarmería Nacional apostada en San Antonio depende del Escuadrón XII de Bernardo de Irigoyen, que a la vez tiene pocos efectivos para custodiar la frontera”.
El intendente Rojas solicitó, en ese contexto, más efectivos de seguridad nacional en su localidad, “de Gendarmería o Ejército”, dijo.

En Bernardo de Irigoyen

parque
Parque de Integración, emplazado en los dos países.

Bernardo de Irigoyen, la ciudad ubicada en el punto extremo Este del país, tiene frontera seca con Brasil. Está unida con las localidades de Barracão y Dionisio Cerqueira, que a su vez pertenecen a dos estados brasileños diferentes: Paraná y Santa Catarina.
Es uno de los puntos aduaneros y migratorios más importante de la región, ya que gran parte de la comunicación del transporte de cargas, de pasajeros y en vehículos particulares transpone la frontera en ese punto.
Además de contar con Migraciones existe un convenio de Tráfico Vecinal Fronterizo (TVF) que permite el cruce de personas residentes en ambas localidades “por el costado” del paso habilitado. Es que las ciudades están unidas y conforman un solo conglomerado urbano, al punto tal que una sola plaza, el Parque Turístico Ambiental, homenajea esa unión. “Son seis kilómetros de libre paso seco”, informa el jefe del Escuadrón XII de Gendarmería Nacional, Gustavo Quintana, que asegura que Gendarmes y policías misioneros están apostados para impedir el cruce de personas.
Pero lo saben todos en la zona y lo admiten algunas fuerzas públicas: “es casi imposible el cierre total de la frontera en estos puntos” porque no cuentan con personal suficiente. Y piden: “necesitamos que la Nación envíe más efectivos”.
De todas maneras, Bernardo de Irigoyen, como la mayoría de las comunas de Misiones, están blindadas. Un mensaje grabado del intendente Guillermo Fernández, que circula entre lugareños y medios de prensa, dice que “cualquier ciudadano que no tenga fijada su residencia en Bernardo de Irigoyen, tiene impedido el acceso a la localidad. Solo pueden trasponer dichos retenes los vecinos con domicilio en Irigoyen, personal de salud, ambulancias y transporte de alimentos. Tenemos que poner todos nuestros granitos de arena, que respetemos la cuarentena y nos ayudemos entre todos”, concluye.