La Fundación Reto a la Vida es una ONG que trabaja con recuperación de adicciones. Se sustentan con una panadería industrial y carpintería que, en Posadas, llevan adelante desde el predio ubicado en Itaembé Miní. El responsable de esta organización, Miguel Ángel Benítez, detalló el trabajo que realizan en Misiones desde hace 30 años, durante su paso por Plural TV.

Martes 3 de agosto de 2021. La Fundación Reto a la Vida lleva cerca de 30 años trabajando en Misiones con la rehabilitación de adictos, a partir de la internación voluntaria –en ningún caso compulsiva-. Se trata de un centro cristiano que se rige por el lema “Jesucristo es el camino, la verdad y la vida”. En la actualidad, asisten a unas 185 personas en rehabilitación desde sus tres centros misioneros: en Eldorado, Posadas y Aristóbulo del Valle.
En Posadas están ubicados hacia el oeste del barrio Itaembé Miní, frente al acceso al aeropuerto de la ciudad. Esta fundación comenzó a trabajar en 1985 en Santander, España, para llegar a la actualidad con sedes en 32 países.
“Estamos en la Argentina desde el año 92, cuando empezó la primera casa en la provincia de Buenos Aires, en Berazategui. En 1994 llegamos a Eldorado; en estos casi 27 años, Reto a la Vida tiene tres sedes en Misiones: Eldorado, Posadas, Aristóbulo del Valle”, explica el pastor y titular de la fundación en Misiones, Miguel Ángel Benítez.
Los internos, siempre voluntarios, tienen hoy entre 14 y más de 60 años. Medicamentos, estupefacientes y alcohol, drogas lícitas e ilícitas, es la base de esta problemática social que se profundizó en el planeta con la pandemia de Coronavirus, sobre todo a partir del consumo de alcohol.

-¿Pueden percibir si esta pandemia produjo más adicciones o no abordan este campo?
-Sí, porque todo lo que es adicciones es un campo nuestro. Las estadísticas las tienen en el Ministerio de Prevención de Adicciones, con quienes trabajamos de manera articulada. A veces tienen pacientes para que tratemos; en otras vienen solos. Y cuando hay situaciones que nos sobrepasan, acudimos a ellos o al centro Manantial. Lo importante es que estamos trabajando de manera articulada sí. Nosotros tenemos una estadística desde que comenzó la pandemia, en Posadas, donde tuvimos una internación de 62 personas y egresaron, o se fueron, 28. Quedan ahora de ese grupo, 34 internos que siguen con su rehabilitación. Estamos hablando de hace un año y medio más o menos, y por lo tanto están en la última etapa de su rehabilitación. Así que es una estadística considerable, más del 50% de las personas que permanecen dentro hoy dentro del centro. Años atrás las personas iban y venían un poco más, sin terminar sus tratamientos, pero hoy permanecen. Nuestro centro es un centro cristiano evangélico; esa es la concepción del trabajo, es espiritual. Esa es la primera contención a la que nos aferramos porque sabemos también que la gente, al venir a Reto a la Vida, viene vacía, viene con muchas situaciones espirituales. No se los obliga en absoluto a profesar la religión, ni mucho menos. Pero sí les tratamos de facilitar el camino. Llega un momento en que las personas están tan vacías y hay tanta desesperación dentro de ellos que llega un momento en el que dicen: “bueno quién me ayuda”; imagínate que vienen de una vida liberal a internarse. Ahí presentamos a Jesucristo, no obligada, pero si porque Cristo puede cambiar su vida. Es lo que nosotros creemos, es nuestra base.

-El que viene a Reto de alguna manera acepta esa regla…
-Acepta claro. Casi en su totalidad. Son muy pocos los que no aceptan. Porque también llega un momento donde decís “bueno ahora cómo hago, cómo sigo”.

-¿Cómo es el proceso de rehabilitación?
-Para ingresar a Reto trabajamos a través de entrevistas. Son dos o tres entrevistas que se realizan los miércoles; les hacemos un seguimiento; vemos si realmente el chico, la chica, quiere cambiar, y ahí ingresan. La base es la disciplina: nos levantamos temprano, tenemos horarios para hacer los talleres (talleres de mecánica, tapicería, pinturería, albañilería). Acá podés aprender el oficio que quieras, por la mañana. Después del almuerzo, duermen la siesta y vuelven a los talleres que les toque. Y después hay actividades a la noche. Hay veces que se mira una película, un partido de fútbol; a veces hay reuniones. Así, a grandes rasgos, ese es nuestro día a día.

-¿Pero cómo es el proceso de rehabilitación? ¿Ocupar el tiempo, nomás?
-Equipos médicos dentro de la fundación no tenemos; Reto empezó de esta manera, lo que no quieta que muchas veces tengamos que recurrir a profesionales porque son los que saben del tema. Puertas adentro, los que se encargan de la rehabilitación son los hombres y mujeres que ya están rehabilitados y que están listos para volver a reinsertarse, a empezar una vida nueva y quieren quedarse, en forma de agradecimiento, a ayudar.

-¿Es un voluntariado?
-Sí, es un voluntariado. Se van quedando. Tenemos 70 personas en Posadas y hay 40 personas que ya están rehabilitadas, que son los que hoy contienen a las otras 30 personas. Esto, de una u otra manera hace más fácil todo porque a la hora de la abstinencia, o de cualquier situación, está orientando alguien que ya pasó por esa situación, y puede dar su ejemplo: “mirá, yo hice esto, a mí me ayudó tal cosa”. Reto tiene mucha contención; estamos con el adicto las 24 horas. Priorizamos el acompañamiento para que la persona no se sienta sola.

-¿Los que se van, es porque no pueden adaptarse?
-Cuando quieran pueden abandonar el tratamiento. Es un centro de puertas abiertas. Si bien les hablamos, les hacemos entender algunas cosas, tratamos de convencerlos para que puedan terminar su rehabilitación y puedan terminar lo que empezaron, pero siempre lo decide el interno.

-¿Son todos misioneros o hay gente de afuera?
-Hay gente de Tucumán, de Santa Fe, antes de la pandemia también hubo gente de Paraguay pero a partir de entonces nos encargamos directamente de los misioneros, por se complicó mucho para que la gente pueda viajar. Es una internación; nosotros somos una ONG sin fines de lucro que se autosustenta con los trabajos que realizamos dentro de la Fundación, que son talleres ocupacionales. Tenemos una panadería industrial que aparte de generar fondos para sustentarnos, enseñamos un oficio para que el día que vuelvan a la sociedad, tengan un oficio, una profesión. Hay que tener en cuenta que un alto porcentaje de la gente en rehabilitación lamentablemente tienen una vida de delincuencia, o delinquen. Está muy relacionado. También tenemos una casa de mujeres en Posadas donde hay 32 chicas en rehabilitación, donde también hay un espacio para madres con hijos. ¿Por qué? Porque muchas veces la mujer quiere venir a rehabilitarse pero no es bueno separarlas de sus hijos. Tenemos una casa exclusivamente para ellas y sus hijos, donde también pueden enfocarse en lo que es el tratamiento.

-¿Cuánto tiempo pasan dentro de Reto?
-Eso es relativo; más o menos nuestras normas son del año y medio, a dos años de rehabilitación. En eso hay un proceso. Trabajamos en tres etapas, que es la desintoxicación, la rehabilitación, y la tercera etapa es la reinserción; en la última, el interno va a su casa cuatro días, vuelve a Reto tres días; de alguna manera lo vamos acompañando hasta que puede lograr reinsertarse de nuevo en la sociedad; en la familia, el trabajo o donde pertenecen.

-¿Es una internación compulsiva o es un ingreso voluntario?
-Es un ingreso voluntario. Nuestro programa es un programa de puertas abiertas. ¿Qué significa eso? Que la gente que está, todos, son personas que quieren estar ahí; es voluntario. Pero las situaciones son variadas; a veces lo traen las familias; hay desesperaciones para internar a sus hijos; muchas veces buscan respaldo de jueces pero es muy poco se ha logrado cuando no es por voluntad propia, esa es la verdad. Siempre digo que la rehabilitación empieza cuando reconozco que tengo un problema, mientras tanto se complica mucho.

Plural TV se emite por Canal 4 Posadas, los martes de 19 a 20 horas.