El concepto de interseccionalidad es fundamental para comprender que cuando se analiza la dinámica de lo social es necesario mirar distintos ejes de opresión o discriminación, no solo el género, la etnia o la nacionalidad. Con el fin de empatizar con las luchas de los demás y motorizar los movimientos que pelean por la igualdad, expone Jorge Ríos en su columna de Plural TV.
Jueves 21 de octubre de 2021. La interseccionalidad es un enfoque que subraya que el sexo, el género, la etnia, la clase o la orientación sexual, como otras categorías, están interrelacionadas. La categoría interseccionalidad explica, por ejemplo, cómo el racismo y el sexismo interactúan creando múltiples niveles de injusticia social, es decir, una doble discriminación. El concepto de interseccionalidad surge hace dos décadas de la jurista afrodescendiente Kimberly Crenshaw, quien propuso que al analizar la dinámica de lo social no se debe mirar solo un eje de opresión (como el género), sino también otros aspectos y cuestiones sobre los que existe la opresión social (clase social, etnia, nacionalidad, estatus migratorio, edad, e, incluso, alguna discapacidad), propone Jorge Ríos desde su columna en Plural TV.
El tema surge, en esta instancia, a partir de la reciente publicación de un artículo en Infobae de la socióloga peronista Mayra Arena (famosa por una charla TED denominada “Qué tienen los pobres en la cabeza”, abordado desde su vivencia personal) donde criticó algunas políticas de inclusión de las minorías sexuales por parte del Gobierno nacional, como el uso de la “e” en los discursos oficiales, y la inclusión laboral travesti trans.
“Me parece que el análisis de Mayra Arena le falta esta cuestión de la interseccionalidad”, enfatizó Ríos, para afirmar que “quienes calificaron al discurso de Mayra Arena como de derecha (debido a que su crítica fue desde una postura más interesada en lo socioeconómico que en cuestiones de género), les sería útil revisar el concepto. Ya que cuando la crítica se hace mutua de un lado al otro de quienes reivindican las luchas de los oprimidos socialmente, se debilitan todas las luchas, cuando en realidad deberían complementarse”.
“Creo –desde lo personal- que hay que escuchar a Arena; cuando uno la lee puede estar de acuerdo con un montón de cuestiones, pero no hay que desdeñar otras luchas que son válidas, legítimas, loables y necesarias para defender la propia. Por ello, lo que propongo es integrar a las luchas esta cuestión de la interseccionalidad. En definitiva, es una propuesta de empatizar con otras luchas, considerarlas en su conjunto, y que el análisis no esté sesgado y no se termine desconectando”, consideró Jorge Ríos.
La entrevista
-¿De qué se trata el concepto de interseccionalidad?
-Vamos a aprovechar la coyuntura actual para hablar sobre el concepto de interseccionalidad. Para quienes estamos vinculados al feminismo este concepto no nos resulta extraño, pero quizás para las audiencias más amplias sí. El portal Infobae publicó, hace poco, un informe de Mayra Arena, la estudiante de Ciencias Políticas que se hizo muy conocida por la charla TED “Qué tienen los pobres en la cabeza”, desde la que, de alguna manera, se fue posicionando como una activista en contra de la pobreza. Sobre todo, con análisis que tienen cierta erudición, porque ella proviene de una villa en Bahía Blanca; pero salió de la pobreza y pudo acceder a la universidad. Sus análisis combinan el conocimiento académico con la calle. Además, ella misma se considera pobre. Y escribe tras los resultados de las PASO, que sorprendieron a la mayoría y hace una crítica filosa a la gestión de Alberto Fernández, y una impronta que ella califica de progresía. Un término que tiene una connotación negativa hacia la gestión. Lo que sostiene Mayra Arena es que el Gobierno nacional tiene un discurso inclusivo, pero políticas reales que son excluyentes. En su crítica recorre distintos aspectos, como la salud, la educación, la seguridad. Uno de los puntos más polémicos tiene que ver con: “a quién pensás que incluís cuando hablás con la e”. Se refiere a políticas que el Gobierno nacional viene llevando a cabo como el DNI no binario, el uso del lenguaje inclusivo desde el Estado y desde la educación, y el cupo laboral travesti trans, que si bien Mayra no lo menciona explícitamente, se nota una crítica. No solo critica el discurso y el desarrollo de estas políticas desde un plano más simbólico que concreto, sino que también critica al feminismo y a los emblemas de lucha de las minorías sexuales. Esto genera un debate y salen a contestarle dirigentes sociales como Alejandro “Pitu” Salvatierra desde una entrevista en el canal C5N; Victoria Estéfano -una travesti activista santafecina- en una nota en el portal Cosecha Roja, y César González que se denomina un poeta villero, quien tiene publicado un libro que se llama “Fetichismo de la Marginidad”. Estas tres personas se identifican con los sectores populares, y salen a contestarle y acusarle de tener un discurso de derecha desde la pobreza, que para muchas personas sería una contradicción. La interseccionalidad es una forma de analizar lo social y las dinámicas del poder y de la opresión. Lo que propone el término que fue producido hace dos décadas por la jurista afrodescendiente Kimberly Crenshaw, quien propone que cuando analizamos la dinámica de lo social no debemos mirar solo un eje de opresión, como puede ser el género, sino también tener en cuenta otros aspectos y cuestiones sobre los que también existe la opresión social, es decir, el género pero también la clase social, la etnia, la nacionalidad, el estatus migratorio, la edad, y si hay una situación de discapacidad. Tenemos que conectar los temas e interrelacionarlos porque desde esta perspectiva el análisis no se hace con una suma de opresiones, sino que el resultado del mismo es muy complejo, un análisis que muchas veces se hace de una forma simplista. ¿Por qué hablo de esto? Porque me parece que el análisis de Mayra Arena le falta esta cuestión de la interseccionalidad. Por otro lado, quienes le responden quizá también les vendría bien integrar esta mirada interseccional, porque de lo contrario se debilitan ambos discursos, y las luchas…
-Se debilitan cuando deberían complementarse…
-A eso me refiero. En vez de generar una sinergia para que entre los distintos movimientos aporten, pero cuando se empiezan a pelear el movimiento feminista con quienes militan desde una mirada más materialista, se debilitan ambas luchas en lugar de generar una sinergia. Porque son distintos tipos de opresiones que dan como resultados privilegios o marginaciones. Pensemos: no es lo mismo ser varón, de piel blanca, de clase media o alta, no ser migrante y ser adulto; no es lo mismo para el sentido común hegemónico, en términos de privilegios, que ser una mujer negra lesbiana, trans, migrante; en ese mapa social sufrimos mayores o menores segregaciones, estigma, discriminación. Por eso quería traer este concepto que muchas veces cuesta bajarlo a la realidad. Mayra en su crítica política habla desde su postura de peronista, entonces le habla al mismo grupo político con el que ella misma se identifica en un sentido amplio. Yo, personalmente, creo que hay que escucharla; cuando uno la lee puede estar de acuerdo con un montón de cuestiones, pero no hay que desdeñar otras luchas que son válidas, legítimas, loables y necesarias para defender la propia. Por ello, lo que propongo es integrar a las luchas esta cuestión de la interseccionalidad. En definitiva, es una propuesta de empatizar con otras luchas, considerarlas en su conjunto, y que el análisis no esté sesgado y no se termine desconectando. Ya que muchas veces se le acusa a cierto feminismo blanco o burguetizado de no tener una mirada de lo popular.
-Hay muchas críticas e internas en estos movimientos…
-Exacto; mucha autocrítica también; eso me parece que debe seguir estando y como muchos movimientos tiene contradicciones, me refiero al LGBT y al feminismo, y está bueno que se den este tipo de autocríticas, reflexiones y de alianzas.
-¿Pero son autocríticas o son críticas hacia otros sectores que integran esos espacios?
-Hay de las dos cosas.
-Me parece que los medios resaltan más las críticas entre sectores para deslegitimar estos movimientos.
-Exactamente, entonces aparecen como antagónicos, cuando no deberían serlo.
-¿Y las coincidencias?
-Las coincidencias son las que vienen motorizando la potencia de los movimientos. Yo creo que hay una sinergia necesaria entre el movimiento feminista, el de las mujeres y el de las disidencias sexuales.
-¿Hay un feminismo de derecha?
-Yo creo que siempre dentro de todo movimiento tan amplio hay distintas tendencias, aunque parezca contradictorio. Pero muchas veces también escuchamos consignas como que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos, entonces hay un poco de todo. Y siempre dentro de todo movimiento hay una postura que hegemoniza el movimiento en general, y me parece que lo que hay que rescatar es el diálogo y el intercambio de ideas y de críticas entre las distintas posturas.