Hay un cambio de clima electoral en Misiones. Entusiasma el anuncio de un bloque neo – revisionista que sumará las expresiones provinciales en el Congreso de la Nación. Constituye la construcción de un espacio con la fuerza de representación necesaria para diseñar un acuerdo para el desarrollo económico y social en función de la integración productiva sectorial y regional que lleve estímulos de inversión a todo el territorio nacional. Rompe también con las falsas opciones de la grieta.
Viernes 12 de noviembre de 2021. La sociedad misionera llega a las elecciones del domingo en un escenario enriquecido con la construcción de un espacio de representación provincial que tiene la dimensión política suficiente para romper la trampa de la mera opción, circunscripta a las dos grandes coaliciones que se dicen “nacionales” y que constituyen el nuevo rostro de la histórica disputa del control del Estado entre liberales y populistas.
Es decir que Misiones tiene alternativa fuera de la grieta, entendiendo que la grieta no es simplemente la confrontación entre los dos modelos (proteccionista o librecambio) que están en tensión desde la constitución de la nación Argentina. Es la exacerbación de las diferencias en la virtualidad de los sets de televisión y las redes tecnológicas. Y es a la vez la desideologización de esas diferencias para vaciarlas de contenidos con el objetivo de crear un estado de guerra, guerra civil cultural, como la definió un intelectual español.
Fogoneada desde ambos lados, viene escalando violencia discursiva, pero en realidad oculta falsas opciones al presentarse como únicas, pero hasta ahora ninguna propone una vía palpable de superación de la crisis histórico – estructural que nos mantiene en decadencia permanente y que un abordaje desde las provincias devela sus coincidentes fracasos en corregir las asimetrías internas y la desintegración nacional. La vinculación radial de cualquier punto del país con el centro porteño, como funcionó la Argentina durante doscientos años, es un esquema opuesto a una verdadera integración.
Es el contexto en el que despertó entusiasmo el anuncio de Carlos Rovira sobre la creación de un bloque neo-revisionista en el Congreso de la Nación que se conformará con representantes de los pueblos de provincias expresados en partidos o frentes que en sus distritos rompieron con la dependencia y con las órdenes de los comités porteños.
En Misiones, al ponerse la lupa en las demandas locales, se pudo desnudar ese dispositivo conservador que tienen en común los gobiernos nacionales de los últimos años si se miden los resultados tanto de las políticas de desregulación como de mayor presencia del Estado. No se puede negar que ni desde la lógica de los mercados ni desde la lógica de los gobiernos populares se logró detener el gravísimo nivel de fragmentación social, el empobrecimiento de amplios sectores, la descapitalización de las empresas productivas y la concentración de la riqueza en el polo financiero.
Es la razón por la cual, en notas editoriales, varios medios locales destacaron ayer que “el Gobierno provincial confía en lograr un triunfo en las elecciones del domingo sustentado principalmente en la altísima aprobación de gestión del gobernador Oscar Herrera Ahuad y del intendente de Posadas, Lalo Stelatto, cuyos niveles superan el 85% y se ubican entre los mejores calificados del país”.
En este sentido, ganaron centralidad las palabras del conductor del Frente Renovador cuando dijo que “los misioneros entienden que el voto útil no es el kirchnerismo ni Juntos por el Cambio, el voto útil es al Frente Renovador porque es el único espacio que se va a quedar gestionando y trabajando después de las elecciones, junto a los misioneros, como siempre lo ha hecho”.
Aunque la última palabra la tiene el pueblo en su pronunciamiento en las urnas, en la Renovación hay confianza en el resultado del domingo, más que por los números de las últimas encuestas, porque se interpreta que, al extenderse el diagnóstico a varias provincias como Salta, Neuquén, Río Negro, Córdoba, entre otras, que han mostrado interés en avanzar con la propuesta, los misioneros encuentran mayor soporte para sentir la importancia de tener un bloque de diputados nacionales propio.
“Ha generado entusiasmo el bloque neo – revisionista renovador porque es una idea superadora que deja atrás la grieta y pone en la primera línea de la política nacional a las provincias que siempre han reclamado el federalismo, con Misiones a la cabeza”, manifestó Rovira.
Además se habla de un federalismo no sólo defensivo. El bloque neo – revisionista constituye la construcción de un espacio con la fuerza de representación necesaria para diseñar un acuerdo para el desarrollo económico y social, que rompa con los atavismos, tanto del mercado como de las planificaciones desde Buenos Aires.
Este movimiento desde las provincias al centro es una fórmula de establecer acuerdos posibles diferentes a los acuerdos de convivencia que dejen intacto el dispositivo de apropiación de la mayor parte de la renta nacional por parte del sistema financiero.
El acuerdo federal, al expresar las necesidades de cada provincia, tiene la posibilidad de constituir un programa que supere la mera disputa por la distribución del ingreso nacional, expresado en los modelos de la grieta.
El eje de los acuerdos, que no necesita grandes escenarios sino coordinación entre provincias para la sanción de leyes fundamentales como el Presupuesto, en función de la integración productiva sectorial y regional que lleve estímulos de inversión a todo el territorio nacional.
Desde esta perspectiva el bloque neo – revisionista se enfrentará al desafío de bregar por un acuerdo político amplio que trascienda la visión porteño – céntrica de la dirigencia tradicional que ha fracasado.