Mañana asumen los diputados consagrados en las elecciones del 12 de noviembre como representantes del pueblo de Misiones. Sin embargo, la lógica de la grieta distorsiona sus mandatos y quedan presos de las órdenes del centralismo porteño. La desvergonzada pelea por los cargos y posicionamientos para el 2023 que viene protagonizando UCR arrastró al misionero Martín Arjol, que quedó alineado en uno de los bandos. “Papelones públicos”. Carlos Fernández de la Renovación se sumará al bloque Provincias Unidas con la responsabilidad de demostrar que más allá de las consignas se puede romper la hegemonía depredadora de la grieta que ni se plantea el diagnóstico de la crisis.
Lunes 6 de diciembre de 2021. La UCR volvió a poner su impronta en la política argentina. Envalentonada por los resultados electorales del 12 de noviembre su dirigencia ha desatado una desvergonzada pelea por los cargos en el Congreso de la Nación. Es tan feroz la interna que arrastró al PRO y a los socios de la coalición Juntos por el Cambio.
Lejos de asumir responsabilidades por la gravedad de la crisis argentina exhiben impúdicamente sus ambiciones de poder. Se habla de “poroteo”, “rosca”, “tribus”, “favores”. Son “papelones públicos” como dijo el gobernador de Corrientes para pedir actuar con «responsabilidad y seriedad y no pelearse por los carguitos» mientras por abajo “trenza” con aliados y hasta con el oficialismo para posicionarse. El doble discurso también está de regreso a la escena política.
Es el clima que relega el debate por el fracaso de la democracia que, en tres décadas, no encontró la fórmula para detener la configuración de una pobreza estructural que sume a la mitad de los niños argentinos en una severa privación de necesidades humanas básicas mientras simultáneamente la riqueza nacional se va concentrando en cada vez menos manos y la esfera financiera desplaza a la productiva en la reproducción y acumulación del capital.
Ajenos a este verdadero drama, los operadores fomentan estas peleas para poner en el centro del ring a Negri, Lousteau, Cornejo, Morales, Valdés, Manes, con planes para el 2023. Es la lógica de la grieta para instalar candidaturas. Es la lógica de la política argentina que distorsiona el sentido institucional del acto de mañana en el Congreso de la Nación. Al mediodía juran los legisladores consagrados por los pueblos de cada provincia en las elecciones del 12 de noviembre.
¿Representantes de los pueblos? Te la debo
Es tan fuerte la pelea por los cargos y el 2023 que arrastra a la insignificancia política a los consagrados por los pueblos de provincias, sometidos por las estructuras del centralismo porteño a jugar con uno o con otro.
Es la tensión política a la que está sometido el ucerreísta misionero Martín Arjol, que obligado por los compromisos asumidos en la campaña, entre los que explícitamente se cuenta al gobernador correntino, se ve tironeado por la orden de “jugar” con Negri en contra, nada menos, que de Coti Nosiglia. Este enrolamiento con las orgas nacionales diluye y hace naufragar su discurso federal. Obligado a pelar peleas que deberían serle ajenas.
Pero no es nueva esa tensión a la que se ven sometidos los directivos de los partidos que se dicen nacionales y que se manejan desde Buenos Aires. La partidocracia (el gobierno del partido, por el partido y para el partido) impuso ya hace más de cien años la obediencia partidaria que terminó anulando el polo federal en el funcionamiento del Congreso.
Es la lógica que perdura desde comienzos de la organización nacional, acentuada por el movimientismo del siglo XX que al método de la lógica amigo – enemigo, instaló la grieta como mecanismo identitario. El anti. Ya no se es por lo que uno es, se es por lo que uno no es.
El federalismo es una forma de Estado
Vale la pena repasar los mandatos de la Constitución Nacional para destacar cómo esa lógica porteño – céntrica distorsionó los sentidos de las representaciones en los tres poderes del Estado.
La Constitución es clara al establecer que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal. Mientras las dos primeras serían más bien formas de gobierno, el federalismo es una forma de Estado, desde que supone una relación entre poder y territorio.
La misma claridad tiene en la Segunda Parte donde se define la conformación de las autoridades de la nación.
En el artículo 45 determina: La Cámara de Diputados se compondrá de representantes elegidos directamente por el pueblo de las provincias, de la Ciudad de Buenos Aires, y de la Capital en caso de traslado…Y en el 54 que establece: El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la Ciudad de Buenos Aires…
Es decir que los diputados y senadores no son “nacionales”, son representantes de las provincias en el Estado nacional. En su Poder Legislativo. Se conciben como el órgano del Estado que el poder político institucionaliza para la participación de las provincias en la toma de decisiones nacionales.
Fue el diseño del constituyente, pero que en la práctica terminó avasallado por el hiperpresidencialismo, aún en los períodos históricos en los que el partido del Ejecutivo no tenía mayorías parlamentarias.
Beneficios de la grieta y la esperanza neorrevisionista
En la grieta se encuentran las razones de este colonialismo interno.
Las imposturas de la grieta han encapsulado el debate público argentino con la complicidad de la dirigencia con el discurso hegemónico del poder que lucra con las crisis argentinas.
Las discusiones cooptadas por el marketing y los reduccionismos de consignas vacías e hipócritas, en el mejor de los casos evoca los problemas, pero nunca los procesa en términos de su resolución.
Precisamente, la conformación del bloque Provincias Unidas, apuesta a invertir la lógica del conservadurismo de la grieta. Aunque reducido en cantidad, es una voz que implica aperturas inéditas y participación ampliada de las provincias.
Decimos conservadora porque la grieta obtura los cambios estructurales en la economía, lo que inexorablemente tendría repercusiones en la esfera de la política.
Conservadora porque las dos veredas constituyen un bloque de intereses mutuamente necesarios para reproducir la distribución del poder e impedir una transferencia hacia una más amplia y rica representación popular. Desde la academia está bien estudiada la naturaleza dinámica de las relaciones de fuerza que permiten cambios o los impiden. Se destaca que la grieta atrapa a los argentinos en bloques simétricos que ofrecen falsas opciones electorales, pero que se presentan como una opción de hierro a una enajenada sociedad argentina.
Hay diferencias claro, entre las dos veredas de la grieta. Se manifiesta en las políticas de distribución del ingreso. No hace falta la teoría. Es evidente que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner elevó la participación de los trabajadores en la renta nacional, mientras que el gobierno de Mauricio Macri la redujo para generar una mayor concentración y desindustrialización.
Pero las dos administran la miseria.
Desde una óptica provincial no se puede dejar de ver que la alternancia de los últimos treinta años no logró contenidos transformadores.
El bloque Provincias Unidas, desde sus pequeñas fortalezas tiene el deber de plantear la cuestión de fondo pendiente en la Argentina y desde la defensa de sus derechos articularlos con un programa sólido de desarrollo.
La mirada estratégica del neo-revisionismo está lejos de los meros reclamos, o de pactos de “gobernabilidad” para el reparto presupuestario.
La conformación de Provincias Unidas también lleva el aprendizaje de Alternativa Federal, una paciente construcción de un espacio de encuentro de diputados de provincias que dilapidó sus expectativas al posicionarse como la avenida del medio. Se cayó así en la trampa de la grieta al reproducir su lógica.
El eje de la vertebración del nuevo bloque es una propuesta sólida para el desarrollo de las provincias priorizando su integración productiva que lleve estímulos de inversión a todo el territorio nacional.
El desafío es romper la hegemonía depredadora de la grieta que ni se plantea el diagnóstico de la crisis. Es el desafío que obliga a Carlos Fernández que asume también mañana como representante del pueblo de Misiones en la Cámara de Diputados de la Nación.
EV – Misiones Plural