Iván Piedrabuena es optimista frente a la recuperación del turismo de Puerto Iguazú durante este verano. El destino está entre los preferidos de los argentinos y con la apertura de la frontera y las asimetrías económicas que favorecen a los países de la región, esperan una muy buena temporada. El impacto de la pandemia fue extremo. La ciudad, asegura, muestra signos de una reactivación más rápida de la esperada.
Jueves 23 de diciembre de 2021. El perfil del turista en Puerto Iguazú cambió, porque es un perfil vinculado a la economía, define el director de Turismo Internacional en Puerto Iguazú, Iván Piedrabuena. Gasta menos, planifica más las compras, define, aunque los programas como el Previaje, que reintegra hasta el 50 por ciento de los gastos, ayuda al equilibrio, explicó durante una entrevista con Plural TV, de Canal Cuatro Posadas.
La ciudad que vive del turismo afrontó durante el año y medio más cerrado de la pandemia, un fuerte impacto negativo en lo económico. Si bien contó con acompañamiento del Estado, dejó secuelas. Esperan que el buen momento que experimentan desde octubre permita una recuperación, no tanto para generar ganancias sino, al menos, para afrontar los pagos que fueron difiriendo durante el parate total de la actividad.
Iguazú está hoy, nuevamente, entre los destinos preferidos de los argentinos y, con la situación cambiaria que favorece a los turistas de la región, esperan repuntar durante el verano. La apertura del puente Internacional Tancredo Neves repercutió en la economía de la ciudad, admite Piedrabuena, funcionario del Ministerio de Turismo de Misiones.
La entrevista
-¿Qué está pasando en Iguazú?
-Después de tantos meses de pandemia podemos decir que toda la industria turística se ha vuelto a reactivar. Con la apertura del puente Internacional (Tancredo Neves, que une Puerto Iguazú con Foz de Iguazú) están entrando de tres mil a cuatro mil brasileños por día. Lo que ya provoca un movimiento importante en el mercado local, que fue lo último a activarse; veníamos ya con algo de turismo, con varios vuelos por día, con un porcentaje de ocupación bastante estable, que permitió activar un sector, pero toda la parte del comercio fronterizo estaba relegada. Pero podemos decir que a partir del 27 de septiembre (reapertura del Puente) esa coyuntura empezó a cambiar. Al día de hoy ya se contrató personal nuevo, se ven las calles colmadas de gente.
-¿Esperaban mucho movimiento?
-Así es, porque el fin de semana largo anterior también hubo mucho movimiento, por lo tanto ya se habían preparado todos los protocolos con Parques Nacionales. Con todo ese movimiento empezamos a ver la ciudad que conocemos. Sumado a esto, las obras impulsadas por la provincia y el municipio, con el embellecimiento de la avenida principal, con luces LED, el cordón nuevo, con muchos colores, hace que el visitante que viene a Iguazú tenga una experiencia agradable. Porque si uno iba a Iguazú (en septiembre, octubre) la experiencia iba a ser otra. Así que estamos contentos por el movimiento.
-¿Qué hicieron, cómo enfrentaron en Puerto Iguazú el comienzo de la pandemia?
-Iguazú venía en un tren bala a 300 kilómetros por hora, y de repente apareció una pared de concreto, y nos pegamos todos. Teníamos vuelos entre Madrid e Iguazú, teníamos 20 o 25 vuelos diarios, 200 hoteles, 150 restaurantes, más de 25 agencias de viajes. Todo un movimiento en torno a una industria que tenía un crecimiento interanual del 10,5 por ciento, y de repente cero. La verdad es que al comienzo de la pandemia paramos casi nada: una semana después del cierre total salimos a trabajar. El Ministro (de Turismo, José María Arrúa) conformó una mesa técnica de trabajo, integrada por varios funcionarios que son especialistas en turismo, y a medida que iban sucediendo las cosas fuimos trabajando y priorizando. Porque Misiones tuvo una situación particular, porque a tres meses del cierre ya empezó a haber turismo de misioneros para misioneros, lo que se dio muy bien en toda la provincia, a excepción de Iguazú. Iguazú apuntaba a otro público, por lo que costó que se readapte la oferta; entonces San Ignacio, El Soberbio, Oberá, funcionaron mucho mejor; a Iguazú le costó mucho más adaptarse. En esa mesa fuimos adaptando medidas a cada sector: una medida puntual para el sector taxis y remises, otras para los guías, artesanos, agencias de viajes, hoteles. Así, junto con el sector privado y el municipio, fuimos construyendo esas políticas de asistencia de contingencia de una crisis inesperada donde el Gobernador (Oscar Herrera Ahuad) tomó la decisión de que todos los organismos y entes descentralizados, en el caso puntual del IFAI y del IPLyC, que sean soportes al Ministerio de Turismo. Así es que la mayoría de las ayudas salieron por el IFAI o por el IPLyC. El que recibía el beneficio no entendía por qué el IFAI -que es el ente de fomento agropecuario e industrial- iba a darle una asistencia. Fue porque se traccionó todo en función de darle celeridad a las cosas. Seguramente todavía nos falta llegar con algunos compromisos, todavía tenemos algunos compromisos pendientes para ir resolviendo, para cerrar el año, a medida que se fue activando y se fueron priorizando las urgencias. Pero todo eso, que va desde la condonación de pagos de patente, pagos diferidos de EMSA, tarifas diferenciales con IMAS, créditos a tasa cero, créditos para arreglo de taxis y remises que debían ponerse de nuevo en función después de tantos meses parados. El programa Ahora Vacaciones, que funcionó muy bien; el programa Precompra que también funcionó muy bien; todo eso, sumado a lo nacional y al esfuerzo sobre humano del sector para mantenerse en pie, permitió que hoy podamos tener la gran cantidad de la masa laboral trabajando, algunos con el salario al 100 por ciento, otros todavía están esperando, debido a que algunas empresas todavía no pudieron abrir, por la misma coyuntura. Pero no quedó mucha gente en el camino.
-¿Qué perdió Iguazú en esta pandemia?
-Todavía estamos midiendo el impacto de la pérdida. El año 2020 la pérdida fue de casi el 95 por ciento.
-¿Cerraron muchos hoteles; despidieron mucha gente?
-En la proporción de la cantidad de hoteles que hay, no se cerraron muchos ni se despidió a mucha gente, siempre tomando en proporción. Estamos hablando de 200 hoteles, de 25 agencias; entonces, estamos hablando de mucho movimiento. Después hubo una reducción en la oferta de transportes, de tener 800 taxis y remises hoy tenés 450. Hubo una retracción conforme a la pérdida de la conectividad que teníamos: hoy llegamos al 35 por ciento de la conectividad que teníamos antes de la pandemia. Esto hizo que haya muchísimo menos movimiento, de tener 150 restaurantes ahora habrá 50. Pero de a poquito se van reincorporando.
-Casi todos los días vemos leemos que demandan personal gastronómico en Iguazú. Muchos eran de otras provincias y con la pandemia se volvieron a sus lugares de origen.
-Tengo una opinión personal, porque me tocó transitar un momento por la gastronomía. Es un área que requiere mucho esfuerzo, mucho trabajo, muchas horas laborales, y requiere de una energía y predisposición. Generalmente cuesta encontrar gente para ese sector porque es muy demandante, y en los momentos que todos descansan vos estás metido atrás de una cocina trabajando. Después de una pandemia en que mucho se largaron con emprendimientos. El que tenía una inclinación hacia lo gastronómico abrió su propio emprendimiento, desde una venta de empanadas o de chipas. Capitalizó ese “knowhow” que aprendió y se fue para el lado del emprendedor. Entonces ese espacio quedó vacío. Pero de a poquito se van cubriendo nuevamente.
-¿Qué expectativas hay?
-Por lo que venimos viendo y por lo que nos dicen las cámaras de asociaciones, el verano va a ser bueno. Desde el Ministerio de Turismo somos optimistas, pero no somos necios. Sabemos que el turismo es una industria dinámica y sensible. Lo pudimos ver con la pandemia, en el peor escenario. Entonces, si tenemos una situación en Europa de una cuarta ola, eso nos prende una alerta roja de que algo está pasando. Así es que entendiendo la evolución que se viene dando, probablemente podamos transitar con normalidad el verano y que haya mucho movimiento. No digo que vaya a generar ganancias, sino que probablemente va a ser para pagar deudas atrasadas de las empresas que fueron difiriendo los pagos. Ojalá que el verano permita eso, que permita que cuando las cosas empiecen a normalizarse no haya tanto peso en la espalda; eso, para nosotros, va a ser un verano bueno. Además, está la coyuntura internacional de cómo se va dar, con las aperturas de fronteras y las políticas migratorias, liberadas o con restricciones. Esas medidas ayudarán a definir el futuro inmediato del turismo en Iguazú, con nosotros en el medio, acompañando con la promoción. Que empezó con la visita de Marley, que fue una invitación del gobernador. Luego nunca se paró, vino Iván de Pineda, vinieron influencers, periodistas de todos los tipos. Lo que ayudó muchísimo a que hoy estemos en el top 5 de los destinos más elegidos del país. A todo esto se suma el programa Previaje para hacernos más competitivos.
-¿Cambió el perfil del turista que viene a Iguazú?
-Sí, el perfil del turista está vinculado a la economía. Si viajamos, si vamos a un lugar, el que sea, y la economía se retrajo, no creció conforme a los precios, sino que se fue ajustando. A medida que se ajusta te das cuenta de que ya no alcanza para comportarse como antes en el gasto, y ahí se empieza a recortar. Irás a comer dos veces a restaurante y la tercera noche cocinás algo en la cabaña donde te quedás; o pedís algo que es más económico; no comprás la artesanía que comprabas antes. Así se va achicando el gasto en algunos espacios y eso se nota. Pero ahí viene el estímulo de Previaje, en el que compras un paquete de 200 mil pesos para una familia y te dan el reintegro de 100 mil. Otra vez, se equilibra ese desajuste que hay, y ahí sí, te vas canchero a consumir la artesanía. Ahí hay otra cuestión, si el lugar donde se vende la artesanía tiene la herramienta digital para cobrar, con los mecanismos que traccionan el Previaje. Y así el turismo es dinámico, se van dando estas situaciones pero se van resolviendo.
-¿Y qué falta desde la ciudad para el turista?
-Ahora es simplemente seguir ordenando, unificando el flujo turístico desde que el pasajero llega al aeropuerto, tome un taxi, que se note que se está cuidando. Del hotel va al restaurante, a las Cataratas; que haya una conexión en todos esos espacios y que la visita sea de excelencia. Sumar oferta, que el visitante tenga una oferta distinta, que tenga una oferta cultural; que tenga qué hacer cuando llueve; eso todavía falta. Pero con lo que tenemos hoy, si lo trabajamos entre todos, creo que tenemos un excelente destino, una excelente experiencia.
-Aproximadamente seis mil personas visitaron Iguazú el último fin de semana largo, el mismo promedio que había antes de la pandemia.
-Así es. En enero el promedio era de ocho mil personas. Estar a seis mil en un fin de semana largo es casi normal. Sumado a los brasileños que entran, estamos muchísimo mejor que a inicios de septiembre. Así que estamos contentos.