Rechazan por prejuicioso y sesgado el pedido que un grupo de productores de yerba que reclama que el Estado revea los planes sociales porque no consiguen mano de obra. Productores encabezados por Sergio Delapierre presentaron ante la iglesia de Iguazú el insólito pedido, con la intención que llegue al Gobierno nacional. El exdiputado Jorge Páez rechazó estas expresiones y propuso, en cambio, “sentarse a analizar cómo se distribuyen los recursos y se valoriza el trabajo de los misioneros, para encontrar la salida y avanzar en el bienestar, la cultura del trabajo y los salarios dignos”, insistió. “Decir que 23 mil pesos de un plan hace que una familia no quiera trabajar, es desconocer la crisis y sobre todo, el precio de los alimentos”, disparó.

Miércoles 27 de julio de 2022. El dirigente social y exdiputado Jorge Páez, rechazó de fuste las apreciaciones de un grupo de productores de yerba mate que solicitaron a través de la iglesia que el Estado argentino revea la entrega de planes sociales porque nadie quiere trabajar, según explicitaron en una nota que entregaron ante el obispado de Iguazú, con la intención que llegue a autoridades nacionales.
“Son apreciaciones equivocadas y muy sesgada, con desconocimiento. Falta un largo análisis del trasfondo de lo que plantea este grupo de productores que, lamentablemente, se dejan llevar por prejuicios y falsa información aún cuando algunos tengan buena fe”, explicó el dirigente.
Páez insistió que los planes sociales son asistencias del Estado, de distinto tipo, que buscan sostener y promover empleos, ya sean autogestionados o agrupados en unidades productivas (foto), “aún cuando muchas de ellas todavía sean informales pero hay otras ya conformadas como cooperativas”, tanto en el ámbito agrario como en el urbano.
“La realidad es que a falta de pagos de salarios, hay mucha gente que opta por trabajar en forma autónoma. El que dice que un plan social, como Potenciar Trabajo de 23 mil pesos, puede evitar que alguien vaya a trabajar, evidencia en ese juicio que desconoce el precio de los alimentos, de las vestimentas, de lo que le cuesta a una familia cubrir sus necesidades básicas. Entonces ahí hay un error de apreciación”.
Jorge Páez trabaja con organizaciones sociales, campesinas y aborígenes a quienes acompañan en procesos de desarrollo, a través de autogestionar trabajos, conformar cooperativas o unidades productivas dentro de lo que se conoce como economía popular.
“Creemos que las miles de familias con las que trabajamos, que integran nuestras organizaciones con distintas actividades, muy por el contrario a lo que este grupo de productores plantea, son de la chacras y pudieron empezar a recuperar sus producciones y a vivir de ellas; podemos mostrarles a estos empresarios los resultados; pueden visitar las unidades productivas, las cooperativas, y ver el enorme esfuerzo que hacen estas familias solo con el apoyo de este programa, produciendo verduras de calidad, agroecológicas, o carnes de pollo y cerdo, abasteciendo con precios económicos y con alimentos sanos a muchísimas familias de toda Misiones”, especificó.
Sostiene, en ese sentido, que los productores encabezados por Sergio Delapierre que reclaman que el Estado revea la entrega de planes porque ellos no consiguen mano de obra, se manejan con “un error de apreciación” porque esas familias o trabajadores a los que hacen mención, pudieron sostenerse en sus chacras sin salir a buscar trabajo en otros ámbitos. “Con este empujón lograron construir grupos de trabajo para genera producción y eso no hay que explicarlo mucho, ya que se los ve en ferias y circuitos, aunque algunos informales todavía, pero también beneficiando a muchos sectores populares y también a las ciudades”.
Páez recordó que a diferencia de la mayoría de los empresarios que denostan las ayudas sociales, desde estas organizaciones colaboran con comedores populares donde las familias de las barriadas más humildes mandan a sus chicos para que puedan reforzar su alimentación. “Es un esfuerzo solidario de colaboración, con verdura, carnes, asistencia; con sacrificado, que desde estos sectores empresarios no solemos ver, ya que solo piensan en sus márgenes de ganancias aún cuando no vemos que les vayan mal”.
Admite, de todas maneras, que algunos yerbateros podrán tener problemas para contratar personal pero eso también depende de cuánto estén dispuestos a pagar de salarios: “esta es una realidad; ver de cuánto es el salario que proponen porque hablar en abstracto de que la gente no quiere trabajar porque cobran planes es un análisis muy pobre. Hay que ver si ese salario que ofrecen le permite a una familia con dedicación al trabajo, sostenerse y vivir dignamente. Sabemos que la crisis que atravesamos primero con el neoliberalismo macrista y después con la pandemia empobreció a muchos estratos sociales pero sobre todo, a los más débiles, a los más frágiles ante el empleo y las actividades de producción”.
El dirigente social Jorge Páez también propone, para resolver tanto la situación de los sectores más empobrecidos, como el de los productores que se quejan ante la falta de mano de obra, “recomponer y discutir en cada cadena productiva cómo se distribuyen los recursos que generan y tratar de que quienes concentran más ganancias, ganen un poco menos para que muchos productores chicos y medianos tengan el ingreso que merecen y así paguen salarios dignos a los trabajadores rurales. La salida es por ahí” y no con la insólita propuesta que presentaron.
También rechazó la intención de que los beneficiarios de planes sociales tengan contraprestaciones en empresas privadas: “no puede pretender esta gente que se convierta en un subsidio indirecto para beneficio de los empresarios privados que pueden pagar esa mano de obra; eso me parece que es un abuso, pedir eso está fuera de lugar”.
Con esos reclamos (empresarios como Delapierre y otros productores) “buscan la respuesta en el sector más débil de la cadena productiva pero la respuesta no está ahí sino parece que está en quienes más concentran las ganancias, las rentas, en esa cadena productiva. Me parece que hay que debatir seriamente porque este prejuicio de que no quieren trabajar porque cobran un incentivo de un poco más de 20 mil pesos, es absolutamente falso y hay mucha evidencia para mostrarles”.
Si bien Páez rechazó estas expresiones, asegura que no lo hace en tono de enfrentamiento sino con la propuesta de sumarlos para debatir con seriedad, “con datos, cifras, números, propuestas y resultados sobre la mesa; ahí analizar estas actividades y cómo se distribuyen los recursos y se valoriza el trabajo de los misioneros, por ejemplo, en los distintos sectores; analizar con seriedad para encontrar la salida y avanzar en el bienestar, la cultura del trabajo y los salarios dignos, para que no solo algunos sectores avancen, sino con dignidad para todos, con un sector agrario y una provincia digna, con unidad y con trabajo para todos”, insistió.

RP – Misiones Plural