Lula Da Silva fue electo Presidente por tercera vez este domingo, al derrotar a Jair Bolsonaro en el balotaje. “Hoy le decimos al mundo que Brasil ha vuelto”, afirmó. Impulsará un programa de gobierno que tiene como puntos salientes el desarrollo económico, una transición ecológica y la inclusión social.
Domingo 30 de octubre de 2022 (Infobae/Télam/MP). Esta elección colocó frente a frente dos proyectos opuestos de país que hoy tiene un solo vencedor: el pueblo brasileño. No es una victoria del PT o mía, sino del inmenso movimiento democrático que dejó de lado los intereses partidarios e ideológicos por la democracia”, afirmó Lula da Silva en su prmer discurso como presidente electo de Brasil.
El izquierdista Luiz regresará al poder en Brasil por segunda vez para su tercera presidencia tras vencer al ultraderechista Jair Bolsonaro en el balotaje por un estrechísimo margen, reflejo de una inmensa división en el gigante sudamericano. El ícono de la izquierda latinoamericana, de 77 años, se impuso por 50,83% de los votos frente a 49,17% para el excapitán del ejército, de 67 años, con el 98,8% escrutado.
“Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo.
Y agregó: “A partir del 1 de enero de 2023 gobernaré para 215 millones de brasileños, y no sólo para los que me han votado. No hay dos países. Somos un Brasil, un pueblo, una gran nación.”
“A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar a las armas. Armas matan y nosotros escogemos la vida”, manifestó.
“Hoy le decimos al mundo que Brasil ha vuelto. Que Brasil es demasiado grande para ser relegado al triste papel de paria del mundo. Recuperaremos la credibilidad, la previsibilidad y la estabilidad del país, para que los inversores vuelvan a confiar en Brasil”, afirmó el mandatario electo. Y prometió la reindustrialización de Brasil: “Invertiremos en la economía verde y digital, apoyaremos la creatividad de nuestros empresarios y emprendedores. También queremos exportar conocimientos”.
Lula, además, afirmó que su Gobierno está dispuesto a retomar su papel de líder en la lucha contra la crisis climática, protegiendo todos los biomas, especialmente la selva amazónica. “Bajo nuestro gobierno, pudimos reducir la deforestación en el Amazonas en un 80%. Ahora vamos a luchar por la deforestación cero”.
El nuevo presidente recordó que el pasado miércoles, el Papa Francisco envió un mensaje a Brasil, rezando para que el pueblo brasileño se libere del odio, la intolerancia y la violencia. “Quiero decir que deseamos lo mismo, y trabajaremos incansablemente por un Brasil donde prevalezca el amor”, dijo.
Y prometió: “En lo que a nosotros respecta, no habrá falta de amor. Cuidaremos mucho de Brasil y del pueblo brasileño. Viviremos en una nueva era. De paz, de amor y de esperanza. Un tiempo en el que el pueblo brasileño volverá a tener derecho a soñar. Y las oportunidades de hacer realidad sus sueños”.
“Nuestro compromiso más urgente es acabar con el hambre otra vez”, afirmó en su primer pronunciamiento.
“El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo”, afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos en un país extremadamente polarizado.
La velada electoral fue agónica pues ambos candidatos se mantuvieron codo a codo durante todo el escrutinio. La diferencia en votos es de 1,9 millones a favor de Lula, para un total de 156 millones de electores.
Lula, que gobernó Brasil de 2003 a 2010, cuenta con el apoyo de los más pobres y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos de Bolsonaro, como los jóvenes, las mujeres y las minorías. Prometió “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos.
En su campaña destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000. Tampoco lo tendrá fácil en el Congreso, donde los conservadores son mayoría.
Lula volvió al ruedo político el año pasado, después de que sus condenas por corrupción fueran anuladas por motivos procesales. Había estado preso 19 meses salpicado especialmente por el escándalo “Lava Jato” sobre una red de sobornos en la estatal Petrobras.
La campaña acentuó la polarización en el país, dividido entre un movimiento conservador y aquellos con una visión progresista, acorde con la diversidad social de Brasil. “Para nosotros, el regreso de Lula es muy importante, trató de demarcar nuestras tierras, tenía proyectos”, dijo a la AFP el chamán Saha da Silva, del grupo indígena sateré-mawé, que votó en su comunidad de Iranduba, a 80 km de Manaos, capital de la Amazonía.
Bolsonaro, un excapitán del ejército, buscó la reelección defendiendo los valores tradicionales y la reciente mejora de los datos económicos -ralentización de la inflación y caída del desempleo-, al tiempo que siguió insuflando un discurso nacionalista.
Un mensaje especialmente apreciado por el agronegocio y la población evangélica, que representa un tercio del electorado y sigue ampliándose en todo el país.
El nuevo presidente de Brasil asumirá las riendas del país el 1 de enero.
Ejes de Gobierno

Se consumó la victoria de Lula en el balotaje ante Bolsonaro. Un triunfo ajustado, este domingo, le permitirá volver a la presidencia de Brasil, en lo que será su tercer mandato, tras gobernar de 2003 al 2010, durante dos períodos.
Apenas los cómputos de resultados marcaron el triunfo de Lula, desde el entorno del nuevo mandatario electo hicieron hincapié en el plan de gobierno para empezar a trabajar en el nuevo modelo de país.
El mismo, que se había dado a conocer previo al balotaje con Bolsonaro, consiste en los siguientes temas:
Desarrollo económico con inversión
• Definición con los gobernadores de los 27 estados de un plan para reanudar las obras de los proyectos paralizados y definir los proyectos prioritarios.
• Estimulación y ampliación de consumo interno, desarrollo del comercio, servicios, agricultura alimentaria e industria, a través de financiación y cooperación -nacional e internacional- para la inversión pública y privada.
• Inversión en servicios públicos y sociales, infraestructuras económicas y recursos naturales estratégicos.
• Construcción de una nueva legislación laboral, mediante un debate entre gobierno, empresarios y trabajadores, que asegure los derechos de los trabajadores y de seguridad social y salarios dignos.
Desarrollo social con trabajo e ingresos
• Establecimiento de un salario mínimo, con incremento anual por encima de la inflación.
• Promoción de una nueva ayuda familiar de equivalente a 112 dólares como valor permanente, más 28 dólares por cada hijo hasta 6 años; y de un programa de renegociación de deudas de millones de familias, con descuentos y baja tasa de interés.
• Aplicación de un impuesto de Renta, Cero para quienes ganen hasta 940 dólares, y promoción de la igualdad salarial entre hombres y mujeres que ejercen la misma función.
Desarrollo sostenible y transición ecológica
• Iniciación de la transición energética y ecológica en la industria minera.
• Reactivación de los planes de deforestación cero en la Amazonía y de emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica.
• Incentivo económico para la agricultura familiar con crédito, garantías y asistencia.
• Creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas. Reconstrucción de los organismos de inspección y control de la deforestación, y terminar con la minería ilegal en tierras de comunidades originarias.
Educación
• La educación y la ciencia serán tratadas como una inversión y no como un gasto, con especial énfasis en la educación pública, universal y de calidad, construcción de guarderías, aumento de recursos para las comidas escolares, implementación de educación de jornada completa, becas y conectividad.
Salud
• Inversión en el publico Sistema Único de Salud, en la Farmacia Popular y en la atención integral de la salud de la mujer.
• Extensión del servicio de emergencias a todo el país.
• Creación del Centro Nacional de la Telemedicina.
• Reconstrucción del Programa Nacional de Vacunación.
Vivienda e infraestructura
• Reactivación del programa Minha Casa Minha Vida (Mi casa mi vida) para garantizar el empleo y la vivienda para millones de brasileños.
• Universalización del acceso a la electricidad y al agua con la reconstrucción de programas como «Luz para todos» y «Cisternas».
• Reanudación de las obras de los proyectos paralizados y estructuración un nuevo Programa de Aceleración de Crecimiento para reactivar la construcción civil y la ingeniería pesada.
Seguridad
• Creación del Ministerio de Seguridad Pública para implementar un sistema unificado con fuerzas policiales bien equipadas, entrenadas y remuneradas.
• Reactivación del Programa Nacional de Seguridad Pública Ciudadana para invertir en la capacitación y profesionalización de los policías.
• Revocación de decretos y ordenanzas que permiten el acceso irrestricto a las armas.
Derechos humanos y ciudadanía
• Erradicación de la discriminación estructural, el machismo, el racismo, la LGTBfobia, los prejuicios contra las personas con discapacidad y personas mayores, y recuperación de programas sociales, como Vivir sin límites.
• Refundación del Ministerio de la Mujer para combatir la violencia y garantizar sus derechos, y del Ministerio de Igualdad Racial, con el objetivo de promover la inclusión, la participación, el reconocimiento y las nuevas oportunidades.
Reindustrialización
• Construcción de una estrategia nacional para avanzar hacia la economía del conocimiento, que permita prescindir de la importación, con el fomento del software, las telecomunicaciones y otros sectores de las nuevas tecnologías.
• Inicio de la transición digital, con una política industrial que apoye la innovación, estimule la cooperación público-privada, refuerce la ciencia y la tecnología y garantice el acceso a la financiación con costos adecuados.
Agricultura sostenible
• Compatibilización de la producción con la preservación de los recursos naturales, acompañada con la inversión en la estatal empresa de innovación tecnológica y financiación del agronegocio de pequeños y medianos productores, de la agricultura familiar y de los asentamientos.
• Puesta en marcha del Plan de Recuperación de Pastos Degradados para aumentar la producción sin deforestar y que suma unas 30 millones de hectáreas.
• Establecimiento de una política de precios mínimos para garantizar la alimentación.
Política exterior
• Recuperación de una política exterior soberana, orgullosa y activa, con miras a la integración regional, así como con los países BRICS, los países de África, la Unión Europea y Estados Unidos, para ampliar el comercio exterior y la cooperación tecnológica.
Democracia y libertad
• Promoción de una gestión pública competente y con responsabilidad fiscal, condiciones esenciales para que Brasil creciera dos veces más rápido que la media internacional entre 2003 y 2011.
• La aplicación de un sistema fiscal que no ponga en una situación desfavorable la inversión, la producción y las exportaciones industriales, ni penalice a los trabajadores ni consumidores.