Unos 1300 productores apícolas tienen unas 23 mil colmenas que producen miel en Misiones, pero menos de la mitad están registrados, advierte el director de Apicultura de Misiones, Fernando Müller, en Plural TV.

Miércoles 23 de noviembre de 2022. El director de Apicultura de Misiones, Fernando Müller, definió a la actividad apícola local como una actividad secundaria, que acompaña a los productores que mayoritariamente se dedican a otras actividades. El productor hace de todo un poco y dentro de eso está la apicultura. Un relevamiento de 2021 indicó que Misiones tiene unos 1300 apicultores, con unas 23 mil colmenas, de los cuales menos de la mitad está inscripto en el Registro Nacional de Productores Apícolas (Renapa).
Este relevamiento es necesario para la Provincia cuando gestiona fondos o beneficios para el sector. “Cuando nos presentamos como un programa apícola provincial en Buenos Aires, de donde provienen los fondos, donde debemos decir cuántos somos” pero además, hacia adentro de la provincia, también son datos necesarios para monitorear la sanidad de las producciones. El Senasa inscribe en su registro desde cinco colmenas pero Misiones registra desde la primera, incluso para el Registro nacional.
Por otra parte, Müller recordó que Misiones se caracteriza por proteger sus recursos y en ese sentido destacó las leyes sancionadas este año en la Legislatura misionera que promociona la plantación de especies que son de interés apícola y las mieles diversificadas, además de la primera ley en Argentina de abejas nativas. “No nos debemos olvidar que en este contexto de monte nativo, toda la floración no es igual. Entonces se trata de caracterizar las mieles de acuerdo a la floración de donde provienen. Además, hay una Ley que me parece muy importante para traccionar y para apoyar la actividad, que se trata de que en los comercios debe haber productos apícolas misioneros”, dijo a Plural TV, programa periodístico de Canal 4 Posadas.

La nota de Fernando Müller en Plural TV

-¿Por qué se está hablando tanto de miel en Misiones?
-Tenemos que empezar un poquito más atrás. Cuando hablamos de abejas, hablamos de un ambiente sano, puro, de biodiversidad. No nos podemos olvidar de que las abejas son las encargadas de polinizar las flores; Misiones se caracteriza por, todavía, tener mucho remanente de Selva Paranaense, de Selva Misionera, como le decimos nosotros, pero en realidad son los remanentes de la Mata Atlántica. Misiones es la Capital Nacional de la Biodiversidad donde, a pesar de que tenemos un pequeño territorio si nos comparamos con otros, los misioneros somos responsables del cuidado de cerca del 52 por ciento de la biodiversidad de todo el país. En este contexto la abeja es un eslabón importante en el sostenimiento de los ecosistemas. No te olvides de que, así como nosotros, la fauna necesita de alimentos. La abeja, en su rol de polinizador, tiene un papel importante al contribuir en este rol de sostenimiento de esta fauna, o de esta biodiversidad que tenemos en la provincia. Por eso es importante hablar de abejas, que a nivel mundial están sufriendo por diversos motivos. Muchas especies van desapareciendo…

-Hay una reducción de la cantidad de abejas en todo el mundo. Lo vemos en todos lados…
-Así es, basta con googlear “mortandad de abejas” y se puede ver que esto no ocurre solamente en Argentina sino en todo el continente americano. También lo vemos en Europa por un montón de cuestiones pero voy a mencionar solo una, que este año nos está afectando en gran medida: la cuestión climática. Hace cuántos años no tenemos este frío en esta época. La gravedad del frío no viene solamente porque tengamos una tarde fría sino porque veníamos de una semana con calor, que hace que las plantas empiecen a florecer, y el frío afecta esta floración. Estos cambios bruscos afectan a las abejas.

-Y afecta a la producción de miel…
-Así es. Hace 22 años que estoy en la apicultura. Fui apicultor durante muchos años, tuve una importante cantidad de colmenas y jamás viví lo que está pasando este año. Porque podemos prever lo que ocurrió el año pasado, una primavera seca, por lo cual tuvimos muchos incendios, lo cual nos tiene que llamar la atención, pero este invierno se extendió más de lo normal. Nosotros estamos acostumbrados a que, a partir de julio o agosto, el monte empieza a florecer y a dar oportunidad para que las colmenas se desarrollen.

-¿Cómo impacta eso en números, en kilos de producción?
-Afecta en todo. La situación climática no se recompuso. Esto quiere decir que ahora recién vamos a empezar a ver las consecuencias de eso. En años anteriores en esta época ya estábamos cosechando miel. Lo que podemos decir ya mismo es que el comienzo de la cosecha se está retrasando. Eso marca la pauta de cómo va a venir el año. Pero para poder saber cuánta miel menos tenemos, debemos esperar hasta el fin de la zafra, que para nosotros es en abril. Porque tenemos dos floraciones muy características en Misiones: las colmenas que están en zona de monte principalmente, que para delimitarlas debemos hacer una línea imaginaria: del peaje de Santa Ana, hasta Puerto Iguazú; y la zona sur, que es la zona de los pastizales, donde vemos muy pocas matas de vegetación de árboles. Así es que en la zona de Santa Ana hacia arriba estamos en el periodo de mayor floración; en febrero y marzo se da la floración secundaria, que es menos importante. Poro acá en la zona sur, la zona de Apóstoles, Posadas, Cerro Corá, la principal floración recién viene en febrero o marzo. Por eso no podemos tener una estimación de cuánto menos se va a cosechar.

-¿Qué cantidad de productores de miel hay en Misiones y cuántos viven de esa producción?
-La apicultura es una actividad secundaria, aunque yo siempre digo que es terciaria o cuaternaria, porque la realidad es que nuestras pequeñas explotaciones misioneras se caracterizan por que el productor haga de todo un poco. Dentro de eso está la apicultura. Se diversifica mucho porque son pequeñas explotaciones, son unidades familiares de pequeñas extensiones. Así es que hacen un poco de cada cosa y dentro de eso está la apicultura. El año pasado hicimos un relevamiento y nos arrojó como resultado que tenemos aproximadamente 1300 apicultores, de los cuales, menos de la mitad está inscripto. Hay un Registro Nacional de Productores Apícolas (Renapa), y menos de la mitad de los productores de miel de Misiones está inscripto. En total tenemos unas 23 mil colmenas. A partir de la cuestión climática de este año, deberemos hacer otro relevamiento. A mí me gusta la investigación, entonces siempre ando haciendo encuestas, relevamientos de datos, para tener conocimientos. Más allá de que hoy estoy en el Ministerio del Agro y la Producción, siempre estuve trabajando y me interesó conocer la evolución de la apicultura en Misiones. Tenemos líneas históricas y en base a eso podemos ir viendo cómo avanza o cómo no avanza la actividad. En principio, estamos haciendo un trabajo en pos de incrementar la cantidad de productores inscriptos. No nos tenemos que olvidar de que cuando nos presentamos como un programa apícola provincial en Buenos Aires, de donde provienen los fondos, donde debemos decir quiénes somos, a ellos les interesa el numerito en la computadora. Así es que para decir quiénes somos necesitamos los datos. Es como el numerito de DNI, para saber cuántos argentinos somos es muy fácil, miramos el DNI, se hacen las estadísticas y sabemos cuántos somos. Además, nosotros podemos conocer a los productores que están en nuestra cercanía, pero no a todos. Más allá de eso, hoy estamos con una alerta roja desde 2016. Pero este año 2022 tenemos dos cuestiones que nos están marcando la agenda, en el mes de junio se detectó en Paraguay un pequeño cascarudito, que es el pequeño escarabajo de la colmena, después apareció en Perú, en Brasil está desde el año 2016; así que nos rodearon la manzana ya que acá no hay. Tenemos un apiario centinela, estamos trabajando desde el Ministerio con el Senasa para detectar la aparición de este cascarudo. Tenemos distribuidas en la provincia apiarios donde hay unas trampas para monitorear. Ante cualquier contingencia sanitaria, si no tenemos apicultores inscriptos, a dónde iremos a buscar la enfermedad. Así es que la inscripción es importante no solo para saber quiénes somos, sino que también es importante para seguridad del productor, porque de esa manera nosotros podemos llegar y asistirlos, así como también invitarlos a las distintas capacitaciones.

-¿Quiénes deberían registrarse? ¿Deben registrarse a partir de una cantidad de colmenas, o de producción determinada?
-Ahora voy a ser un poco abogado, porque las normas están cruzadas. Tenemos la Ley apícola provincial que dice que todo apicultor debe registrarse. Eso quiere decir que desde la primera colmena ya es obligatorio inscribirse en el Registro de Apicultores de Misiones, pero la resolución del Senasa habla de cinco o más colmenas. Para evitar una doble registración, ya que es un sin sentido tener un registro provincial y otro nacional, inscribimos desde la primera colmena a todos en el registro nacional.

-¿Cuántas colmenas suele tener un productor chico?
-Una unidad productiva pequeña suele tener entre diez y 20 colmenas, que es el 80 por ciento de nuestros productores, y el 8 por ciento de los productores tienen más de 100 colmenas.

-Al principio te preguntaba por qué estamos hablando de la miel en Misiones, ya puesta en valor, con leyes que están saliendo de la Cámara. ¿Qué está pasando con esa miel, dejando de lado la contingencia de este año?
-Misiones se caracteriza por proteger sus recursos y en junio la provincia sacó varias leyes interesantes. Una de ellas es una Ley para promocionar la plantación de especies que son de interés apícola. También sacó una normativa que promociona las mieles diversificadas. No nos debemos olvidar que en este contexto de monte nativo, toda la floración no es igual. Entonces se trata de caracterizar las mieles de acuerdo a la floración de donde provienen. Además, hay una Ley que me parece muy importante para traccionar y para apoyar la actividad, que se trata de que en los comercios debe haber productos apícolas misioneros.

-¿Se trata de la Ley de Góndolas?
-Va más allá de la Ley de Góndolas. Esta es una normativa específica. Se llama Ley para la Promoción y el Consumo de Miel. Pone en responsabilidad de los organismos públicos la compra de miel para las meriendas, los desayunos; también en estaciones de servicio o en los bares donde se sirva desayuno debe haber miel misionera, y tiene que haber un cartelito indicando que esa miel es misionera. Estas leyes son recientes y se trabaja en consecuencia, porque están muy lindas las normativas, pero conllevan un trabajo, ahora hay que aplicarlas. No puedo dejar de mencionar que también sacamos una normativa novedosa en Argentina, que es la Ley de las abejas nativas. Esta es la primera en Argentina. La semana que viene (habló de principios de noviembre) presentaré las leyes en dos congresos, porque son leyes que permiten producir miel a partir de la gestión de los recursos naturales como las abejas nativas. No nos tenemos que olvidar que la abeja que nos pica, de la que conseguimos la miel es una abeja exótica; no es nuestra. La nuestra es la miel del yateí, el mirí, que son abejas nuestras, y está protegida así como toda nuestra fauna nativa, como el coatí, el mono, el yaguareté, están preservadas. Esa Ley nos permite producir pero no es una Ley productivista, sino proteccionista. Nos marca la pauta para que podamos producir a través de la conservación. El objetivo de la Ley es conservar. Nosotros rescatamos una abeja que está en peligro, recuperamos una abeja que debe ser trasladada por diversos motivos. Por ejemplo, si se cambia un árbol de vereda, o se tumba uno porque se cambia el uso del suelo y se urbaniza, ¿qué hacemos con esas abejas? Se las damos a un apicultor, que debe estar registrado, lógicamente, y a partir de esa colmena se puede producir miel. Nos vimos un poco obligados a sacar esta Ley porque en el año 2019, el Código Alimentario Nacional incorporó nuestra producción como otra miel, porque ya estaba la melaza de apis mielífera como una segunda elaboración, la miel de tetragonisca fiebrigi o yateí, que es muy común en la provincia, pero nos encontramos con que podíamos vender un producto que no podíamos producir. Entonces esta miel viene a corregir esto con un montón de medidas precautorias. Porque no nos tenemos que olvidar de que no podemos hacer lo que queramos, sigue siendo fauna nativa, y no toda la fauna nativa va a estar sujeta a producción. Es una ley que regula a través de la protección.