Enia, el plan nacional, busca prevenir el embarazo adolescente, debido a las altas cifras que registran algunas provincias y Misiones entre ellas. Jorge Ríos planteó, en Plural TV, la necesidad de implementar la Educación Sexual Integral en las escuelas, sin más dilaciones. Hay un fuerte trabajo interdisciplinario, sobre todo, para educar y prevenir.

Viernes 5 de noviembre de 2021. Según Unicef, en Argentina se producen diez partos de adolescentes por hora. De ellos, ocho de cada diez son no planificados en las edades de 10 a 14 años, y siete de cada diez en las edades de 15 a 19 años. Es por ello que en el año 2017 se creó el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Enia). El plan propone el acceso a anticonceptivos, educación sexual integral y asesorías en las escuelas, consejería en salud sexual y reproductiva y actividades de promoción comunitarias.
Por su parte, Misiones está en el segundo lugar de provincias con mayor nivel de embarazo adolescente no intencional del país, después de Formosa y antes de Chaco, explicó Jorge Ríos, en su columna de Plural TV, por Canal Cuatro Posadas.
Ríos dijo que el plan tomó estratégicamente las provincias con mayor tasa de embarazo no deseado en la adolescencia, que son las del NEA y NOA, además de la provincia de Buenos Aires. “El plan priorizó doce provincias y a su vez, al interior de cada provincia se priorizaron los departamentos más problemáticos en este aspecto.En Misiones hay tres jurisdicciones: el departamento Capital, Oberá y Guaraní”, dijo.
Y recordó que el embarazo adolescente no intencional es un problema ya que puede afectar la salud psicológica y física, así como truncar proyectos de vida y la escolaridad. “Hay estudios que demuestran que, de cada diez adolescentes con embarazos, seis terminan dejando la escuela y no retornan. Es un problema para ellas mismas; pero también es un problema para el país que necesita que esas mujeres sigan sus trayectorias escolares, su desarrollo personal y laboral. Además, debido a que en nuestra cultura las tareas de crianza recaen más sobre las mujeres, esta situación profundiza las desigualdades de género. Como en el caso de que se trate de una pareja sisgénero, el varón puede seguir con su proyecto de vida, con su proyecto educativo y profesional, mientras que la mujer se queda atrás”. Afirmó.
Igualmente, existe resistencia hacia el plan de parte de muchos docentes, según comentó Ríos. Inclusive, “la pandemia vino a ser una especie de chivo expiatorio. Muchas veces les propies docentes tenían muchos prejuicios, resistencias, y decían: ah no, estamos en pandemia, hay otras prioridades, se escucha mucho eso. Pero hay que recordar una cosa. Estamos hablando de derechos, los, las, les chiques tienen derecho a acceder a la educación sexual integral, a los métodos de anticoncepción. A toda esta información e insumos para ejercer una sexualidad libre pero informada. Para tomar decisiones informadas. Y esto es un derecho, los, las, les docentes debemos garantizar ese derecho”. Explicó Ríos.

La entrevista

-¿Es un problema el embarazo en la adolescencia?
-Voy a abordar el embarazo no intencional en la adolescencia. Misiones está en el top tres, hace varios años, de provincias con mayor tasa de embarazo adolescente. Está solamente por debajo de Formosa y Chaco. Una cifra que se modificó hace unos años. Para 2015 estábamos en tercer puesto después de Formosa. Formosa estaba en primer lugar, Chaco en segundo, y Misiones en tercer lugar con más del 20%. Cuando hablamos de embarazo no intencional en la adolescencia, hablamos de mujeres que se embarazan entre las edades de 10 a 19 años, es decir, una adolescencia temprana que iría de los 10 a los 15 años, y una especie de adolescencia tardía que iría entre los 15 y 19 años. ¿Por qué es un problema el embarazo en la adolescencia? Porque además de, potencialmente, afectar la salud física y psicológica de las adolescentes, sobre todo de las más pequeñas, también suele truncar los proyectos de vida y la escolaridad. Esto está estudiado; un embarazo en la adolescencia significa un obstáculo y muchas veces, proyectos de vida y profesionales truncados. Que además, debido a que en nuestra cultura las tareas de crianza recaen más sobre las mujeres, esta situación profundiza las desigualdades de género. Como en el caso de que se trate de una pareja ‘cisgénero’, el varón puede seguir con su proyecto de vida, con su proyecto educativo y profesional, mientras que la mujer se queda atrás. Esa es la mala noticia. De hecho, más recientemente, Misiones quedó en un segundo puesto después de Formosa, y Chaco en tercer lugar. Es decir que todavía sigue siendo un gran desafío para nuestra provincia abordar y disminuir efectivamente el embarazo en la adolescencia.

-Las tres provincias de la región son las que tienen un nivel más alto de embarazo adolescente no intencional.
-Sobre todo en esa adolescencia temprana que mencionábamos, la mayoría de los embarazos adolescentes son no intencionales. En esa primera etapa de 10 a 15 años, ocho de cada diez son no intencionales, el 80 por ciento. Y de 15 a 19 años, siete de cada diez. Disminuye un poquito, pero sigue siendo la mayoría. Entonces ahí vemos otra razón más de por qué decimos que esto es un problema. Además, en esa adolescencia temprana, la mayoría de los embarazos se deben a violaciones y abusos, es decir, a embarazos forzosos. Esa es la mala noticia. La buena es que hay un plan nacional llamado Enia, que es la sigla de Embarazo No Intencional en la Adolescencia, que estratégicamente tomó las provincias con mayores tasas de embarazo no deseado en la adolescencia, que son las del NEA y el NOA, además de la provincia de Buenos Aires. Es decir que el Plan Enia se elaboró con estos datos. El plan priorizó doce provincias y a su vez, al interior de cada provincia se priorizaron los departamentos más problemáticos en este aspecto. En el caso de Misiones se hizo una prueba piloto en el 2017. A partir de ahí se inició este plan. En Misiones hay tres jurisdicciones: el departamento Capital, Oberá y Guaraní. Se está trabajando fuerte en esas tres zonas. En este sentido, se trata de un plan nacional articulado con estas provincias. Es un plan bastante complejo en su dinámica, en su funcionamiento y en su estructura. En primer lugar, es un trabajo intersectorial que se viene haciendo, porque incluye tres sectores de Gobierno: el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo social. Así es que se realiza un trabajo interministerial. Además, tiene una estructura bastante compleja porque tiene mucha articulación entre los órganos del Estado. El plan tiene tres objetivos principales. El primero es sensibilizar a la población y a los y las adolescentes en cuanto a la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia, brindándoles información para que puedan tomar decisiones libres e informadas a cerca de su sexualidad, de sus proyectos de vida y su reproducción en particular.

-¿Dónde hacen esas capacitaciones?
-La capacitación se da en tres espacios físicos: en las escuelas, en los centros de salud que son los CAPS, y en los dispositivos de base comunitaria, es decir, en los propios barrios. El segundo objetivo es garantizar, no solamente la disponibilidad de métodos anti conceptivos…

-No solamente saber cuáles son los métodos anti conceptivos, sino también contar con ellos…
-Exactamente, saber cuáles son las opciones. El plan hace un énfasis especial en los métodos anticonceptivos que se denominan de larga duración, por ejemplo el Diu, los implantes, que no requieren de una adherencia, como son las pastillas anticonceptivas, que requieren que la persona recuerde tomar la pastilla anticonceptiva todos los días porque está comprobado que se necesita esa adherencia. Estos otros métodos son reversibles. El Diu se puede retirar, el implante también. Hay muchos mitos en torno a los métodos de anticoncepción, mucha resistencia cultural. Lo que decíamos al principio, ese mapa del Norte Grande evidentemente tiene que ver con cuestiones culturales, religiosas, que hacen que sea muy difícil que el Plan pueda lograr sus metas y objetivos. Hay mucha resistencia cultural. Además, es un plan relativamente nuevo, ya que en 2017 se hizo un plan de aplicación en la provincia; en 2018 se empezó a aplicar, vino una pandemia, entonces si ya era difícil implementarlo sin pandemia, con esta se potenció todo. Porque si fuera de una pandemia hay prejuicios, por ejemplo, el plan Enia incorpora la Educación Sexual Integral (ESI) como uno de sus dispositivos más importantes. Para eso cuenta con acompañantes pedagógicos que son personas que van a las escuelas, hacen un monitoreo, una asesoría a los docentes, directivos, directivas; acompañan, ayudan, brindan materiales; asesoran; brindan materiales a los docentes. Es decir, hay una presencia constante de estos acompañantes pedagógicos. Hay asesorías, consultorías de salud sexual reproductiva. En las propias escuelas hay agentes de salud que se acercan a las escuelas y una articulación con los Caps próximos a cada escuela. Por eso te decía que es una estructura que tiene una dinámica de funcionamiento bastante compleja porque requiere mucha articulación para que también haya un lenguaje común con un mensaje claro, para que cuando se acerca el acompañante pedagógico, cuando se acerca el agente de salud, cuando les chiques van al Caps haya un lenguaje unificado, claro, que vaya en el mismo sentido, que tiene que ver con el enfoque que tiene el plan Enia, que es muy similar al de la ESI, donde está todo articulado y es muy consistente. Es un enfoque de derechos, de diversidad de género, es decir, incorpora la mirada sobre que la sexualidad no es unidimensional, sino que se valoran cuestiones como la afectividad. Se trabaja en las relaciones interpersonales, la no violencia, las cuestiones de desigualdad de género, diversidad de género, orientación sexual; es súper amplia, bastante compleja y es un desafío. Las personas que trabajan en esto, que los conozco, hacen un esfuerzo enorme, le ponen mucha dedicación, pero sigue siendo un desafío para la provincia.

-¿Sigue siendo desafiante la cuestión de la resistencia?
-Exactamente, hay mucha resistencia; en mi opinión no tenemos buena nota en este tema. Me parece que la provincia debería redoblar los esfuerzos que se están haciendo en ese sentido. Quienes están trabajando lo dan todo, pero evidentemente hace falta más. Por eso las cifras siguen siendo no muy buenas para nuestra provincia.

-¿Qué se plantea en esas capacitaciones? ¿Qué les dicen a los chicos?
-Tiene que ver con este enfoque de diversidad de género, de igualdad de género. Culturalmente se resiste mucho la cuestión de que el género es un constructo social, histórico, lo que venimos hablando en esta columna. Todo lo que tenga que ver con que el Estado de alguna manera intervenga para equilibrar esa balanza que está tan injustamente balanceada hacia un solo lugar, que es esta perspectiva binarista, heteronormativa, sisnormativa. Romper ese esquema mental es lo que genera tanto rechazo y tanta resistencia. Como te decía, la pandemia vino a ser una especie de chivo expiatorio. Muchas veces les propies docentes tenían muchos prejuicios, resistencias, y decían: “ah no, estamos en pandemia, hay otras prioridades”. Se escucha mucho eso, que hay otras prioridades, lo cual es cierto. Ahora en las escuelas se está trabajando mucho con la re vinculación. Ya que con la pandemia hubo muchos estudiantes que dejaron la escuela.

-Ese año y pico de la pandemia es mucho tiempo en esas edades.
-Exactamente. Además hay que recordar que estamos hablando de derechos, los, las, les chiques tienen derecho a acceder a la educación sexual integral, a los métodos de anticoncepción. A toda esta información e insumos para ejercer una sexualidad libre, pero informada. Para tomar decisiones informadas. Y esto es un derecho, los, las, les docentes debemos garantizar ese derecho. Son leyes, no solamente nacionales, sino también convenios, pactos internacionales a los que Argentina adhirió.

-¿Hay más resistencia en las escuelas privadas que las públicas?
-En las confesionales sí; la verdad que eso atrasa mucho.