Aníbal Velázquez se fue de la cotidianeidad, este sábado poco antes del mediodía. Dejó su militancia. Y algunas obras, que “no se escriben desde la periferia sino desde bien adentro, hiladas por el sentirpensar que cubre holísticamente su vida privada con su vida sindical y política, en escritos que rescatan la batalla por el sentido que proponen los progresismos del mundo frente a la fuerza del neoliberalismo que destruye, todavía, las conciencias de clases. Aníbal escribió para dejar testimonio; para enfrentar las sinrazones y la manipulación de las masas”.

Miércoles 8 de diciembre de 2021. Dirigente político, gremial y social, Aníbal Velázquez dejó su impronta en cientos de compañeros que lo conocieron a lo largo de sus 74 años. Aníbal nació el 1 de julio de 1947 en Puerto Bemberg y murió este sábado 4 de diciembre en Posadas. Nació y murió en Misiones, a orillas del río Paraná.
Llegó de jovencito a Posadas a cursar primero la escuela secundaria y después la Universidad, donde se recibió de Ingeniero Químico. Fundó y presidió por casi cuatro décadas la Asociación de Docentes Universitarios de Misiones (Adunam). Estuvo preso durante la dictadura militar y liberado a fines de diciembre de 1983, ya en democracia. Fue también un reconocido dirigente deportivo, concejal y convencional constituyente de Posadas, entre otros cargos públicos en la provincia. Fue asesor editorial de Misiones Plural y del programa Plural TV (primero de Canal 12 y ahora de Canal 4 Posadas), desde el comienzo (en 2007) y hasta la semana pasada.
La comunidad política y gremial universitaria, así como referentes históricos y jóvenes militantes políticos y sociales lo despidieron con congoja, sobre todo a través de las redes sociales, apenas se conoció su deceso. Su última participación política social fue el 17 de octubre, Día de la Lealtad, en el acto que tuvo lugar en la plaza 9 de Julio de Posadas, como se aprecia en esta foto de portada, tomada por la periodista Patricia López Espínola.
En el prólogo de su último libro Utopía en Fa Mayor – Historias sin Desvelos, donde repasa y rescata las voces de sus compañeros de lucha, compromiso que Aníbal no abandonó jamás, el periodista Carlos D’Onofrio asevera que las obras de Aníbal no se escriben desde la periferia sino desde bien adentro, hiladas por el sentirpensar que cubre holísticamente su vida privada con su vida sindical y política, en escritos que rescatan la batalla por el sentido que proponen los progresismos del mundo frente a la fuerza del neoliberalismo que destruye, todavía, las conciencias de clases.
Aníbal escribió para dejar testimonio; para enfrentar las sinrazones y la manipulación de las masas que ahora logra su objetivo a través de las noticias falsas, o las fakes news. Escribió historia para dejar historia.
Asegura el periodista sobre el dirigente, como amigos de la juventud temprana, que en la obra de Aníbal “hay un corazón ordenando el pensamiento y construyendo una ecología interna con ribetes mágicos de una infancia en la selva y ribetes científicos que solo él puede amalgamar de manera coherente, al rescatar la base cultural de la cultura popular misionera con la matemática, para inventar si fuera necesaria una geometría fractal, fusionando magia y ciencia, dura y abstracta.
Aníbal llegó a Posadas en los años 60 para ser poeta. Bancó sus estudios y jugaba al ajedrez. Fue militante temprano en la JP, en la Universidad, en el Partido Auténtico y también, incluso, en los siete años, dos meses y ocho días en que estuvo detenido durante la dictadura de Videla y Martínez de Hoz.
Esposo de Alicia; padre de Ernesto y Joaquín; referente de cientos de jóvenes que a lo largo de toda su vida acompañó en la militancia, así como a los docentes y No-Docentes universitarios, Aníbal Velázquez se fue de la cotidianeidad, este sábado poco antes del mediodía, pero dejó un legado enorme, respaldados por las obras que se escribieron desde el sentirpensar.
¡Hasta la victoria siempre, compañero Aníbal!