Hugo Solís, jefe de Neurología del hospital Escuela de Agudos Doctor Ramón Madariaga, repasó el Plural TV el impacto en la salud neurológica de los afectados por el Covid19. “No creo que genere enfermedad –como Parkinson o de Alzheimer-, pero puede exacerbarlas”, admite. Y recordó que ante el primer indicio de un ACV, recurran con urgencia al especialista, explicó.

Sábado 9 de julio de 2022. La pandemia de Covid también trajo consigo problemas neurológicos en los que superaron el virus, explica el jefe de Neurología del hospital central Ramón Madariaga, Hugo Solís. “Esa tormenta inmunológica que se produce cuando una persona se contagia de Covid, despierta señales inmunológicas en el cerebro. Y a partir de ahí se pueden exacerbar un montón de síntomas y de situaciones. Así opera de esa manera. Eso puede explicar los problemas neurológicos. No creo que genere enfermedad –como Párkinson o de Alzheimer-, pero puede exacerbarlas”, admite.
Destacó además que por fuera del coronavirus para el campo neurológico, uno de los problemas que más advierten y ocupa mayormente la agenda del neurólogo, es la cefalea. “Un tipo de patología que nos preocupa mucho es el accidente cerebro vascular isquémico. En el hemorrágico participa el neurocirujano”, agrega, para recordar que ante los primeros síntomas de un ACV, por ejemplo, recurrir con urgencia al especialista sin pasar por lugares intermedios para no perder tiempo.
“Estamos llevando adelante con mucho éxito terapias de revascularización, terapias con trombolíticos, sustancias que si uno pesquisa en la familia, en la casa, o que uno mismo está teniendo síntomas de un ACV tiene que dirigirse inmediatamente al hospital. Vemos que cada vez están asistiendo más rápido a los lugares de control, y queremos hacer hincapié en eso, en que sean todavía más diligentes, más rápidos” para que las posibilidades de recuperación sean mayores.
El ACV afecta mayoritariamente a los hombres a partir de la sexta década de vida, pero advierte que “la franja de pacientes jóvenes ha ido incrementándose mucho; de 40 años, treinta y pico de años; 50 años, dijo Solís en Plural TV, programa de Canal 4 Posadas.

La entrevista

-¿Qué pasó durante la pandemia en el campo neurológico?
-Sin duda que afectó y sigue afectándolo. Ha habido diversos síntomas, como el trastorno del sueño, el insomnio, la dificultad para concentrarse. Una queja bastante frecuente en personas que tuvieron Covid es que ya no tienen la misma concentración de antes. En una amplia gama de actividades, gente que trabaja de albañil hasta profesionales que nos consultan y nos dicen que la concentración no es la misma, que se dispersan mucho. La fatiga, la falta de fuerza, una sensación de aletargamiento difícil de explicar, que antes no tenían y posterior a haber tenido Covid lo sienten, lo perciben. Además, síntomas que ya no hacen tanto a la parte neurológica en sí, como las palpitaciones que antes no tenían y que las están percibiendo. Además, síntomas como depresión, que ha sido un síntoma muy presente. Si bien quien se encarga específicamente es el médico psiquiatra, nosotros vimos muchos cuadros de depresión en contexto de Covid o post Covid.

-¿El Covid modificó la agenda en algún aspecto en tu campo?
-Sí por supuesto. Me estaba olvidando de algo que para nosotros es de todos los días: la cefalea, el dolor de cabeza. En algunos pacientes dio la sensación de que los dolores de cabeza se vieron descompensados. Tenían algunos episodios de dolores de cabeza o cefaleas tensionales más o menos ordenados, y que después de haber tenido Covid, el relato es que lo han notado mucho más frecuentemente.

-¿Tiene lógica que este virus afecte o impacte en el sistema neurológico?
-Sí, tiene bastante lógica. Porque si uno entiende la fisiopatología del Covid, hay algo que se llama una tormenta de citoquinas, es decir, genera un cambio inflamatorio muy importante en el organismo de la persona que se contagia de Covid. Y eso opera como señalador a nivel del cerebro, por más que no haya llegado al mismo, pero esa tormenta inmunológica que se produce cuando una persona se contagia de Covid, despierta señales inmunológicas en el cerebro. Y a partir de ahí se pueden exacerbar un montón de síntomas y de situaciones. Es increíble, pero opera de esa manera. Eso puede explicar los problemas neurológicos. No creo que genere enfermedad de Párkinson o de Alzheimer, pero puede exacerbarlas. Sabemos que hay enfermedades neuroinflamatorias, por ejemplo la esclerosis múltiple, y también enfermedades neuro degenerativas donde el componente inflamatorio está muy presente. Como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Párkinson. Por eso no es extraño que noten exacerbados sus síntomas, donde hay un cuadro inflamatorio por el cual, señales mediante, se puede estar exacerbando todo.

-¿Hay un rango de edad donde haya impactado con mayor fuerza?
-Nosotros percibimos mucho el impacto en franjas de edad media, 40, 60, 65 años. Pero el impacto es amplio. Abarca casi todas las edades, en lo que respecta a neurología de adultos. En mi caso he tomado mucho contacto con esa franja. Y se ha visto mucho trastorno del sueño, insomnio, síntomas de depresión, de melancolía, de tristeza, de angustia, de mayor labilidad emocional, dolor de cabeza o cefalea.

-¿Se tratan? ¿Se corrigen? ¿Se mejoran? ¿Se superan?
-Las fallas cognitivas, esto de no sentirse con la misma potencia cognitiva que tenían antes, se van corrigiendo. En el caso de lo cognitivo muchas veces se aconsejan talleres de estimulación cognitiva, para aquellas personas que ven mermada su capacidad cognitiva en forma notoria aconsejamos eso. En el Hospital Madariaga, con el equipo de rehabilitación, donde están las licenciadas Paredes, Posi, se ha trabajado arduamente en eso. Pero también es algo que se percibe. Un dato que no quería olvidar es la falta de olfato, de gusto, eso ha sido un motivo de consulta neurológico muy presente.

-¿Persisten estos problemas?
-Hay casos muy variables. Hay gente que se ha recuperado a los dos meses, hay gente que ha pasado un año y que refiere que no recuperó en toda su potencialidad el olfato. En esos casos también trabajamos con los otorrinos, con distintas terapias de estimulación del olfato que se llevan adelante.

-¿Cuáles son los problemas neurológicos que afectan a los misioneros, por fuera del Covid?
-Son variados. Siempre decimos que en el Hospital Madariaga uno puede abrir el libro de neurología porque se ve desde los primeros síntomas de la cefalea hasta enfermedades inflamatorias y autoinmunes como la esclerosis múltiple, el Párkinson, el Alzheimer. Dentro de la que más se ve y ocupa mayormente la agenda del neurólogo, está la cefalea, sin dudas. Un tipo de patología que nos preocupa mucho es el accidente cerebro vascular isquémico. En el hemorrágico participa el neurocirujano.

-¿Hay síntomas que permiten darse cuenta de que se está teniendo este problema?
-Así es. Estamos llevando adelante con mucho éxito terapias de revascularización, terapias con trombolíticos, sustancias que si uno pesquisa en la familia, en la casa, o que uno mismo está teniendo síntomas de un ACV tiene que dirigirse inmediatamente al hospital.

-¿Y cuáles son esos síntomas?
-Si veo que me está costando hablar, que estoy arrastrando las palabras, si eso se acompaña de debilidad en el brazo derecho o la pierna derecha, o si me cuesta mantener el equilibrio, o si tengo un episodio de dolor de cabeza absolutamente intenso que jamás tuve, amerita ir a la guardia del hospital, y elevar la sospecha de un accidente cerebro vascular. Porque existe la posibilidad de usar una sustancia que destape ese vaso. Un ACV isquémico no es más ni menos que un vaso tapado. Que si no tratamos dentro de las 4 horas y media, ya no podemos usar esa sustancia. Fijate la importancia del tiempo. En esto el tiempo importa más que nunca.

-¿Y el misionero le presta atención a estos síntomas, consulta, o espera pensando que puede ser un dolor de cabeza pasajero?
-Estamos viendo que cada vez está asistiendo más rápido a los lugares de control, y queremos hacer hincapié en eso, en que sean todavía más diligentes, más rápidos. Eso lo estamos haciendo en el Hospital Madariaga, y el consejo es que lo antes posible sean trasladados. A veces conviene no ir a un lugar intermedio porque eso hace perder tiempo. Cuanto más rápido diagnostiquemos y pasemos esa sustancia, más posibilidades de recuperación hay. Hemos tenido pacientes con recuperación total. Mientras que sin esa sustancia hubiesen quedado hemipléjicos, o afásicos. Hemipléjicos quiere decir sin poder mover la mitad del cuerpo, y afásico es una persona que no se puede comunicar. Que por ahí entiende y no se puede comunicar, y a veces tampoco puede entender. Es clave para la vida de esa persona tomar esa conducta.

-¿Hay edades en que se puede dar con mayor frecuencia?
-Sí, a medida que van pasando los años hay mayor peligro de tener un ACV. Siempre es más frecuente en la sexta, séptima, octava década de la vida, y más frecuente en hombres. Pero, también es cierto que la franja de pacientes jóvenes ha ido incrementándose mucho. 40 años, treinta y pico de años; 50 años.

-¿A qué se debe?
-Hay varias causas. Sin duda la hipertensión, el sedentarismo y el tabaquismo se llevan el gran premio. Después hay excepciones. Lamentablemente circunstancias genéticas o enfermedades como son la trombofilia de alguien que por ahí se cuida, pero que desgraciadamente tiene una enfermedad que genera trombos. Claro que después que se hace un diagnóstico también hay un tratamiento. Pero ocurre en el menor de los casos. Después hay enfermedades catastróficas como los aneurismas rotos, en eso en general interviene más el neurocirujano. Pero que los neurólogos y todo el sistema médico cuando ve una cefalea intensa en alguien que no las tiene habitualmente, que lo despierta a la noche, o en medio del acto sexual tiene un dolor de cabeza súbito o intenso, hay que sospechar que puede ser un aneurisma, y hay que hacer los estudios inmediatamente. Es una emergencia neurológica.

-¿Esto tiene prevención?
-Sí. Yo siempre digo que la mejor manera de prevenir el accidente cerebro vascular dentro de nuestras posibilidades -no hablo de algo genético, donde obviamente tenemos menor incidencia- es preguntarse: ¿Qué hice hoy? ¿Hoy hice algo para evitar el ACV? ¿Aunque sea una caminata de media hora, 40 minutos? ¿Traté de comer más sano? ¿O realmente no hice nada hoy para evitar un accidente cerebro vascular? Esa respuesta me la tengo que dar yo solo. Yo sé si me he estado cuidando o no. Me parece que por ahí va el camino.