Las tareas de cuidado empiezan a estar presentes en las políticas públicas cada vez con más presencia. En el Concejo Deliberante de Posadas, por ejemplo, avanza el proyecto que amplía las licencias parentales para ambos padres, ya sean de hijos biológicos o en procesos de adopción. Pero también considerar que lo referente a esas tareas “cubra, fundamentalmente, el valor económico que tienen en la economía real” como también sacar la mirada sexista sobre estas, para generar “mejores condiciones en la calidad del cuidado”, reflecionó Myriuam Duarte en Plural TV.

Martes 30 de agosto de 2022. “Lo que más me moviliza es pensar que todo lo que tiene que ver con tareas de cuidado cubra, fundamentalmente, el valor económico que tienen en la economía real estas tareas. Y, por otro lado, sacar la mirada sexista de estas tareas. Si las normas se van modificando y posibilitan que tanto varones como mujeres puedan desempeñar esas tareas porque así lo deciden y porque la normativa así se lo permite, se podrán generar mejores condiciones tanto en la calidad del cuidado como en la calidad del cuidado, que también está siendo condicionada”, explica Myriam Duarte en su columna de Plural TV.
Habla del reconocimiento laboral de las tareas de cuidado en, por ejemplo, las mujeres que criaron hijos a las que el Estado les reconoce un año de aportes jubilatorios por cada hijo y por otro lado, del reconocimiento que avanza desde el Concejo Deliberante de Posadas que amplía las licencias parentales. “Esto tiene que ver con dos dimensiones. Una es la equidad en el acceso a los derechos laborales para varones y mujeres y que quiere decir que si ambos padres son empleados municipales tienen la posibilidad de elegir quién ejerce ese derecho, lo que genera la posibilidad de mayor equidad”, celebró.
Posadas se convirtió a partir de este proyecto en la única ciudad que en su normativa laboral plantea este tipo de cuestiones de equidad, que alcanza a trabajadores que deciden adoptar o que estén desarrollando procesos de fertilización asistida. “Son cuestiones muy complejas ligadas a la crianza y que tienen que ver con las tareas de cuidado. Además, hay otras cuestiones que creo que hay que ir incorporando, que tienen que ver con el acompañamiento de personas enfermas, con un padecimiento transitorio, o personas adultas mayores. Pero creo que esto va dando cuenta de una lógica en la que la política pública se hace cargo de algo que debiera ser un derecho garantizado”, enfatizó durante su intervención en el programa que se emite por Canal 4 Posadas.

La entrevista de Myriam Duarte en Plural TV

-¿Con qué tema en esta columna?
-En las columnas anteriores vimos el rol de las tareas de cuidado en la evolución humana, en la construcción y constitución de las sociedades y hablamos también de la incidencia que tienen las tareas de cuidado en el uso del tiempo de las personas. Es decir, el uso del tiempo que le dedican a las tareas de cuidado las mujeres y los varones.

-Hace varias columnas que venís con este tema. Esto da cuenta de su importancia, y que no se agota en una sola presentación.
-Además es un tema que tiene múltiples dimensiones. En un momento lo abordé desde la historia y la antropología, lo que implica en la evolución humana. Por otro lado, abordé lo que tiene que ver con las posibilidades con una equidad en el acceso al trabajo. Equidad en los derechos laborales de mujeres y varones en relación al uso del tiempo que dedican a las tareas de cuidado. Esto es un limitante en ese derecho de acceso a la equidad en el trabajo, a las tareas remuneradas, porque lo anterior también es trabajo, pero no es remunerado. Además, tenemos otras dos dimensiones, que tienen que ver con un reclamo de los movimientos feministas respecto a la valoración económica del tiempo dedicado al cuidado, porque esto repercute mayoritariamente en las mujeres de la familia cuando no se tienen recursos económicos para costear ese servicio. Lo que limita a esas mujeres que deben realizar tareas de cuidado por falta de dinero, a acceder a un trabajo remunerado para contar con los recursos para financiar las tareas de cuidado. Además tiene otras dimensiones. Había hablado en un momento de la importancia que tiene el derecho humano de la persona que en una situación “x” de su vida necesita ser cuidada. Cuando una persona recién nace, en su primer periodo de vida, desde los primeros días de nacimiento hasta los tres años, necesita cuidados muy específicos, que si no los tiene, el ser humano en este sentido es uno de los seres más desvalidos de la naturaleza, porque si en ese periodo no tiene los cuidados correspondientes, muere, no puede subsistir. Eso, además, tiene otros correlatos a lo largo de la vida. Una persona que tiene una enfermedad, o sufre un accidente que lo incapacita temporalmente, que también requiere de tareas de cuidado, que, si tiene una familia con componentes femeninos en condiciones de cuidar, son quienes realizan estas tareas de cuidado. La hermana, la esposa, la madre. Pero pongamos por caso un estudiante que está residiendo en un lugar alejado de su familia. Que no tiene a quién recurrir. Y si no tiene los recursos para costearse ese cuidado, no puede hacerse acreedor del derecho a ser cuidado de manera adecuada con un cuidado de calidad que le permita salir de esa situación. Que puede ser de una incapacidad transitoria. Mucho más si hablamos de incapacidades permanentes o profundas. También esto ocurre en otra etapa de la vida que es la vejes, la ancianidad. A partir de que las personas, en el deterioro de su salud física, van requiriendo ciertos apoyos para poder tener una vejez digna. Entonces estamos hablando, por un lado, de una dimensión, que es el reconocimiento laboral de las tareas de cuidado. Habíamos mencionado que el Estado argentino viene realizando algunas acciones en ese sentido. La más notoria en el último tiempo es el reconocimiento de un año de aportes jubilatorios por cada hijo que crio una mujer. Además, hablamos de otra dimensión que me parece importantísima, que se abordó hace unos días en una sesión del Concejo Deliberante de la Ciudad de Posadas, que tiene que ver con la ampliación de las licencias parentales. Esto tiene que ver con dos dimensiones. Una es la equidad en el acceso a los derechos laborales para varones y mujeres. Lo que quiere decir que si ambos padres son empleados municipales tienen la posibilidad de elegir quién ejerce ese derecho, lo que genera la posibilidad de mayor equidad. Además, hablamos de otra dimensión que tiene que ver con el condicionamiento de género. Cuando se demanda la intervención de la familia en la crianza de los niños, la importancia de la educación familiar en la crianza de los niños, cuando se demanda de las familias una interacción con las escuelas, una mayor participación en la vida escolar y demás; y las normas, la dinámica laboral cotidiana no permite que las familias puedan desempeñar estas tareas, en realidad estamos viviendo en una contradicción permanente. Lo que demandamos como sociedad, y lo que el sistema laboral admite a las personas. En este sentido me parece muy importante y fundamental que tanto el progenitorvarón como mujer, o la persona gestante y su acompañante puedan acompañar el proceso de crianza con decisiones que tome esa pareja o esa persona, y no que sean impuestas por un sistema que te obliga a que por ejemplo, el progenitor varón tenga tres días para convivir con esa persona recién nacida. Lo que no permite desarrollar ningún tipo de vínculo y tampoco ningún tipo de destreza en el cuidado.

-Ni de ayuda siquiera.
-Así es. Me parece importantísimo el avance que representa esto. Posadas se convirtió a partir de este proyecto en la única ciudad que en su normativa laboral plantea este tipo de cuestiones de equidad, que también se contempla para trabajadores que decidan adoptar o que estén desarrollando procesos de fertilización asistida. Son cuestiones muy complejas ligadas a la crianza y que tienen que ver con las tareas de cuidado. Además, hay otras cuestiones que creo que hay que ir incorporando, que tienen que ver con el acompañamiento de personas enfermas, con un padecimiento transitorio, o personas adultas mayores. Pero creo que esto va dando cuenta de una lógica en la que la política pública se hace cargo de algo que debiera ser un derecho garantizado.

-¿Se hace cargo?
-Lo está haciendo paulatinamente. Hace poco me preguntabas si me parecía que era posible llegar a esa instancia. En algunos países ya se está planteando una situación de equiparación total de las horas de trabajo, y la remuneración de las horas de cuidado. Esta es la cuestión. Que el progenitor que decida quedarse en la casa al frente de las tareas de cuidado pueda tomar esa decisión y que no sea una obligación, una imposición por no poder resolverlo de otra manera. Y si esos dos trabajadores quieren seguir con su vida laboral sin demasiados cambios, también tener la posibilidad de que esa criatura esté bien cuidada porque se garanticen además las instancias de formación y capacitación. También mencioné en algún momento que muchas veces se considera que una criatura recién nacida, como no desarrolló lenguaje, como recién está empezando a crecer no requiere de muchos cuidados. Es como un paquetito que hay que mirarlo un poco. Y en realidad, justamente por ser una situación tan delicada de la vida, tan trascendental en la constitución de la psiquis -sobre todo porque en la primera etapa no pueden expresar lo que viven, no pueden decir lo que les pasa, lo que les gusta, lo que les desagrada, lo que les duele, lo que les hace mal- la capacitación de las personas que se dediquen al cuidado debe ser muy específica.

-Deben estar formados.
-Muy específicamente, además. Alguien que padeció un accidente, que tiene una enfermedad que lo incapacita momentáneamente, un adulto mayor, puede expresar su descontento con un cuidador que lo trata mal, con quien no sienta que hay un buen vínculo, pero un niño pequeño no lo puede hacer. Hay ciertos parámetros que tienen que ver con el cuidado, con el descanso, con instalar o crear los hábitos respecto a la alimentación, de la higiene, del movimiento, de la actividad corporal. Hay un montón de cuestiones para que las personas que desarrollen estas actividades tienen que tener una capacitación específica. Creo que esa es la “pata” que en este momento se debe promover y debe ser central. Si impulsamos desde distintos órdenes a nivel internacional, nacional, provincial, municipal, distintas políticas de cuidado; una vez que se instalen deberían tener gente capacitada que las lleve adelante. Porque siempre resulta ser un riesgo que es innecesario correr, sobre todo cuando se trata de niños pequeños.

-Riesgo que puede tener consecuencias fuertes.
-Así es. Y como decía, esa etapa de construcción de la psiquis es determinante para el resto de la vida. Entonces, si en esa etapa la calidad del cuidado no es la adecuada, los riesgos son muchos, y son a muy largo plazo. Algunas personas lo resuelven porque tienen los recursos, por ejemplo, para hacer terapias, para trabajar sobre sus problemáticas, pero hay mucha gente que no. Y estamos hablando de lesiones psíquicas, una cuestión no menor. Respecto a lo que tiene que ver con el trabajo con personas adultas mayores, personas con discapacidad, sobre todo cuando son discapacidades motrices, hay otro tipo de capacitación que tiene que ver con el trabajo con el cuerpo del cuidador. En estos casos ya encontramos un poco más de capacitación de varones, de enfermeros, kinesiólogos y demás, que acompañan a esta población. Y que es muy importante porque el hecho de tener que ayudar a levantarse a una persona que le cuesta pararse, ayudar a trasladar al baño a una persona, o hacer ciertos movimientos…

-Requiere de cierta fuerza…
-Y no solamente fuerza, sino que implica la forma de moverse del cuidador, que puede hacer que sufra alguna lesión si no lo sabe hacer adecuadamente. Son múltiples dimensiones. Lo que más me moviliza es pensar que todo lo que tiene que ver con tareas de cuidado cubra, fundamentalmente, el valor económico que tienen en la economía real estas tareas. Y, por otro lado, esta cuestión de sacar la mirada sexista de todo lo que tenga que ver con tareas de cuidado en general. Si las normas se van modificando y posibilitan que tanto varones como mujeres puedan desempeñar esas tareas porque así lo deciden y porque la normativa así se lo permite, esto puede ir generando mejores condiciones; primero en la calidad del cuidado, porque cuando una persona se ve obligada a las tareas de cuidado porque no puede hacer otra cosa, la calidad del cuidado también está siendo condicionada.

-¿Qué área del Gobierno trabaja estos temas?
-En este momento no hay un área específica, pero son varios los entes que están trabajando esta cuestión. Sé que desde el Ministerio de Desarrollo Social, y desde el IPS Rama Pasiva, vienen trabajando con la capacitación de personas para el cuidado de adultos mayores. Se está trabajando en un programa en este sentido en la Dirección de Infancia, del Ministerio de Desarrollo Social. Y como lo planteo, también lo está abordando seriamente el Concejo Deliberante de la Ciudad de Posadas. Así que supongo que cada instancia irá creando sus órganos de competencia y de contralor para que esto pueda llevarse delante de una manera eficiente, y sobre todo garantice derechos.

-¿Pero va avanzando?
-Va avanzando firmemente.