El autor de esta columna propone debatir en “espacios honestos, responsables y respetuosos” los temas de la desigualdad que promueve la propia sociedad con el sostén del Estado. Elecciones de reinas en las escuelas o fiestas populares; en la televisión, conductores varones para los temas serios y la frivolidad en las mujeres, tienen al Estado detrás, “reforzando y promoviendo estereotipos de género que, en última instancia, son los que abonan el terreno para que, tristemente, existan los Fabián Tablado, a quien luego expulsa, y sus víctimas, a quienes ninguna condena -penal o social- les devolverá jamás la vida”.

Por Jorge Víctor Ríos

Viernes 16 de septiembre de 2022. ¿En los festivales, pongámosle la Fiesta Nacional del Inmigrante, se elige rey también, además de reina? Si no es así, la elección, y por consiguiente estas fiestas, ¿no son acaso totalmente sexistas y patriarcales?
¿Por qué también se promueven en las escuelas este tipo de elecciones en lugar de, por ejemplo, organizar festivales de talentos en su lugar? Las elecciones de rey y reina de los estudiantes, además de promover la idea de que el valor de las personas está en su apariencia, valoran tácitamente la noción de monarquía, ligada a su vez al colonialismo.
Y hablando de escuelas: ¿los uniformes de las instituciones educativas se basan en criterios igualitarios o a las mujeres se les permite/requiere usar prendas que dejen ver más partes del cuerpo (piernas, por ejemplo) que a los varones no? Si no es así, el código de vestimenta, y por consiguiente la institución, ¿no pasan acaso a ser totalmente sexistas y patriarcales, al promover la noción de que lo admirable, lo objetivable sexualmente, es la mujer, para la mirada del varón cisheterosexual?
¿La representación en los canales de televisión pública, pongámosle Canal 12, representan y dan roles a varones y mujeres e identidades sexodisidentes de manera igualitaria u ocurre mayoritariamente que los primeros son los encargados de llevar la voz «seria» (que aborda cuestiones como economía y política), mientras que las y les otres están encargades de hablar de farándula, chimentos y otras cuestiones consideradas no tan serias o cruciales para la vida pública?
Si la respuesta a todas estas preguntas es en cada caso la segunda opción, es el propio Estado el que está reforzando y promoviendo estereotipos de género que, en última instancia, son los que abonan el terreno para que, tristemente, existan los Fabián Tablado, a quien luego expulsa, y sus víctimas, a quienes ninguna condena -penal o social- les devolverá jamás la vida.
Con casi un femicidio por día en el país y la provincia aún ubicada en los primeros puestos de rankings fatídicos como el de matrimonios infantiles, embarazos adolescentes y violencia contra las mujeres ¿no estaría haciendo falta que el Estado trabaje más estas cuestiones, poniendo el foco en la prevención, en el cambio cultural con una educación y comunicación pública más responsable, y no solamente en reforzar el punitivismo?
¿No estaría haciendo falta también que como sociedad nos demos espacios honestos, responsables y respetuosos para dar los debates que todavía están pendientes, como los que tienen que ver con qué hacemos con el amigo, hermano, padre vecino violento/agresor que «nadie tiene» y que hacen que los números no cierren cuando contamos a las mujeres y personas sexodisidentes violentadas/agredidas?