La revolución audiovisual en Misiones refleja la necesidad de descentralización en la producción cinematográfica argentina. La implementación de leyes de promoción audiovisual y la creación de institutos de fomento en distintas provincias –como Misiones- demuestran un movimiento en todo el país para impulsar la producción audiovisual, más allá de Buenos Aires. Misiones, con su infraestructura, recursos humanos y atractivas locaciones, se posicionó como un ejemplo de éxito en este proceso de descentralización, aseguró el titular del Iaavim, Mario Giménez. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en políticas y estrategias que impulsen la producción cinematográfica en otras regiones del país, asegurando un desarrollo más equitativo y sostenible de la industria audiovisual en Argentina, expresó en Plural TV, programa periodístico de Canal 4 Posadas.

Martes 16 de mayo de 2023. Misiones se convirtió en un referente en el ámbito audiovisual, marcando una tendencia hacia la descentralización de la producción cinematográfica en Argentina. Gracias a la implementación de una ley de promoción audiovisual y la creación del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAViM), que fomenta la producción local y genera un efecto contagio en todo el país, dijo el presidente del Instituto de Artes Audiovisuales de la provincia de Misiones, Mario Giménez en una entrevista con Plural TV.
Al compartir su visión sobre el panorama audiovisual de Misiones y la Argentina en general, destacó que se están produciendo cambios significativos en el país y resaltó el papel de Misiones en la promoción y desarrollo del cine.
Giménez mencionó que el debate sobre el modelo de país que se implementará es un tema recurrente en Argentina. En este sentido, destacó la importancia del cine y su efervescencia en todo el territorio nacional, particularmente en Misiones donde avanzó como pionera al discutir una ley de promoción audiovisual y establecer el primer instituto de fomento audiovisual en una provincia. Esto condujo a un aumento significativo en la producción cinematográfica en Misiones, a pesar de estar alejada del poder central concentrado en Buenos Aires.
El impacto de estas acciones de la provincia se extendieron a todo el país, donde se están discutiendo y sancionando leyes de promoción audiovisual en diferentes regiones. Existe una voluntad de federalizar la producción y descentralizarla de Buenos Aires. Sin embargo, Giménez señaló que todavía queda trabajo por hacer y que las políticas implementadas por el Instituto Nacional de Cine deben estar a la altura de los cambios que están ocurriendo en el país.
En relación al financiamiento de la producción audiovisual, Giménez mencionó que actualmente se basa principalmente en la venta de entradas en salas de cine y la publicidad en medios tradicionales como la televisión. Sin embargo, el número de entradas vendidas ha disminuido, lo que dificulta la financiación necesaria para fomentar la actividad cinematográfica. Destacó la necesidad de establecer cánones y gravámenes a las plataformas de streaming para garantizar recursos y fortalecer el círculo virtuoso de producción y financiamiento.
En cuanto a la concentración de la producción en Buenos Aires, Giménez entiende que tiene que ver con el modelo de país heredado, donde la actividad económica se concentra en la capital. Sin embargo, destacó que esta realidad está cambiando y mencionó las ventajas que ofrece Misiones a las productoras, como un sector privado organizado, un Estado sensible a las demandas del sector, recursos humanos calificados, hermosas locaciones y una infraestructura turística efectiva, aseveró.
Giménez enfatizó la importancia de fomentar proyectos locales y el desarrollo de producciones escritas y dirigidas por misioneros. También mencionó la necesidad de políticas públicas que apoyen diferentes tipos de narraciones y no solo las de carácter comercial. Destacó la creación de un área dedicada al cine comunitario en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y expresó su esperanza de que se implementen líneas de fomento y financiamiento para este tipo de producciones.
El titular del Iaavim dijo que Misiones se destaca como un lugar atractivo para la producción audiovisual debido a varios factores, como un sector privado organizado y comprometido con la industria, así como un Estado que demostró sensibilidad y receptividad a las demandas del sector, a las que se suman la sinergia público-privada que incluyó inversiones en infraestructura, como la reciente inauguración de una isla de colorimetría en el Parque Industrial de Misiones.

La entrevista de Mario Giménez en Plural TV

-Mario, qué está pasando en Misiones con el audiovisual.
-Creo que están pasando muchas cosas. Creo que está sucediendo ese debate eterno que tenemos los argentinos y que vos lo referías en la editorial: qué modelo de país vamos a implementar. El caso del cine es especial porque hay una efervescencia en todo el territorio nacional que tiene mucho que ver con Misiones, porque Misiones estuvo a la vanguardia ya hace unos cuantos años empezando a discutir una ley de promoción audiovisual que luego trajo consigo el primer instituto de fomento audiovisual a nivel provincial, que logró además poner en marcha algunas líneas financieras, y que se tradujo en un gran volumen de producción, en una provincia chica y alejada del poder central, del país que nuclea y centraliza la mayor cantidad de producciones. Esto generó un efecto contagio e hizo que hoy en todas las regiones del país, o se esté discutiendo una ley, o haya sido sancionada hace poco, o haya un espacio público que acaba de lanzar un plan de fomento. Todo el territorio nacional está de alguna manera, haciendo fuerza por federalizar un poco la producción, y me parece que eso es una cuestión muy importante. Todavía resta en ese sentido seguir trabajando y seguir discutiendo y que las políticas implementadas por el Instituto Nacional de Cine se pongan a la altura de esto que está ocurriendo en el país. Tenemos una concentración impresionante de alrededor del 90 por ciento de la producción en la ciudad de Buenos Aires y zonas aledañas, y uno lo entiende un poco porque hace 30 años cuando se sancionó la Ley de Cine, prácticamente todas las casas productoras estaban ubicadas ahí, pero hoy esa realidad ha cambiado, por eso es importante que cambien las políticas. Esa es una pelea que tenemos desde el espacio público provincial, lo planteamos hace poco en la asamblea general que se hizo en Posadas. En eso ya hay una cuestión simbólica, en decir que la asamblea general se sacó de Buenos Aires y se hizo en una provincia del interior; la próxima va a ser en Jujuy en el mes de junio, continuando este esfuerzo que venimos haciendo, que tiene que ver con lo simbólico de salir de la capital, conocer otras realidades y poder dialogar con los referentes, conocer los espacios públicos y privados dedicados a la actividad. Es un momento de mucha discusión y un momento clave en sentido de cómo se va a financiar la producción cinematográfica y audiovisual argentina en los próximos diez o 20 años.

-¿Cómo se financia hoy?
-Hoy se financia principalmente con el corte de entrada a las salas de cine, y también con algunos cánones que tienen que ver con la publicidad en los medios tradicionales, en la televisión fundamentalmente. Pero es una tendencia que va decreciendo, hoy por hoy son cada vez menos las entradas que se venden, salvo cuando aparece un fenómeno como el caso de “1985”, que ha vendido un millón de entradas o más, y puede seguir haciéndolo. Pero también, por ejemplo,“El amor después del amor” ya no va a ir a sala, porque está instalado otro esquema, y paradójicamente ese esquema de distribución, esas empresas que comercializan esas obras con esta metodología no están haciendo el tributo análogo que hacen los distribuidores que tienen salas. Esa es una cuestión normativa. Argentina tiene que ponerse de acuerdo y grabar cánones para que estas obras puedan integrar el plan de fomento, y de esa forma recuperar ese círculo virtuoso que tiene el audiovisual, en que la propia venta de entradas alimenta la producción, y así sucesivamente en un espiral ascendente. Hoy eso no ocurre porque la cantidad de entradas vendidas no alcanza a alimentar la necesidad de fomento, que además tiene cada vez mayor demanda, porque además en esta lucha que hacemos desde las provincias por fomentar la actividad, por propiciar la creación de nuevas empresas, cada vez hay mayor demanda, entonces el Instituto Nacional de Cines y Artes Audiovisuales tiene cada vez menos recursos, pero tiene que atender más producciones de todo el país que quieren salir a la luz.
-¿Por qué están todas en Buenos Aires 30 años después de sancionada la Ley de Cine?
-Porque es el modelo de país que hemos heredado, con la actividad económica concentrada en la capital, como le sucede a muchos países, especialmente en Latinoamérica. Pero acá hay una cuestión que es muy importante, y es que esto está cambiando; hay una transformación que se está dando en todo el territorio nacional. Misiones tiene un volumen de producción de siete u ocho largometrajes industriales al año, cosa que hace diez años era una cosa absolutamente impensada. Hace algunos años en un espacio emblemático como fue el Oberá en cortos se empezó a discutir una ley de cine; pensar en tener una producción de esas características al año parecía una utopía, y hoy por hoy estamos teniendo ese volumen y podríamos ir mucho más allá todavía si tuviéramos un fondo de fomento más amplio, que es fundamental; y por otro lado, políticas que propicien un reparto más equitativo con las zonas que están en desarrollo, con las regiones que tienen que crecer. Para crecer, Misiones necesita infraestructura, tecnología, y eso requiere recursos. Pero hay un proceso muy interesante que no podemos perder de vista y que está ocurriendo, y que puede transformar y distribuir polos productivos en distintas regiones del país, y tomamos las decisiones adecuadas.

-¿Por qué algunas productoras eligen Misiones?
-Porque Misiones tiene varios aspectos favorables. Primero y principal, un sector privado que hace muchos años se organizó, empezó a discutir, se informó, buscó las alternativas; en segundo lugarporque se encontró con un Estado sensible que reaccionó a esa demanda, y de esa sinergia público privada surgieron cosas en aquel momento cuando se sancionó la Ley,y continúan surgiendo hasta el día de hoy. Fijate que hace una semana inauguramos una isla de colorimetría en el Parque Industrial, que es de alguna manera inversión pública, pero que va a ser usufructuada por el sector privado; y que tiene muy buenos referentes, tiene recursos humanos muy calificados.A su vez esto es un círculo virtuoso, una producción hace que los equipos técnicos adquieran más experiencia y por lo tanto tengan más chances de obtener otra producción, y así sucesivamente. Con la cantidad de obras que se han filmado en Misiones en los últimos cinco o seis años, nuestros equipos técnicos están muy calificados. Entonces tenés líneas de asistencia financiera por parte del Estado provincial, recursos humanos muy preciados que están en los estándares de calidad para cualquier producción a nivel nacional o internacional, locaciones envidiables -eso sí es algo innato que tenemos- y un sistema vial, hotelero, gastronómico, de servicios muy efectivo, debido a queMisiones es una provincia turística. Son varios elementos que hacen muy conveniente el trabajo en nuestro territorio. Fijate que cuando empezamos con este esquema durante la presidencia de Axel Monsú, primer presidente del Iaavim, había una discusión muy fuerte cada vez que iba a venir una producción porque a cambio del aporte financiero el Instituto exigía un porcentaje determinado de técnicos, actores y actrices misioneros. Hoy esa discusión ya no existe, quedó atrás porque el profesionalismo de los técnicos misioneros está harto comprobado, y porque es mucho más conveniente contratarlos acá. Más allá de atraer producciones nos interesa la creación de proyectos acá-es decir proyectos escritos y dirigidos por misioneros-, por eso tenemos un trabajo integral para esto. Recién te nombraba a Axel Monsú, por su función pública, pero que además el año pasado rodó su película, “Zulma”, que va a ser una de las primeras, seguramente, que va a atravesar el proceso de colorimetría en el Parque Industrial, esa es la sinergia público privada. Y tuvimos también el año pasado a “La selva no existe” de Fernando Pacheco, que seguramente va a ser lo mismo, un documental de Gastón Gularte que narra la historia de las luchas agrarias. Toda una serie de producciones que se viene gestando y que con inversión o medidas tomadas por el gobierno provincial tienen mayor competitividad y la posibilidad de fortalecerse y llegar a un mejor resultado. Ese es el costado que nos entusiasma, que nos empuja hacia adelante, que nos hace pensar que podemos cambiar la realidad.Pero también hay una situación que no podemos ocultar, y es que no estamos ajenos a la crisis económica que atraviesa el país. En este momento la producción audiovisual y cinematográfica en todo el país está muy atrasada, estamos en mayo y otros años a esta altura ya habíamos tenido dos o tres rodajes, no es el caso de 2023, justamente por la falta de recursos que tiene el Incaa.Por eso para nosotros es fundamental -obviamente es algo que se va a dar en el plano legislativo- que la comunidad, que los Estados provinciales avancen en relación al gravamen que necesitamos imponerle a las plataformas; me parece que es algo justo, cualquier actividad económica paga impuestos, y en este caso los impuestos deben ir dirigidos al fomento de la actividad, porque de esa forma se da esa retroalimentación y la actividad crece, genera fuentes laborales y se beneficia no solamente el cine de taquilla, que tiene una distribución asegurada y un público masivo, sino también otras expresiones culturales que son fundamentales, para que se distribuyan y se conozcan todas las voces, que es un concepto muy importante para una política pública que tiene que ver con la construcción de contenidos simbólicos.

-¿Hace un tiempo pensábamos que el cine se estaba muriendo en nuestro país y en nuestra provincia, cómo ves estos dos fenómenos de este año: “Argentina 1985” y “El amor después del amor”?
-El cine argentino demuestra cada tanto con algún caso como el de “Argentina 1985” el talento innato que tiene el realizador argentino, el director, el guionista. Esto es algo que se puede explicar, uno puede decir: “determinado presupuesto, determinado tiempo, determinadas figuras”, pero aún así no esto no es garantía de nada.

-Un poco tiene que ver el tema que trata la película…
-Así es, y ahí también tiene que ver la sensibilidad del director en encontrar una historia que necesita ser contada en determinado momento. Me parece que el talento y el coraje de la producción cinematográfica de seguir produciendo en contextos difíciles, está probada. Debemos acompañar esto con políticas públicas eficaces que permitan que el cine argentino no se vaya achicando. Hay un fenómeno también, el caso de 1985 hay un aspecto que uno no puede perder de vista, fue financiado con capitales privados de estas plataformas que tienen una solvencia mayor y pueden garantizar más tiempo de rodaje, equipos más grandes, y eso en cierta medida contribuye a tener una obra de mejor calidad, permite la difusión para encontrarse con el espectador. Creo que las empresas internacionales son un actor que irrumpe en el campo de la producción y está muy bueno que eso suceda, pero también el Estado tiene la obligación de asegurar otro tipo de producciones que a lo mejor no tienen un tinte comercial tan importante, y sostener mediante políticas públicas otro tipo de narraciones. Por ejemplo este año el Incaa -y Misiones también tuvo que ver en eso- acaba de crear un área dedicada al cine comunitario, que esperemos dentro de poco tenga también líneas de fomento y financieras para propiciar ese tipo de producciones. Ojalá que el cine industrial argentino tenga otros fenómenos como en el caso de “Argentina 1985”, o de “El amor despues del amor” porque esto genera trabajo, construye nuestra idiosincrasia, porque además es una manera de disfrutar de la cultura, del arte, del cine para que las nuevas generaciones conozcan la historia, o puedan disfrutar un fenómeno como el que fue Fito Páez en los 90; todos los fenómenos que sabemos que el audiovisual es capaz de construir. Creo que tenemos un desafío y es encontrar un equilibrio entre la presencia de los capitales privados y las políticas públicas que permitan democratizar la producción en todo el territorio del país y en los distintos esquemas de producción. Porque también hay distintos formatos, múltiples géneros y múltiples historias, ya que no todas tienen por finalidad ser un éxito de taquilla, sin embargo tienen un valor muy importante y necesitan ser preservadas.

-¿Se está filmando algo en Misiones actualmente?
-Tenemos muchos proyectos, tenemos seis proyectos con aportes financieros comprometidos por parte del Estado provincial, otros tres con intensión de aportes, pero todavía esos rodajes no arrancan porque le plan económico se constituye con fondos provinciales, pero mayoritariamente con fondos nacionales, que están bastante retrasados. Así es que estamos preocupados en ese sentido. Estamos tratando de contener, de acompañar, estamos trabajando con todos los referentes del audiovisual provincial, pero también en el campo de lo político debemos tomar medidas para asegurar la financiación del cine en los próximos años. Para nosotros el camino es lograr que estas plataformas puedan tributar. Creo que en ese sentido es el tiempo de las provincias, porque han demostrado, por ejemplo el año pasado con la extensión de las asignaciones específicas para la cultura, que pueden tener protagonismo, que si esperamos todo del país central a veces las cosas no llegan. Y hablo de parte de toda la comunidad cultural de nuestra provincia al decir que si la delegación misionera, con nuestro ministro a la cabeza no se instalaba en la plaza frente al congreso, no sé si eso salía. Me parece que eso debe ser un incentivo para organizarnos, para trazarnos objetivos estratégicos hacia adelante y defender la cultura, que es por sobre todas las cosas un derecho humano imposible de resignar, pero además también fuentes de trabajo, como lo hemos comprobado. Así es que hay municipios que lo han entendido y están muy comprometidos, como Puerto Esperanza que ha entendido todo lo que genera el rodaje de una película, incluso para sectores que no tienen que ver con la producción, pero que son subsidiarios, como la hotelería, gastronomía, transporte. Así que insisto, creo que es el tiempo de las provincias en esto, creo que la comunidad entendió que está llamada a ser protagonista y ojalá se pueda repetir el fenómeno que en su momento se dio con las asignaciones específicas para lograr que estos actores internacionales que están operando en nuestro país -me parece muy bueno que estén y ayuden a producir contenidos- tributen lo que es justo, para de alguna manera repartir y generar la posibilidad de que otras historias puedan ser contadas.