Estiman que entre seis y ocho millones de personas murieron en forma directa e indirecta en estos dos años de Covid19 en el planeta. La pandemia aumentó la pobreza y el desempleo, en todo el mundo: pasó de 119 millones a 224 millones de personas. De todas maneras, las fortunas de los millonarios aumentaron en más de 3,9 billones de dólares el año pasado. A dos años, la pandemia aún no terminó ni está controlada, aunque las vacunas mejoraron de manera notable las condiciones sanitarias.
Miércoles 15 de diciembre de 2021 (Matías Machado para Misiones Plural). La pandemia por el nuevo coronavirus lleva un saldo de al menos 5,3 millones de muertos (5.310.785 muertos), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre más de 270 millones de personas (270.650.863) afectadas por la enfermedad, desde el comienzo de la pandemia. La gran mayoría de los enfermos se recupera aunque conservan los síntomas durante meses. De todas maneras, una parte aún está mal evaluada, admiten desde la propia OMS, ya que algunos estudios constatan un cinco por ciento de los contagiados. Estiman, que la cantidad de muertos reales se ubican entre seis y ocho millones en todo el planeta.
Según los datos oficiales, el país con más muertos es Estados Unidos, con798.218 decesos y 50.062.033 contagiados. Le siguen Brasil, con 616.457 muertos y 22.177.059 casos; India, con 475.636 muertos y 34.697.860 casos; México, con 296.672muertos y 3.918.216 casos y Rusia, con 284.909 muertos y 9.871.229 casos. Argentina registra 116.771 muertos y 5.358.455 infectados.
Entre los países más golpeados, Perú registra la mayor tasa de mortalidad por Covid19 del planeta, con 611 decesos por cada 100 mil habitantes, seguido de Bulgaria (415), Bosnia (390), Montenegro (371), Hungría (369), Macedonia del Norte (368) y República Checa (317). Argentina registra 259 muertes cada 100 mil habitantes.
Los datos presentados no tienen en cuenta la sobremortalidad directa ni indirecta por Covid19. La OMS estima que si se tuvieran en cuenta esos datos, el balance de la pandemia podría ser de dos a tres veces más elevado que el registrado de manera oficial.
La sobremortalidad

El Ministerio de Salud de la Argentina define a la sobremortalidad como “el número total de muertes (directas o indirectas) que se encuentra por encima del límite superior de muertes esperadas según períodos anteriores y que ocurren durante una crisis (epidemia, pandemia, catástrofe) en un período y lugar determinado”. Las muertes directas hacen alusión a aquellas ocurridas debido a la enfermedad, mientras que las muertes indirectas hablan de la cantidad de fallecidos debido a problemas económicos, sociales, sanitarios, producidos por la pandemia.
Expertos de la OMS estiman que la pandemia causó hasta la fecha, de 6 a 8 millones de muertes directas e indirectas, es decir, un poco más de las 5,3 millones que admiten. Esto se debe a que muchos países no cuentan con ningún sistema de registro del estado civil de la población y por lo tanto carecen de estadísticas precisas y completas, sobre todo en lo que se refiere a los decesos y sus causas.
Así, la sobremortalidad no puede medirse en todas partes, pues faltan datos de algunos países. De todas maneras, la OMS calcula que en 2020 se registró un excedente de decesos de entre 1,34 y 1,46 millones de personas en las Américas y de entre 1,11 y 1,21 millones en la región europea.
La Agence France-Presse (AFP) informó que una evaluación reciente de los sistemas de información sanitaria realizada en 133 países reveló que, en general, la región europea registró un 98 por ciento del total de los decesos acaecidos, mientras que en la región africana esta proporción fue de solo el 10 por ciento.
En general, «solo el 40 por ciento de los países de todo el mundo registran al menos el 90 por ciento de las muertes, lo que significa que un número importante de países no son capaces de informar de los decesos ni de sus causas», explicó Samira Asma, encargada de la sección de estadísticas de la OMS.
La diferencia entre lo que los expertos denominan «sobremortalidad» o «exceso de decesos» y el balance oficial de muertos vinculados al Covid19 se debe a varios factores. Algunos países notifican los decesos con retraso; también hay personas que mueren sin haberse sometido a ningún test de diagnóstico. Otras fallecen de otras enfermedades que no se habían tratado, por miedo a ir al centro de salud o a causa de las medidas de confinamiento. «La sobremortalidad nos ofrece una mejor imagen, pues da cuenta de esos efectos directos e indirectos», declaró a AFP William Msemburi, analista en el departamento de datos de la OMS.
Globalmente, estas estadísticas muestran que «la pandemia de Covid constituye una amenaza importante para la salud y el bienestar de las poblaciones de todo el mundo», recalcó Samira Asma. Además, según las primeras estadísticas, el Covid19 hizo que la esperanza de vida en algunos países retrocediera entre dos y tres años, explicó la experta.
El desempleo por la pandemia

Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que las disparidades entre las economías, que provocan un estancamiento en el repunte mundial, empeoraron las proyecciones de empleo hechas a inicios de 2021, que apuntaban a una pérdida de 3,5 por ciento de horas trabajadas, o cien millones de empleos de tiempo completo, con respecto a 2019.
Según las condiciones económicas existentes, al terminar este año se habrán perdió 125 millones de trabajos de tiempo completo, o un 4,3 por ciento de las horas trabajadas, tomando como referencia el cierre de 2019, es decir el nivel previo a la pandemia de Covid19.
Por regiones, Europa y Asia Central registraron una menor disminución de horas trabajadas, con sólo 2,5 por ciento respecto a 2019. Asia y el Pacífico le siguió con un 4,6 por ciento, y al final se colocaron África, América y los Estados Árabes, con descensos de 5,6, 5,4 y 6,5 por ciento, respectivamente.
Según el informe, las economías con mayores índices de vacunación y estímulos fiscales demostraron una menor pérdida de empleo.
El estudio calcula que por cada 14 personas vacunadas con el esquema completo en el segundo trimestre de 2021 se añadió un puesto de trabajo de tiempo completo al mercado laboral mundial, lo que impulsó sustancialmente la recuperación.
Mientras que un aumento del estímulo fiscal del 1 por ciento del PIB anual aumentó las horas de trabajo anuales en 0,3 por ciento con respecto al último trimestre de 2019.
En Argentina, el mercado de trabajo se recuperó casi totalmente con respecto al comienzo de la pandemia, según los indicadores laborales relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC).
En el segundo trimestre de 2021 la tasa de actividad alcanzó al 45,9 y la tasa de empleo al 41,5 por ciento, lo cual implica un incremento de 7,5 y 8,1 puntos porcentuales respectivamente, con respecto al segundo trimestre de 2020. Asimismo, la tasa de desempleo alcanzó al 9,6, es decir que se redujo 3,5 puntos porcentuales en comparación con el peor momento de la crisis sanitaria, cuando había alcanzado al 13,1 por ciento de la población económicamente activa. Esta reducción de la desocupación es el resultado que la tasa de empleo creció en mayor medida que la tasa de actividad (8,1% y 7,5%, respectivamente).
El aumento de la pobreza

En estos dos años de pandemia la pobreza extrema aumentó en el mundo, que pasó de 119 millones a 224 millones de personas. Se estima que en todo el mundo se han perdido entre tres y cuatro años de avances hacia la erradicación de la pobreza extrema.
Asimismo, el covid-19 impactó en la desigualdad, ya que mientras la pobreza extrema registra cifras en rojo, las fortunas de los millonarios aumentaron en más de 3,9 billones de dólares el año pasado.
El Banco Mundial informó que el impacto de la pandemia de COVID-19 es más grave entre los más pobres del mundo. En 2021, el ingreso promedio de las personas situadas en el 40 por ciento inferior de la distribución mundial del ingreso es un 6,7 por ciento más bajo de lo que indicaban las proyecciones anteriores a la pandemia, mientras que el de quienes se ubican en el 40 por ciento superior se redujo un 2,8 por ciento. La razón de esta gran diferencia es que el 40 por ciento más pobre aún no ha comenzado a recuperar el ingreso perdido, en tanto que el 40 por ciento superior ha restablecido ya más del 45 por ciento de la pérdida inicial de sus ingresos. Entre 2019 y 2021, el ingreso promedio del 40 por ciento más bajo cayó un 2,2 por ciento; en cambio, el del 40 por ciento más alto se redujo un 0,5 por ciento.
El dato alentador es que mientras en 2020 todos los números cerraron en rojo con una contracción de 6,8 por ciento, para el cierre de este año se espera que la economía mundial haya crecido 5,2 por ciento.
En Argentina, el nivel de pobreza pasó de ubicarse en el 39,8 por ciento en 2019, al 44,7 por ciento durante el contexto de la pandemia del coronavirus. Este año registró una leve disminución para quedar en el 43,8 por ciento.