El militante y activista de los derechos humanos y de la diversidad, Jorge Víctor Ríos, asumió de manera formal la titularidad del Inadi Misiones este lunes 24 de abril. “Ahora la responsabilidad es más amplia porque tiene que ver con todas las poblaciones vulneradas históricamente, no solamente la población a la que yo le daba prioridad por mi activismo personal, que tiene más que ver con la diversidad sexual y de género, o también la cuestión de género en términos de machismo, violencia de género o en términos de masculinidades, sino ahora asumiendo la responsabilidad más amplia que requiere el Inadi como institución con el foco en la prevención de las prácticas discriminatorias”, explicó a Misiones Plural.

Martes 25 de abril de 2023. El nuevo delegado de Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) de Misiones, Jorge Víctor Ríos, entiende que el mayor desafío a enfrentar desde el organismo es convertir en un valor a la diversidad (tanto sexual, de género, cultural, racial y hasta de las corporalidades), con la intención de “disminuir muchísimo esa matriz que hace que tengamos prácticas discriminatorias. Llegar a las causas profundas de la discriminación, que son culturales y por lo tanto están naturalizadas; por eso nos cuesta verlas. Muchas veces las personas no buscan de manera consciente vulnerar los derechos de otra, pero lo termina haciendo cuando actúa sobre la base a esos prejuicios –sobre ese sexismo, ese racismo, esa heteronormatividad que tenemos incorporada como parte de nuestra socialización–. El mayor desafío es trabajar para desmontar esos estereotipos, cuestionar esos prejuicios y librarnos de ellos”, dijo Ríos a Misiones Plural.
Los objetos de su gestión se enmarcan en los objetivos que tiene el Inadi para todo el país, reforzando la prevención antes que la sanción, aunque sea “el camino más largo y difícil”, reseñó.
En esa línea pretende profundizar estrategias de trabajo articulación con agentes o actores sociales de organizaciones tanto públicas como privadas, con la educación y los medios de comunicación en la agenda de trabajo.
Ríos recordó un estudio reciente del Inadi, publicado por este medio, que advierte que los jóvenes son quienes sufren más discriminación y por lo tanto, esa será una de las líneas de acción, abordando -por ejemplo- el acoso (bullying) en las escuelas. El nuevo titular del Inadi Misiones dijo que muchas veces se percibe una discriminación sutil en el abordaje que hacen los medios de comunicación sobre las juventudes, comparables a veces con el abordaje que hacían sobre las víctimas de violencia de género, aunque en este caso “podemos ver cambios”.
Otros de los problemas de nuestra sociedad es el racismo, aunque tampoco haya consciencia de ello. “Resulta importante realizar un trabajo con la comunidad afrodescendientes” y con las corrientes migratorias más recientes, provenientes de los países de la región.

-¿Cuáles son los objetivos de tu gestión?
-Bueno un poco alineado a la gestión nacional de Greta Pena –la titular nacional del Inadi desde enero de este año—es poner mucho énfasis en el eje de la prevención, porque el Inadi trabaja mucho ese eje junto con el eje administrativo, que tiene que ver con las denuncias de la ciudadanía cuando toma conciencia que pudo ser víctima de una práctica discriminatoria y denuncia ante el Instituto. Esa es la tarea más conocida que tiene el Inadi, cuando se habla de una denuncia en el Inadi. Pero un objetivo de gestión que compartimos con Greta es reforzar la prevención, que no se tenga que llegar a la denuncia porque idealmente evitamos que se discrimine, que no ocurra una práctica discriminatoria; en ese sentido habrá que reforzar mucho los talleres de capacitación para el propio Estado, las empresas, porque el sector privado no está exento de las prácticas discriminatorias. También todo lo que tiene que ver con la comunicación y la educación. También ese trabajo de incidencia y de articulación con agentes o actores sociales que tienen que ver con la educación y también los medios de comunicación; pensamos entonces elaborar materiales audiovisuales, spots, trabajar en las redes sociales, en los medios de comunicación, en las escuelas y en todos los órganos básicamente para sensibilizar respecto a lo que es la discriminación, las prácticas discriminatorias, y cómo nos afectan a todos y todas las personas; hay que hacer un abordaje responsable en ese sentido. Muchas veces quien lleva adelante una práctica discriminativa no lo hace quizás con la intención de dañar a otra persona, pero la verdad es que si hay discriminación, se están vulnerando derechos sobre la base de alguna característica o circunstancia que pueda estar viviendo esa persona; pueden ser innatas o ser circunstanciales. Es decir a mí me pueden discriminar por el color de mi piel, en general, los que sufren discriminación por el color de su piel son personas racializadas, los que conocemos popularmente como de piel obscura, también cuando no tengo una sexualidad o una orientación sexual normativa, es decir cuando no soy heterosexual o cisgénero hay más posibilidades que me discriminen por eso, como sucede con las personas trans, lesbianas, gays, bisexuales y no binaries; incluso por ser mujer, es decir, por una pertenencia a grupos que históricamente tienen sus derechos vulnerados frente a los modelos hegemónicos que son los que imponen las creencias culturalmente de que todo lo que se salga de ese modelo hegemónico merece burla, segregación, un trato no igualitario y por consiguiente, implica una vulneración de sus derechos. Entonces el Inadi tiene esa enorme tarea de proteger los derechos de todos y todas para que no se de ese trato desigual e injusto que vulnera el pleno goce y ejercicio de los derechos que no solamente por la constitución nacional sino por las leyes provinciales, nacionales, e incluso por los convenios internacionales a los que adhiere nuestro país están protegidos.

-¿Qué desafíos ves en esta gestión?
-El mayor de los desafíos es el mismo en todos lados: llegar a las causas profundas que son culturales y por lo tanto están naturalizadas, por eso nos cuesta verlas y como decía, nos cuesta verlas. Muchas veces las personas no se proponen -de manera deliberada y consciente- vulnerar los derechos de otra, pero cuando actúa sobre la base a esos prejuicios, a ese sexismo, a ese racismo, a esa heteronormatividad que tenemos incorporada como parte de nuestra socialización; podemos pensar en cómo nos socializamos los varones y los mandatos de masculinidad que hacen que yo luego pueda discriminar a una persona no heterosexual o a otro varón que no cumple con esos mandatos de masculinidad, o a una mujer porque no la considerarla como un par, como hacemos con otros varones. El mayor desafío –entonces- es trabajar para desmontar esos estereotipos, cuestionar esos prejuicios y librarnos de ellos: si lo tengo que sintetizar en una frase, el mayor desafío es volver un valor a la diversidad porque, si se logra, podemos disminuir muchísimo esa matriz que hace que tengamos prácticas discriminatorias. Muchas veces pensamos que las nuevas generaciones vienen con otro chip, decimos, y eso es una verdad a medias porque ya viven en otro mundo donde hay prácticas que ya no están permitidas; porque también los movimientos sociales lograron que no ocurran ciertas prácticas en los medios de comunicación o en el día a día; podemos pensar en todo lo que viene logrando el movimiento de mujeres en ese sentido con la cuestión del género. Sin embargo vemos que las nuevas generaciones siguen reproduciendo esos estereotipos y esos prejuicios, por ejemplo en el ámbito escolar con el bullyng, porque el bullyng está basado en las mismas razones que son las razones más comunes por las que se discrimina en el mundo adulto; entonces podemos pensar en la diversidad corporal, cuando un niño una niña no cumple con ese estereotipo de cuerpo hegemónico la discriminan, lo discriminan; eso lo hemos sufrido todos, todas, todes, en nuestra escolarización y eso sigue pasando. De hecho, según el Mapa Nacional de la Discriminación, que es el relevamiento que lleva adelante el Inadi e manera periódica — el último en 2019– revela que el ámbito donde más discriminación o más prácticas discriminatorias suceden es en el ámbito escolar. Hay mucho trabajo por hacer en ese sentido y con las juventudes.

-¿Entonces el Inadi iría a las escuelas, otros organismos?
-El Inadi es una institución que ya tiene su propia agenda, específica, y lo viene trabajando. Obviamente que hay leves variaciones de acuerdo al contexto político y a las gestiones políticas, de una gestión a la otra hay leves cambios, pero el Inadi como institución tiene su propia agenda y viene trabajando esos parámetros desde siempre. El Inadi está cercano a cumplir 30 años en nuestro país; no todos los países tienen un órgano como tenemos nosotros, no todos los países cuentan con un organismo como el Inadi.

-¿Por sobre esa agenda, qué necesidades ves?
-La educación, el ámbito laboral, tanto privado como público; el deporte; el transporte público porque recibimos muchas denuncias de falta de accesibilidad para personas con discapacidad, cualquier tipo de discapacidad, pero sobre todo es muy común recibir denuncias por falta de accesibilidad en los medios de transporte, de acceso a espacios públicos, también muchas denuncias por orientación sexual, identidad de género. Misiones tiene sus características propias por su historia, su conformación social, su ubicación geográfica que impone sus propios desafíos particulares, diferenciados del resto del país. Acá vemos algunas tensiones que se ven respecto a la xenofobia, respecto al vínculo que establecemos con vecinos y vecinas de Brasil, Paraguay y también con las corrientes migratorias más recientes que tienen que ver por ejemplo con países centro o sur americanos –como Venezuela o Colombia—y en ese sentido también hay muchas denuncias por xenofobia. La problemática es amplia, diversa, y también está enraizada en cuestiones culturales que son las más difíciles de trabajar; de tomas maneras creo que el Inadi lo viene logrando y también acompañando la militancia que hacen las organizaciones civiles y los movimientos sociales.

-¿Dónde está puesta la urgencia para trabajar?
-Atender a todas las consultas y denuncias, pero algo que consideramos prioritario, más que urgente, prioritario, es trabajar con las juventudes, más allá del bullyng, sino también sus derechos que muchas veces son vulnerados por la sola condición de ser jóvenes. Y esto lo podemos ver en algo que quizás sea más complejo y más sutil; el abordaje que hacen los medios de comunicación de las juventudes muchas veces es comparable al abordaje que solían hacer de las víctimas de violencia de género, que en ese sentido podemos ver cambios, vemos como mejoró el abordaje en general de la violencia de género. En término de juventudes también hay trabajo para hacer en cómo abordar a las juventudes sin criminalizarlas, sin estigmatizarlas. El trabajo es para y entre las juventudes, como uno de los desafíos prioritarios, si se quiere urgente. Podemos pensar en el caso de Fernando Báez Sosa que fue asesinado a golpes por un grupo de rugbiers y que tomó mucha notoriedad pública. Es un buen ejemplo para ver si vamos a ir por el lado punitivista o de la prevención; nosotros apostamos a la prevención, pero es el camino más largo y más difícil.

-¿Cómo será la cobertura territorial en la provincia?
-Es un objetivo y un desafío, porque por supuesto que los recursos son limitados; pero es lo que nos proponemos hacer, federalizar la gestión de la misma manera que el Inadi como institución nacional se propone federalizar la gestión atendiendo a todas las provincias y que la autoridad máxima del Instituto está recorriendo las provincias –de paso una primicia: no está confirmada la fecha pero vendrán próximamente a Misiones–. También como Delegación nos proponemos federalizar la gestión hacia al interior de la provincia, lo más posible. Así que es un objetivo y un desafío al mismo tiempo.

-¿Hay otros temas en tu agenda personal, para la gestión?
-Un trabajo sobre el racismo; no tenemos mucha consciencia de que somos una sociedad racista; por ahí el trabajo con la comunidad afrodescendiente que es la que más ve vulnerados sus derechos por prácticas vinculadas al racismo; es uno de los colectivos más vulnerados y por supuesto el de la diversidad sexual y de género.

-¿Cómo pensás articular toda la experiencia de militancia que tenés con un cargo como este?
-Claramente ahora hay otras responsabilidades institucionales pero siempre congeniando la agenda institucional del Inadi, que es más amplia, pero también tratando de capitalizar los aportes teóricos, en términos de experiencia, de contactos, redes de activismo; por supuesto que eso es un activo para el trabajo institucional también; el trabajo hecho, la información, la experiencia, todo lo que pueda capitalizar de ese recorrido, de ese trayecto previo como activista por supuesto que es un aporte al trabajo institucional y viceversa. Ahora la responsabilidad es más amplia porque tiene que ver con todas las poblaciones vulneradas históricamente, no solamente la población a la que yo le daba prioridad por mi activismo personal, que tiene más que ver con la diversidad sexual y de género, o también la cuestión de género en términos de machismo, violencia de género o en términos de masculinidades, asumiendo la responsabilidad más amplia que requiere el Inadi como institución con el foco en la prevención de las prácticas discriminatorias.

MM – Misiones Plural