Un estudio del Inadi revela que la percepción de la discriminación cambió en la sociedad argentina en los últimos años. En 2013, solo el 12% de la población consideraba la discriminación como una vulneración de derechos, mientras que en 2019, este número aumentó al 36%. Los jóvenes son los que más sufren discriminación. El documento identifica tres grandes grupos de discriminación: étnico-racial, de género y de corporalidades. Los ámbitos educativo y laboral son donde hay más discriminación, seguidos por el barrio y los locales nocturnos, plantea Jorge Víctor Ríos en Plural TV.
Viernes 21 de abril de 2023. Un estudio del Instituto Nacional Contra la Xenofobia y el Racismo –Inadi– muestra que la percepción de la discriminación cambió en la sociedad argentina en los últimos años. En el 2013, solo un 12% de la población consideraba la discriminación como una vulneración de derechos, mientras que en el 2019 un 36% lo hacía. Esto indica que hay una mayor comprensión de la discriminación como una negación de los derechos de las personas. A pesar de esto, todavía hay un 28% de personas que mantiene naturalizadas las situaciones de discriminación que ocurren a diario, según planteo Jorge Víctor Ríos en una columna de Plural TV al exponer los resultados del Mapa Nacional de la Discriminación que elaboró el Inadi junto a 23 universidades nacionales en 2009, 2013 y 2019.
El estudio revela que los jóvenes de entre 18 y 29 años son los que más sufren discriminación, con un 82% de ellos experimentando discriminación. Además, identifica tres grandes grupos de discriminación: étnico-racial, de género y de corporalidades.
En cuanto a la discriminación étnico-racial, el racismo estructural es el principal tipo de discriminación que las personas sufren por su color de piel, nacionalidad, situación socioeconómica, lugar de origen y pertenencia étnico-cultural. En cuanto a la discriminación de género, hay un notorio aumento de la percepción social e identificación acerca del fenómeno, con las mujeres identificando como principal causa de discriminación a las cuestiones relativas al género en el ámbito laboral.
Finalmente, la discriminación basada en las corporalidades se refiere a la imposición histórica y social de un modelo hegemónico de «normalidad». En este punto, se duplicaron las respuestas de las experiencias de discriminación relativas a las cuestiones estéticas y a las corporalidades gordas.
En cuanto a los lugares donde hay más discriminación, aparecen los ámbitos educativo y laboral, seguidos por el barrio y los locales nocturnos.
El estudio también destaca el creciente papel de las redes sociales como un ámbito donde se presenta la discriminación. Aunque no muchas personas expresaron haber vivido estas situaciones en primera persona, se alerta sobre las posibles consecuencias del crecimiento de este comportamiento social, como discursos de odio, noticias falsas y una cultura del odio. En conclusión, el estudio sugiere que el trabajo de sensibilización es crucial para identificar las situaciones discriminatorias y avanzar en la promoción de la igualdad en el acceso a derechos, tal como propone Jorge Ríos en sus columnas de Plural TV, programa periodístico de Canal 4 Posadas.
La columna de Jorge Ríos en Plural TV
-¿Con qué tema venís hoy?
-El año pasado, el Inadi (Instituto Nacional Contra la Xenofobia y el Racismo) presentó el Mapa Nacional de la Discriminación. Se trata de un relevamiento que impulsó el Inadi en alianza estratégica con 23 universidades nacionales, entre ellas la UNaM-aprovechamos para saludar a la UNaM por sus 50 años-. El relevamiento se realizó durante el tercer trimestre de 2018 y todo el año 2019 y fue interrumpido por la pandemia del Covid19. En la mayoría de los distritos se terminó el relevamiento de datos, excepto en Caba y en cuatro provincias donde no se terminó de hacer el relevamiento de datos pero que en definitiva todo el proceso estaba finalizado. Esta es la tercera edición –en 2009, 2013 y en 2019– del Mapa Nacional de la Discriminación en la Argentina que realiza el Inadi. Se trató de mantener los parámetros básicos del relevamiento para que puedan compararse los datos, para que sea una comparación válida entre el primero, el segundo y el tercer relevamiento. En 2013, el 65 por ciento de las personas encuestadas dijo haber sufrido discriminación, mientras que en este último estudio, de 2019, 72 por ciento de las personas encuestadas sufrieron discriminación. Se encuestó a casi 12 mil personas, que estadísticamente representa a una buena parte de la población argentina. Podríamos decir en principio que aumentó la discriminación: la hipótesis más fuerte que se maneja respecto a la diferencia de las cifras entre el segundo y el tercer estudio es que, en realidad, lo que ocurrió en ese periodo de tiempo es que la discriminación pasó a ser un tema de agenda nacional, en parte llevada adelante gracias al Inadi y a las discusiones que ponen en agenda los movimientos sociales. Por ejemplo el movimiento de mujeres, el colectivo Lgtb y los movimientos de las quizás mal llamadas minorías, que es un concepto que se puede problematizar: a qué nos referimos cuando hablamos de minorías; es un tema interesante para abordar y que de hecho el marco teórico de este estudio lo pone en cuestión.
-En las placas vemos dos puntos interesantes, en el ámbito educativo y en el laboral…
-Exacto. En el estudio se implementaron diferentes variables, una de ellas tiene que ver con los ámbitos en donde las personas experimentan las prácticas o actos de discriminación, y aparece el ámbito educativo como el principal, lo cual es un teléfono (un llamado de atención) para todo el sistema educativo, docente, directivos directivas y por supuesto funcionarios de las carteras de educación de la Nación, la provincia y los municipios. Es importante hacer una aclaración, esto fue un relevamiento aleatorio sobre la población general, de personas de entre 18 y 74 años. Esto no está basado en las denuncias que presentan las personas al Inadi; me parece importante hacer esa diferenciación, que no son estadísticas del Instituto en base a sus denuncias sino un relevamiento, una encuesta; en realidad son entrevistas estructuradas con preguntas cerradas porque son datos cuantitativos, pero de manera aleatoria, es decir, si tenías entre 18 y 74 años podía tocarte de manera aleatoria esta entrevista. Con esto me refiero a que estos datos pueden o no coincidir con las estadísticas que elabora el Instituto en base a las denuncias que hacen las personas que identificaron una práctica discriminatoria contra ellas y tomaron la decisión de acercarse al Inadi y hacer la denuncia. Lo que nos arroja este estudio es muy significativo ya que el 41 por ciento de la discriminación sucede en el ámbito educativo; después seguido por el laboral. También es interesante ver las razones por las cuales se produce la discriminación. Según esos ámbitos, en el sistema educativo la primera causa son las cuestiones estéticas, en segundo lugar encontramos la diversidad corporal, es decir, a las personas gordas se las discrimina, y en tercer lugar por situación de pobreza. Es interesante ver que en el ámbito laboral el género aparece como principal motivo de discriminación y en la vía pública, y en boliches y bares, tenemos situación de pobreza y color de piel, así como vestimenta. Se puede pensar en estas categorías que no siempre están diferenciadas, lo estético, la vestimenta, el color de piel, la situación de pobreza. Hay una perspectiva en la interseccionalidad que es la que mira estas cuestiones como entrelazadas entre sí. Al principio decíamos que a alguien puede decir “yo no siento que alguna vez me hayan discriminado”, lo que puede pasar es que quizás esté ocurriendo es que no nos dimos cuenta, porque la discriminación ocurre de maneras sutiles, no siempre de maneras tan explícitas; quizás en algunas situaciones me dicen: “no podés entrar acá porque…” y lo ponen en palabras: “porque tenés tal color de piel, o tal orientación sexual”.
-Es increíble que esto suceda también en los boliches, algo que no parece de nuestro país; por ahí se ve discriminación en los Estados Unidos, pero que se siga viendo esto acá es llamativo.
-Por ahí nos gusta pensarnos como un país que no es racista cuando quizás sí lo es. Tal vez también volvemos a la cuestión de preguntarnos si es que no hay tanto racismo o en realidad está tan naturalizado que no lo vemos. Podemos pensar en los chistes, en el humor, en esas manifestaciones de la cultura popular, que a veces se manifiesta el racismo en los insultos, esto se entrelaza con el bulling, con el ámbito educativo; qué pasa en las entrevistas laborales, por qué seguimos pidiendo una foto en el currículum. Son vivencias que atraviesan los cuerpos y las trayectorias personales de cada una y cada uno de nosotros. Por supuesto que al ser un relevamiento nacional, aparece la provincia de Misiones. En Misiones apareció la cuestión estética -como en la mayoría de las provincias- como la primera causa de discriminación, en segundo lugar la situación de pobreza y el color de piel que, como ya decíamos, muchas veces todas estas categorías están entrelazadas. Vemos cómo la situación de pobreza aparece sistemáticamente, y podemos pensar que una persona en situación de pobreza no solamente tiene que sufrir la privación material que implica el no acceso a la satisfacción de sus necesidades primarias básicas, sino además la privación simbólica que implica ser discriminado, discriminada por esa condición misma de pobreza que además es estructural y sistémica. Por supuesto que estos datos son absolutamente valiosos. Una de las razones por las cuales el Inadi lo impulsa es para poder abordar cuáles son las líneas a seguir, generar políticas públicas y poder abordar las líneas prioritarias en ese sentido y diferenciadas según la región geográfica como en nuestra provincia.
-¿Qué tiene que hacer el Estado al respecto?
-El Inadi viene haciendo hincapié en la prevención, que la discriminación no ocurra en primer lugar, una vez que ocurrió que se puedan activar los mecanismos para que la persona tome conciencia de que están vulnerando un derecho, porque la discriminación técnicamente es eso, es una práctica que vulnera los derechos de una persona sobre la base de un aspecto de su identidad, entonces garantizar que se haga la denuncia y que esa denuncia pueda seguir su debido proceso.
