Myriam Duarte reflexiona sobre el papel de los medios y del Estado en esta escalada de violencia en la sociedad que va en aumento. “Debemos preguntarnos qué opciones nos planteamos para enfrentar esa problemática. Si no la vemos, no la discutimos, no la ponemos sobre la mesa, ¿qué tipo de opciones le vamos a plantear, a quién, para encarar este tipo de problemas? Hablamos de una población joven, ya con la psiquis dañada, influenciados además por medios de comunicación digital que no podemos controlar. ¿Cuál puede ser la consecuencia de eso si no tomamos una decisión como Estado ahora mismo?, se pregunta Duarte en la columna de Plural TV.
Viernes 9 de diciembre de 2022. “Hay una preocupación general en personas que trabajamos en educación y la incidencia que tienen los medios de comunicación, y principalmente los medios digitales, en este incremento que tiene la violencia en todos los niveles y en todo tipo de relaciones sociales, pero que en este tipo de circunstancias la preocupación es de dónde sale la información para ejecutar de manera tan metódica y sistemática la tortura. Es decir, llevar a la víctima hasta el borde de la muerte, sostener la vida, rescatándola, para volver a torturarla. Esos son métodos muy sistemáticos y me parecen muy alarmantes. La idea es indagar qué pasa con la sociedad”, se pregunta Myriam Duarte en su columna de Plural TV.
El programa periodístico de Canal 4 Posadas aborda con sus columnas distintos temas. Entre ellos, el activista independiente, el profesor Jorge Ríos, y el licenciado en Psicología, Nicolás Andorno, junto a Duarte, abordan temas relacionados a la salud social y la salud mental, derechos humanos, derechos sociales como también sobre violencia de género.
“Son temas expuestos también por los colegas Jorge Ríos y Nicolás Andorno. Tomé esta decisión porque me parece insoslayable tocar el tema relativo a los niveles de violencia de género que se registraron en nuestra provincia la semana pasada –y aunque dijimos que la violencia está instalada en distintos órdenes; no solamente la violencia de género, sino en distintas formas de vínculos, de tratos, de comunicación violenta en muchos órdenes pero advertimos que los niveles de violencia van en aumento y es preocupante”, reseñó.
Plantea, en ese sentido, el papel que siguen jugando los medios de comunicación y, desconocemos, dice, “hasta qué punto inciden porque son fenómenos que tienen pocos años de vigencia. Vamos a ver las consecuencias de esto quizás en una o dos décadas. Pero algunos de esos efectos ya se ven en la violencia que se ejerce en la infancia y en la adolescencia, la cantidad de suicidios e intentos de suicidios de adolescentes que están basados en tratos violentos a través de esos medios de comunicación. Pero eso va teniendo su secuela, su seguimiento en cuanto a un estudio sistemático, que nos permitan conocer las consecuencias el día de mañana, cuando las secuelas del hoy ya estén instaladas. Hablamos muchas veces de que cuando la violencia ocurre, si bien el Estado debe estar para asistir, para tomar la denuncia, para detener al agresor, acompañar a la víctima, la violencia ya cumplió su efecto, sobre todo desde el punto de vista psicológico, que tiene que ver con una afectación de la que es muy difícil escapar el resto de la vida”, expone.
La nota de Myriam Duarte en Plural TV
-¿Con qué tema venís hoy Myriam?
-Vamos a hacer una suerte de resumen de varios temas que tratamos durante el año, no solamente yo, sino también los colegas Jorge Ríos y Nicolás Andorno. Tomé esta decisión porque me parece insoslayable tocar el tema relativo a los niveles de violencia de género que se registraron en nuestra provincia la semana pasada. Si bien hablamos muchas veces y sabemos que la violencia está instalada en distintos órdenes; no solamente la violencia de género, sino en distintas formas de vínculos, de tratos, de comunicación violenta en muchos órdenes. Los niveles de violencia van en aumento y es preocupante. Pero en materia específica de violencia de género, hacía muchos años no escuchaba hechos de violencia de la gravedad que se registraron la semana pasada en Misiones.
-Hechos muy parecidos además…
-Muy parecidos y eso es lo que me preocupa. La última vez que escuché un caso parecido era en otro contexto completamente distinto. Era un hombre de Corpus, si mal no recuerdo, que asesinó a su esposa en el monte. Para eso llevó a sus hijos a presenciar la situación, a ver cómo enterraba a la mujer. Fue un caso tremendo por la afectación que tuvieron esos niños después. Desde ese caso no había escuchado ninguno del nivel de gravedad, de violencia extrema, como los de estos días. Hubo un hombre de Eldorado que agredió con un machete, produciéndole a la señora varios cortes en la cabeza, en los pulmones. Hablamos de violencia extrema. Pero no con esta modalidad de la tortura sistemática. Esto es lo que me preocupa, porque estamos hablando de dos casos donde la forma de práctica que llevaron adelante tiene que ver con la intimidación, con la tortura psicológica, principalmente, pero además con métodos de tortura. Específicamente el caso que se registró en Alto Paraná, en Garuhapé, hablamos de métodos de tortura concretos que requieren cierto entrenamiento. Hay una preocupación general en personas que trabajamos en educación y la incidencia que tienen los medios de comunicación, y principalmente los medios digitales, en este incremento que tiene la violencia en todos los niveles, órdenes, y todo tipo de relaciones sociales, pero que en este tipo de circunstancias la preocupación es de dónde sale la información para ejecutar de manera tan metódica y sistemática la tortura. Es decir, llevar a la víctima hasta el borde de la muerte, sostener la vida, rescatándola, para volver a torturarla. Esos son métodos muy sistemáticos y me parecen muy alarmantes. La idea es indagar qué pasa con la sociedad. Tenemos una sociedad que viene siendo influenciada por los medios de comunicación, por los medios digitales, no sabemos hasta qué punto inciden porque son fenómenos que tienen pocos años de vigencia. Vamos a ver las consecuencias de esto quizás en una o dos décadas. Pero algunos de esos efectos ya se ven en la violencia que se ejerce en la infancia y en la adolescencia, la cantidad de suicidios e intentos de suicidios de adolescentes que están basados en tratos violentos a través de esos medios de comunicación. Pero eso va teniendo su secuela, su seguimiento en cuanto a un estudio sistemático, que nos permitan conocer las consecuencias el día de mañana, cuando las secuelas del hoy ya estén instaladas. Hablamos muchas veces de que cuando la violencia ocurre, si bien el Estado debe estar para asistir, para tomar la denuncia, para detener al agresor, acompañar a la víctima, la violencia ya cumplió su efecto, sobre todo desde el punto de vista psicológico, que tiene que ver con una afectación de la que es muy difícil escapar el resto de la vida. Sobre todo en nuestra provincia, que como digo siempre, sigue teniendo el 90 por ciento de su matrícula de psicólogos en la ciudad de Posadas, así es que muchísima gente no tiene la posibilidad de ayuda en salud mental, y si lo pudiera hacer, no tiene a quién ni dónde. Esto es una problemática que considero muy importante, por eso me pareció muy importante abordarla desde la salud mental; pensando qué es lo que puede provocar, más allá del chiste, de la broma pesada, del bullying o de la agresión de los grupos que agreden a otra persona, que lo toman casi en chiste porque agreden como si fuera una pavada; al hecho de tener una persona totalmente sometida, someterla a distintos tipos de tortura; en un caso obligar a esa persona a cavar su propia tumba y enterrarla viva (caso ocurrido en Itacaruaré), y en el otro caso someterla a distintos tipos de vejaciones durante varios días, introduciéndole un trapo húmedo en la garganta, hasta que se asfixiaba, cuando se desmayaba la despertaba con agua helada para volver a agredirla. Esto no es el mismo. En el sistema de medios digital uno tiene la sensación de que no interviene de manera directa porque no tiene contacto con quién va a ser la víctima, porque de acuerdo al estado de salud mental de la misma le va a repercutir en su salud, en su vida de una manera distinta. Cuando tenés una persona frente tuyo totalmente sometida, vulnerada, y seguís ejerciendo la tortura por una clara necesidad de demostración de ejercicio del poder -porque no hay otra cosa en esto-, estamos hablando de un cuadro de salud mental muy preocupante, que además tuvo acceso a las metodologías para llevar adelante este tipo de aberraciones. En este caso concretamente estamos hablando de personas con perfil psicopático, lo cual me llamó mucho la atención. Habitualmente me pregunto por las personas privadas de la libertad por distintas formas de violencia, no solamente de género, y cuáles son las causas que llevan a que las personas sean tan violentas y se comuniquen con otros seres humanos de manera violenta y creo que, como lo hemos hablado varias veces, tiene que ver con la formación de los varones, el hecho de mostrar la masculinidad a través de la violencia, de la fuerza física, a través de manifestar externamente insensibilidad. Un tema que ha trabajado mucho Jorge Ríos, en relación a las nuevas masculinidades, a cómo una persona construye su identidad más preocupado por la imagen que tienen sus congéneres de él que de la forma de vínculos que construye en su propia vida. Y por otro lado, a lo largo del año yo abordé en varias ocasiones las problemáticas referidas a políticas de cuidado para la primera infancia, para adultos mayores y para personas con discapacidad. Me parece importante remarcar esto porque en cuanto a los estudios que hay respecto a la psicopatía, de lo poco que se sabe, porque es muy complejo, porque hay algunos factores hereditarios; y otros que tienen que ver con la crianza en la primera infancia, los cuidados durante el embarazo, la posibilidad o no de construir vínculos de apego de un niño que está desprotegido, que vive violencia, ni hablar si sufre abuso sexual. Si hasta los tres años -he leído a autores del campo de la psiquiatría que hablan de esto- el niño no ha logrado construir un vínculo de apego con los adultos que hay a su alrededor, sufre una afectación para toda la vida. Para crecer sanamente y construir su personalidad, el niño debe referenciarse en otras personas -por eso es tan importante el rol de la crianza-, tiene que haber al menos cinco personas adultas estables, que sabe que puede recurrir a ellas, que sabe para qué está cada uno en su entorno.
-A veces no ocurre…
-Muchas veces esto no pasa cuando los niños son abandonados, maltratados. Abandonado quiere decir un niño que llora todo el tiempo y nadie lo atiende, cuando un niño es pequeño y no tiene otra manera de expresarse, y no recibe atención durante mucho tiempo mientras está sufriendo, mientras le duele algo, mientras tiene hambre, esto genera problemas en su psiquis que se van a ver en su vida adulta. Nosotros tenemos una provincia en la que insistentemente el vicepresidente primero de la legislatura insiste en la proporción de población joven que tiene la provincia de Misiones. A partir de los casos que vivimos la semana pasada, me parece que se convierte en una necesidad imperiosa trabajar en un programa de educación para, sobre todo, los adolescentes que son padres y madres a temprana edad, que engendran niños -voluntariamente o no- que vienen al mundo. La evolución adulta de estos niños va a ser la que determine el cuidado en la primera infancia. Por lo tanto es muy importante desarrollar programas concretos de políticas de cuidado para la primera infancia enmarcados en un paradigma de salud mental. Es un desafío, pero creo que honestamente es lo único real, concreto y tangible, que el Estado puede hacer para prevenir de manera futura las situaciones de violencia. Una persona que tiene afectada su psiquis de tal manera, va a tener una o mil víctimas porque en algún momento puede caer preso, pero a lo mejor no. Estoy absolutamente convencida de que estos dos agresores tuvieron muchas víctimas antes. Probablemente nunca fueron denunciados por el pánico que les tenían esas víctimas. Llegaron a estas situaciones extremas para ser denunciados. Y como hablaba con un psicólogo de Oberá, el Estado provee el psicólogo a las víctimas, y a veces les toca trabajar con cinco víctimas del mismo agresor, y con el agresor no trabaja nadie. Entonces primero necesitamos educar a quienes son progenitores y van a tener que cumplir roles de cuidado y de crianza en niños pequeños, y por otro lado debemos ver cuáles son los roles que puede ejercer de manera concreta el Estado para establecer una presencia en esa franja etaria que nos permita trabajar de manera preventiva en la salud mental general de la población a futuro, al menos desde el punto de vista de la crianza, de los cuidados de los primeros tres años de vida. Quedarán las otras opciones y posibilidades que tienen que ver con cuestiones hereditarias -las enfermedades de salud mental tienen mucha incidencia de ese tipo-, pero por lo menos en lo que el Estado pueda asumir esa responsabilidad me parece indispensable hacerlo de manera urgente.
-¿Dónde preocupan, dónde impactan estos temas?
-Es una pregunta compleja. Yo haría un estudio para indagar al respecto, porque no he escuchado muchas expresiones al respecto, ni la preocupación…
-Parece que pasara nomás y se toma como parte de nuestro día a día…
-Esto es lo que me preocupa mucho, no pasa nada en ningún espacio organizacional ni institucional, y me parece muy preocupante; sobre todo teniendo una realidad como esta, tan difícil y dolorosa. Debemos preguntarnos qué opciones nos planteamos para enfrentar esa problemática. Si no la vemos, no la discutimos, no la ponemos sobre la mesa, ¿qué tipo de opciones le vamos a plantear a quién para encarar este tipo de problemas? Insisto con la incidencia de los medios digitales, debemos estudiar sus consecuencias. Estamos hablando de una población joven, ya con la psiquis dañada, siendo capaz de cometer estos actos psicopáticos; además influenciados por medios de comunicación digital que no podemos controlar. ¿Cuál puede ser la consecuencia de eso si no tomamos una decisión como Estado ahora mismo?
